Íñigo Martínez reincide y marca otro golazo desde su propio campo
Con el tiempo reglamentario cumplido, un balón inocente llegó a las botas de Íñigo Martínez. El jugador de la Real Sociedad lo vio claro y enlazó
Con el tiempo reglamentario cumplido, un balón inocente llegó a las botas de Íñigo Martínez. El jugador de la Real Sociedad lo vio claro y enlazó un zurdazo desde su propio campo que cruzó el del rival, el Betis de un Mel ratificado 'in extremis' por el Consejo. El balón voló, superó a Casto que estaba demasiado adelantado y se encontró con el larguero que no fue rival para el esférico que acabó besando las redes. Golazo. Probablemente el mejor de la jornada. Y no sólo eso. El tanto de Íñigo daba la victoria a una Real que daba por bueno el empate en Sevilla después de haber ido por delante en el macrador (0-2) y haber visto cómo los béticos empataban el encuentro.
No es la primera vez que el defensa central deleita a los aficionados con un gol de estas características. En el derbi vasco, Iraizoz sufrió en primera persona las maneras de Martínez. Una vez más, desde su propio campo, disparó a portería pero no pudo ayudar a su equipo que cayó ante los 'leones' 1-2 en Anoeta. La decepción vivida en su propio campo contrasta con la explosión vivida en Heliópolis dando la victoria a la Real, un resultado que no conseguían desde hace más de dos meses.
Poderoso, lejano y preciso. Así son sus golpeos que recuerdan a los que salían de las zurdas brasileñas. Pero no se trata de una casualidad. La Real Sociedad tenía muy bien estudiado a Casto, cancerbero bético. Sabían que jugaba bien pero que tendía a hacerlo lejos de la portería y que a partir de ahí podía surgir la oportunidad para que Íñigo sacase su zurda mágica. Sólo había que esperar. El defensa central había estado ensayando sin descanso y las circunstancias le favorecieron en el minuto 91. Lo vio antes que nadie, arriesgó y ganó. Martínez puso punto y final a un partido de locos con un gol que será recordado por todos y que ocupará un lugar privilegiado en las hemerotecas. Ahora lo difícil será volver a repetirlo aunque ya ha demostrado que imposible no es.
Con el tiempo reglamentario cumplido, un balón inocente llegó a las botas de Íñigo Martínez. El jugador de la Real Sociedad lo vio claro y enlazó un zurdazo desde su propio campo que cruzó el del rival, el Betis de un Mel ratificado 'in extremis' por el Consejo. El balón voló, superó a Casto que estaba demasiado adelantado y se encontró con el larguero que no fue rival para el esférico que acabó besando las redes. Golazo. Probablemente el mejor de la jornada. Y no sólo eso. El tanto de Íñigo daba la victoria a una Real que daba por bueno el empate en Sevilla después de haber ido por delante en el macrador (0-2) y haber visto cómo los béticos empataban el encuentro.