El lamentable episodio en el palco VIP del Metropolitano: los ultras del Feyenoord, a golpes con la policía

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El Atlético de Madrid sumó un triunfo de oro en su segundo partido en esta Champions League. Con la necesidad de lograr una victoria que dejara atrás lo sucedido en Roma, con el portero de la Lazio haciendo el 1-1 de cabeza en el último suspiro ante los rojiblancos, los de Simeone lograron sacar adelante un encuentro dificilísimo que se les puso muy cuesta arriba en dos ocasiones.

Primero con el gol de rebote de Hermoso en propia puerta, al que contestó Morata, y luego al de Hancko pasada la media hora, con el 2-2 de Griezmann al filo del descanso. Los colchoneros fueron sobreviviendo ante el empuje de los neerlandeses, imponiéndose definitivamente gracias a otro tanto de Morata en la segunda parte en un encuentro en el que no brillaron por su fútbol, pero sí se llevaron a la buchaca el objetivo: los tres sufridos puntos.

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Pese a que el duelo se jugó en el horario vespertino, no faltó un gran ambiente en el estadio Metropolitano. La hinchada rojiblanca no se cansó de animar, tratando de darle las fuerzas que le faltaban al equipo en un estadio en el que también hubo muchísima presencia de aficionados visitantes, que se hicieron oír, y mucho, en algunos momentos del choque. Pero desgraciadamente la hinchada del Feyenoord no solo tiene fama de animar en sus desplazamientos.

El lamentable episodio en el palco VIP

Con las fuerzas de seguridad en sobre aviso tras decenas de episodios vividos por parte de los ultras del Feyenoord, como en Roma o en Sevilla, y miles de aficionados neerlandeses desplazados a Madrid, se vivió un ambiente tenso en el Metropolitano. Fueron varios los incidentes de los que se quejaron los seguidores del Atlético durante el encuentro, y todo ello tuvo su fiel reflejo al acabar el encuentro.

Varios hinchas del Feyenoord que estaban en la zona VIP del estadio, donde además se presupone que no se encuentran la zona más radical de su afición, reaccionaron de forma violenta a la derrota, con golpes a todo lo que allí había. Tirando sillas y en claro estado de embriaguez -a diferencia de en las gradas, en los palcos si puede consumirse alcohol-, la policía tuvo que intervenir para contener a una hinchada de la que ya se esperaba que podía generar este tipo de comportamiento. Hubo al menos cuatro detenidos.