Van Nistelrooy: el delantero estrella del Málaga aún tiene el corazón blanco

Manuel Pellegrini sabía que era difícil pero se empeñó en el objetivo: “Vas a ser titular, por supuesto”. El entrenador se encargó especialmente de convencer a Ruud Van Nistelrooy de que fichar por el Málaga CF era una buena idea, una excelente opción. Tardó en contestar. Eso sí, puso una condición: “Míster, yo no puedo entrenar como el resto de mis compañeros. Mi rodilla no está bien”. Pellegrini aceptó las condiciones del crack holandés. Así se gestó el fichaje estrella del equipo andaluz.

Van Nistelrooy firmó un año de contrato. Aterrizó en la Costa del Sol (vive en Marbella, como Baptista, Demichelis y el propio Pellegrini) para meter goles. El máximo artillero en tres ligas diferentes (España, Holanda e Inglaterra) sólo ha marcado un gol en Liga. Fue contra el Getafe. Y, aunque no se muestra ansioso, quiere recuperar el olfato en el área. En pretemporada ya lo demostró: consiguió siete goles.

Es miércoles, diez de la mañana, y en la sala de prensa del estadio de Atletismo de Málaga, un recinto a medio construir frente al Palacio de los Deportes Martín Carpena, muy cerca del Mediterráneo, el holandés responde a las preguntas de los periodistas. Mientras sus compañeros hacen estiramientos (Baptista no entrena), va a contestar a los medios de comunicación que demandan titulares.

Habla tranquilo y no quiere hacer daño con sus respuestas. También es sincero: “Si marco, creo que no celebraré el gol”. Corazón (aún) tan blanco, en un jugador que el año pasado quiso volver a toda costa al Real Madrid. El Hamburgo se negó y tuvo que esperar seis meses para regresar a la Liga pero esta vez al Málaga del jeque Al Thani.

Mañana jugará de titular en La Rosaleda. Su adaptación no está siendo tan rápida como se esperaba. No le llegan muchos balones de Joaquín o Cazorla para rematar. “Somos un equipo nuevo que necesita tiempo; atrás tenemos muy claro lo que tenemos que hacer pero en los últimos metros no es tan fácil”, explica Van Nistelrooy.

El delantero malaguista se marcha a entrenar. Salta al campo junto a sus compañeros. Atrás quedan los dos días de descanso para su rodilla. Él sabe que la tiene que mimar y que no tiene edad (35 años) para arriesgar. El Málaga espera sus goles. Pellegrini confía en él y le otorga la titularidad en el club que sueña con jugar el próximo año la Liga de Campeones. ¿Con Van Nistelrooy como referencia absoluta en el ataque?