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Cuando un entrenador empequeñece a su equipo, quizás sea porque le queda grande
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IMANOL SE ENREDA TRAS VERSE SUPERADO

Cuando un entrenador empequeñece a su equipo, quizás sea porque le queda grande

El repaso del Manchester United a la Real Sociedad en Turín, donde el equipo donostiarra jugó de local y perdió 0-4, confunde a su técnico y reabre un debate tan erróneo como tramposo

Foto: Imanol, junto a Solskjaer, en el partido disputado en Turín. (REUTERS)
Imanol, junto a Solskjaer, en el partido disputado en Turín. (REUTERS)

Aunque sea tan viejo como cansino, en el fútbol sigue vigente un debate erróneo en su esencia y tramposo en su planteamiento. Viene de los tiempos de Menotti y Bilardo y ahora hay quien lo personifica en Guardiola y Simeone. "¿Qué prefieres, jugar bien o ganar?", suele plantearse como si se tratara de cosas antagónicas cuando lo más habitual es que lo segundo sea consecuencia de lo primero. Evidentemente, lo mejor es jugar bien y ganar, y, en el caso de perder, hacerlo intentando ser mejor que el rival, pues en el fútbol no siempre el que gana es mejor.

Ahora bien, puestos a seguir luchando para acabar con este debate tan absurdo, lo peor es perder y, como hizo el entrenador de la Real Sociedad tras el 0-4 ante el Manchester United, confundir las cosas y anteponer la identidad al resultado. "Jugar bien es ganar los partidos", llegó a decir Raúl García en un ridículo ejercicio de reduccionismo con el que lo único que demostró es no haberse enterado de nada, pues, como comentábamos antes, jugar bien no es un objetivo en sí mismo, sino un medio para lograrlo, y no hay nadie que no quiera ganar, independientemente de cómo lo haga.

Foto: Imanol, durante el partido de la Real Sociedad contra el Rijekta en Anoeta. (REUTERS) Opinión

"El resultado nos duele, pero al menos hemos intentado ser nosotros mismos", dijo Imanol Alguacil tras el repaso del United a su equiopo, para añadir, y he aquí lo realmente incomprensible, que "lo que no podíamos era perder nuestra identidad". "Hemos sido el equipo de siempre. Hemos afrontado el partido de tú a tú y ha pasado lo que podía pasar, no lo que queríamos que pasara y nadie nos hubiera garantizado ganar jugando de otra manera", añadió el entrenador de una Real que dio a rival todas las facilidades para, no ya ganarle, sino golearle. Y es que fueron cuatro, pero bien pudieron ser diez.

Lo cierto es que la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Liga Europa entre la Real y el Manchester United que se disputó el pasado jueves, 18 de febrero, ya empezó torcida cuando el club donostiarra decidió jugar su partido como local nada menos que en Turín. "La prohibición de entrada a España de los vuelos procedentes del Reino Unido hasta el día 16 de febrero y la incertidumbre de que esa prohibición pueda alargarse en el tiempo ha hecho que se tome la decisión de disputar el encuentro en otro escenario distinto", rezó su comunicado oficial. Sin embargo, la vuelta sí se jugará en Old Trafford y se supone que después del partido la Real regresará a San Sebastián en un vuelo procedente de Manchester. Absurdo.

placeholder Bruno Fernandes marca el primer gol del Manchester United. (REUTERS)
Bruno Fernandes marca el primer gol del Manchester United. (REUTERS)

Una conclusión exasperante

Pero, volviendo al debate inicial, Imanol no solo se lio esta vez en su discurso, sino que, además, sacó una de esas conclusiones que exaspera a los aficionados: "El resultado es duro, pero nos hace aprender y días así nos harán dar los pasos que queremos dar". Se supone que lo de aprender lo diría por él, pues, si, como aseguró, "sabíamos que podíamos sufrir con espacios a la espalda por la gente tan buena que tiene de pase y por la gente rapidísima de arriba", resulta incomprensible que planteara el partido como lo planteó. Una cosa es querer ser valiente y fiel a un estilo y otra jugar como mejor le va a tu rival y sencillamente suicidarte.

"Todo vale en el fútbol, todo. No hay formas buenas y malas, mejores ni peores. Se puede ganar de mil maneras. Pero hay que sentir una manera como propia", declaró en una ocasión Pep Guardiola, un poco en ka línea a lo que quiso decir Imanol, aunque después del 0-4 y el revolcón del Manchester United, no era el mejor momento. Es verdad, como dijo el técnico catalán, que "ganar es importante, pero al final, de lo que se trata es de que la gente disfrute y esté orgullosa de lo que hacemos". Sin embargo, dudo que ningún aficionado de la Real se sintiera orgulloso de ver cómo su equipo caía una y otra vez en el mismo error: regalarle la espalda al equipo inglés.

Este sábado, el oriotarra aún seguía dándole vueltas a su desafortunado discurso de Turín. "Me han llegado tantos mensajes de ánimo que parece que se nos ha muerto un familiar y hemos perdido con el Manchester United, uno de los mejores equipos del mundo". Además de lo abultado del resultado, un 0-4 que prácticamente hace imposible la remontada en Old Trafford, lo peor fue la paupérrima imagen que dejó la Real, pues fue un equipo siempre a merced de su rival. Lejos de explotar sus virtudes, que son muchas y así se le han reconocido a Imanol, exhibió todas sus debilidades. Lo de la valentía y la identidad son excusas impropias de alguien que no es sospechoso de no sentir los colores, pero que evidentemente está confundido. Si un entrenador empequeñece a su equipo, quizás sea porque le queda grande.

Aunque sea tan viejo como cansino, en el fútbol sigue vigente un debate erróneo en su esencia y tramposo en su planteamiento. Viene de los tiempos de Menotti y Bilardo y ahora hay quien lo personifica en Guardiola y Simeone. "¿Qué prefieres, jugar bien o ganar?", suele plantearse como si se tratara de cosas antagónicas cuando lo más habitual es que lo segundo sea consecuencia de lo primero. Evidentemente, lo mejor es jugar bien y ganar, y, en el caso de perder, hacerlo intentando ser mejor que el rival, pues en el fútbol no siempre el que gana es mejor.

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