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Fernando Torres lleva a España a tocar el cielo ante Alemania
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EUROCOPA DE AUSTRIA Y SUIZA 2008

Fernando Torres lleva a España a tocar el cielo ante Alemania

La Eurocopa de 2008 fue un antes y un después para la selección española. Un equipo que, históricamente, había contado con jugadores de mucha clase y

Foto: Fernando Torres lleva a España a tocar el cielo ante Alemania
Fernando Torres lleva a España a tocar el cielo ante Alemania

La Eurocopa de 2008 fue un antes y un después para la selección española. Un equipo que, históricamente, había contado con jugadores de mucha clase y de mucha calidad pero que a la hora de la verdad, no encontraban el empuje necesario para dar el salto cualitativo que se necesita para competir al más alto nivel en busca de título. El torneo de Austria y Suiza cambió esta forma de ver el fútbol para el combinado nacional, que con una andadura impecable en el torneo, iba a hacer historia levantando su segundo entorchado europeo de la historia.

Además de los dos países organizadores, otros catorce países iban a disputar el campeonato, entre los que se encontraba España. El conjunto nacional llevó a cabo una clasificación impecable, y lo cierto es que durante el campeonato lo refrendó. La Selección no perdió ni uno solo de los seis partidos que disputó en la Eurocopa, mostrando el mejor juego de todos los combinados presentes con mucha diferencia, aunque su andadura no fue sencilla. Su pase a cuartos fue complicado, pues tras una goleada ante Rusia (4-1), se vio obligado a sumar una victoria 'in-extremis' ante Suecia (2-1) y llevar a cabo una remontada en los últimos minutos ante Grecia (2-1).

Pero, posiblemente, el partido más dramático del torneo tuvo lugar en la fase de grupos, pero en el A. Con Portugal ya clasificada, la República Checa y Turquía se jugaban el pase a cuartos en el último partido. Ambos equipos llegaban empatados a todo, por lo que en caso de que empataran su partido, se jugarían la clasificación desde el punto de penalti. Pronto se pondrían por delante los checos, con un claro a 2 a 0, pero Turquía no se iba a rendir. En el '75, Turan iba a recortar distancias, y en el '87, Nihat aprovechaba un clamoroso error de Cech para lograr la igualada. Cuando todo hacía indicar que los once metros marcarían el clasificado, Nihat de nuevo hacía un tanto que metía a cuartos a Turquía y dejaba fuera a la República Checa.

Y es que la selección otomana se convirtió en la gran revelación del torneo, convirtiendo en una tónica marcar sus goles en el tramo final de partido para acabar con sus rivales. Ya lo había demostrado en la fase de grupos, y lo iba a volver a hacer en cuartos de final ante Croacia. Tras empatar a cero en el tiempo reglamentario, Klasnic marcaba en el '119 para poner con pie y medio en semifinales a su equipo. Sin embargo, en el '120, iba a aparecer Senturk para empatar y forzar los penaltis, en los que Turquía se clasificó.

En semifinales, se mediría a Alemania, pero recibiría de su medicina. El conjunto alemán, que había mostrado un juego muy rácano en todo el torneo, comenzó a demostrar su potencial a partir de la segunda fase. Primero, acabó con Portugal en un gran partido de los teutones, y en 'semis', se vería con la revelación turca. Boral adelantó a Turquía, pero Schweinsteiger y Klose iban a dar la vuelta a marcador. Como ya era tradición, Senturk volvía a empatar en el '89, forzando la prórroga… pero entonces apareció Lahm, para hacer el 3 a 2 antes del término de los noventa minutos y dar el pase a su equipo a la final. Alemania esperaba rival tras dejar en la cuneta a Turquía.

Pero si un partido cambio la historia de una selección ése fue, sin duda, el choque de cuartos de final entre España e Italia. El combinado nacional, acostumbrado a caer en cuartos de final de todas aquellas competiciones que disputase, dio un paso al frente ante la 'Azzura' gracias a un nombre propio: Iker Casillas. Después de noventa minutos muy intensos, y de una prórroga muy igualada, España llegaba a la tanda de penaltis que tantas desdichas había generado en los últimos años. Pero, entonces, un héroe decidió el partido: Casillas, con dos paradas para el recuerdo ante De Rossi y Di Natale, solventaba el error de Güiza en el lanzamiento. Cesc, con toda la tranquilidad del mundo, engañó a Buffon para introducir el quinto definitivo en la meta italiana y dar el pase a semifinales a España. Se había roto la barrera de los cuartos y, a partir de ese momento, la Selección se liberó.

En semifinales, España no dio opción a Rusia, un conjunto al que ya había goleado por 4 a 1 en la fase de grupos. En uno de los mejores partidos del campeonato, la selección nacional se dio todo un baño de fútbol y un verdadero festival, pasando por encima del conjunto ruso, que era incapaz de frenar el vendaval de buen fútbol que desplegó España. Pero no sería hasta la segunda parte cuando se desnivelaría la balanza. Primero, Xavi adelantaba a España, para que después Güiza y Silva confirmaran la ventaja del conjunto nacional, para convertirlo en el finalista del torneo. Enfrente estaría la poderosa Alemania, un equipo que ya había demostrado en muchas competiciones que, a pesar de no mostrar buen fútbol, a la hora de competir era muy difícil de superar.

En el Ernst Happel de Viena, y ante 52.000 espectadores, la selección española iba a firmar un partido que ya forma parte de la historia del combinado nacional. España buscaba su segundo campeonato de Europa, y lo iba a conseguir gracias a un gol en la primera parte. Corría el minuto 33 de partido cuando Xavi metió un gran balón en profundidad a Fernando Torres. El delantero, muy listo, le ganaba en velocidad la partida a Lahm y, ante la salida de Lehmann, se iba a inventar una espectacular 'picada' para superar al meta y colar el balón en las redes alemanas. Tensión, nervios y oportunidades tuvieron lugar durante los noventa minutos, pero España supo controlar el choque para lograr su segunda Eurocopa de la historia. El equipo nacional hacía historia, gracias a una generación de futbolistas que han llevado a la Roja a lo más alto del paraíso futbolístico.

La Eurocopa de 2008 fue un antes y un después para la selección española. Un equipo que, históricamente, había contado con jugadores de mucha clase y de mucha calidad pero que a la hora de la verdad, no encontraban el empuje necesario para dar el salto cualitativo que se necesita para competir al más alto nivel en busca de título. El torneo de Austria y Suiza cambió esta forma de ver el fútbol para el combinado nacional, que con una andadura impecable en el torneo, iba a hacer historia levantando su segundo entorchado europeo de la historia.