El Athletic se despide de Europa con tres cornadas del Torino

El Torino hizo historia este jueves en San Mamés y acabó con el sueño europeo del Athletic Club imponiéndose en la vuelta de los dieciseisavos de la Europa League (2-3) en un partido en el que siempre llevó la iniciativa en el marcador. Justa y merecida la clasificación turinesa ante un entregado pero fallón Athletic que no supo responder a la manera de jugar de los de Giampiero Ventura.

El conjunto vasco arrancó el partido con el ritmo que quería el Torino, que esperaba sin prisas a que una pérdida local le diese la opción de lanzar las rápidas contras que tanto daño hacen a sus rivales. Y esos primeros latigazos llegaron pronto. El primero terminado por Quagilarella, al que se le cruzó Etxeita en el disparo, y el segundo fue el penalti de Gurpegui a Vives en una acción muy arriesgada del capitán. Herrerín adivinó el lanzamiento de Quagilarella, pero a pesar de tocarlo no pudo detener el disparo del delantero italiano. Acusó ese tanto el Athletic, pero vislumbró el empate en un cabezazo a balón parado de San José a centro de Beñat.

El encuentro se durmió con las lesiones de Gurpegui y Laporte. La entrada de Williams reactivó al Athletic que marcó el empate en una preciosa jugada iniciada por el propio Williams, continuada por Beñat gracias a un gran pase a Iraola que definió casi en la línea de fondo con clase ante Padelli. Parecía que se había rehecho el Athletic de su momento malo, pero el Torino no había dicho su última palabra y Darmián, en una de sus innumerables cabalgadas centró para que Maxi López batiese irremediablemente a Herrerín. De nuevo tenía que remar contracorriente el Athletic, que se ilusionó con empate con un golpe franco de Laporte que cayó a la red por encima del larguero.

El partido era de ida y vuelta. El Athletic sacó partido para lograr un nuevo empate, tras un gran pase de Muniain a De Marcos que batió a Padelli por debajo de las piernas. Se crecieron los leones y tomaron aire en busca del 3-2, pero lo que llegó fue el tercero del Torino, el que decidió la eliminatoria y del que el Athletic ya no se pudo recuperar.

El Villarreal remontó el tanto inicial del Salzburgo (1-3), se rehízo con el empate en el primer tiempo y sentenció en los últimos minutos del encuentro su pase a octavos tras un choque intenso en el que fue de menos a más. Lo hizo en un partido muy disputado, jugado con gran velocidad y en el que se vio superado por el rival, pero en la segunda impuso su calidad y criterio para resolver la eliminatoria al contragolpe.

El Villarreal no encontraba su sitio aunque poco a poco consiguió frenar el ímpetu inicial del equipo austríaco, lo que no impidió que tras varios rechaces un disparo lejano y cruzado de Djuricin pusiera el 1-0 en el marcador. Tras el gol, el Villarreal no se rehízo a pesar de que era imprescindible marcar para neutralizar la ventaja del rival. Sin lograr que su fútbol se impusiera a la rapidez, una falta muy bien lanzada por Jonathan dos Santos fue acompañada de un extraordinario remate de Vietto que puso las tablas en el marcador.

Sin haber mejorado en su juego, el partido se había puesto de cara al Villarreal. La imagen al inicio de la segunda mitad fue diferente ya que el equipo mostró aplomo y se adueñó de la zona ancha a base de toque y control del balón aunque con poca llegada. El partido se niveló tanto porque los locales bajaron su ritmo como por el asentamiento del centro del campo del Villarreal que dio vida al equipo. Sin embargo, en los veinte minutos finales pasó a ser un choque de ida y vuelta con alternativas ante ambas porterías. Un espléndido contragolpe del Villarreal, conducido por Gio dos Santos, fue resuelto por Vietto dio la eliminatoria al equipo de Marcelino García Toral. Poco después fue Vietto el que pasó a Gio para ratificar la clasificación con el 1-3 que cerró el partido y desinfló al Salzburgo.

El Sevilla firmó el pase a la siguiente ronda con una victoria (2-3) ante el Borussia Mönchengladbach a base de contragolpes. El conjunto dirigido por Emery se puso en ventaja muy pronto con gol en propia puerta de Stranz. Era la primera llegada a puerta del partido y rompía por completo la idea del partido que se había hecho el Gladbach. Hasta ese momento, el Gladbach había tenido más la pelota pero sin inquietar mientras que el Sevilla defendía bien y buscaba aprovechar los espacios para intentar tejer contragolpes esporádicos.

El libreto de defender la ventaja y buscar ocasiones de contragolpe seguía siendo válido ante un Gladbach con la obligación de arriesgar y apretar. Así logró el empate gracias a Granit Xhaka. Sin embargo, el siguiente contragolpe trajo el segundo tanto del Sevilla, con una gran acción solitaria de Vitolo. A la larga fue más que un respiro, fue el oxígeno que necesitaba el Sevilla para mantener una renta importante ante el acoso ofensivo del Gladbach. El empate volvió a llegar, por medio de Thorward Hazard, y la imagen volvió a ser la misma: el Borussia volcado al ataque y el Sevilla encerrado en su área.

El conjunto andaluz trató de descongestionarse al comienzo del segundo, pero la dinámica del compromiso siguió siendo la misma. Hubo ocasiones es ambos lados. En medio de esa tónica, dos acontecimientos contribuyeron a decidir la eliminatoria a favor del Sevilla: el equipo alemán se quedó con diez por expulsión de Xhaka y Lucien Favre desbarató casi por completo la defensa al dar paso a dos hombres ofensivos como Bradimir Hrgota e Ibrahima Traoré. Escasos segundos después de esa apuesta por una ofensiva final vino el tercer gol del Sevilla, en un contragolpe de Vitolo.