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La única noticia positiva del paseo por África es que la tensión pasó a mejor vida
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del bosque respira tranquilo

La única noticia positiva del paseo por África es que la tensión pasó a mejor vida

El ambiente en la selección ha recuperado por completo la normalidad. La convivencia ha sido buena en esta gira africana. Lo único positivo de la misma

Foto: La Copa del Mundo en primer plano y el once español detrás (EFE)
La Copa del Mundo en primer plano y el once español detrás (EFE)

La gira africana envía dos mensajes de la campeona del mundo hacia el exterior. El primero, y quizás más preocupante, es el juego plomizo y sin ritmo que ha empleado la selección de Del Bosque ante Guinea Ecuatorial y Sudáfrica. Poco ritmo, menos velocidad y, una vez más, sin apenas crear ocasiones de gol. La segunda, y en este caso positiva noticia, habla de la recuperación de la normalidad como seña de identidad de un grupo que ha vivido momentos de tensión, el último en París el pasado mes de marzo, y que ahora recupera la normalidad como forma de vida lejos del verde. Faltaban algunos de los habituales como Xavi o Piqué, pero el tranquilo regreso de Xabi Alonso ha sido lo mejor que ha pasado en la selección en los últimos meses.

Tras el partido ante Francia del pasado mes de marzo, Vicente del Bosque levantó la voz. El seleccionador vio cómo los fantasmas de un pasado reciente aparecían de nuevo. Algunos madridistas, especialmente Xabi Alonso y Arbeloa, se habían vuelto a distanciar del grupo de azulgranas. Del Bosque estaba intranquilo, tal y como confesó a El Confidencial al decir que “Me quedé tranquilo cuando vi que Xavi se la pasaba a Xabi”. Unos y otros ejercieron de profesionales y olvidaron las rencillas generadas con Mourinho en el banquillo, para apretar y ganar a Francia en París. Nueve meses después las diferencias han quedado de nuevo en el olvido. Unos y otros vuelven a pensar en la selección, en este caso con el Mundial ya en el horizonte próximo.

Xabi Alonso volvía para esta doble cita. El madridista fue el gran ausente de la pasada copa de las Confederaciones. El centrocampista ha regresado y ha recuperado su sitio tanto dentro como fuera del terreno de juego. Es una de las referencias de la selección y ante Sudáfrica pudo volver a jugar al lado de Busquets, la pareja en la que más confía el técnico español y que ha sido la encargada de marcar el compás de la campeona del mundo tanto en suelo africano en el pasado mundial, como en la Eurocopa de Polonia y Ucrania de 2012.

Del Bosque y el resto del cuerpo técnico han comprobado que el grupo vuelve a respirar tranquilo. La rivalidad entre los dos grandes equipos sigue latente, cada uno defiende sus intereses, pero vuelve a quedar aparcada cuando se ponen la roja y defienden a la selección española. Esta semana de convivencia ha servido para comprobar, además de que el buen fútbol sigue en el limbo, de que el diálogo vuelve a existir dentro del grupo.

La tensión del partido de París ha pasado a mejor vida, pero el problema que aparece ahora es deportivo. Desde hace meses que España no es capaz de hacer un partido redondo. Ahora se hablan fuera del campo, pero el entendimiento de antes sobre el terreno de juego ha desaparecido o está en duda.

La gira africana envía dos mensajes de la campeona del mundo hacia el exterior. El primero, y quizás más preocupante, es el juego plomizo y sin ritmo que ha empleado la selección de Del Bosque ante Guinea Ecuatorial y Sudáfrica. Poco ritmo, menos velocidad y, una vez más, sin apenas crear ocasiones de gol. La segunda, y en este caso positiva noticia, habla de la recuperación de la normalidad como seña de identidad de un grupo que ha vivido momentos de tensión, el último en París el pasado mes de marzo, y que ahora recupera la normalidad como forma de vida lejos del verde. Faltaban algunos de los habituales como Xavi o Piqué, pero el tranquilo regreso de Xabi Alonso ha sido lo mejor que ha pasado en la selección en los últimos meses.

Tras el partido ante Francia del pasado mes de marzo, Vicente del Bosque levantó la voz. El seleccionador vio cómo los fantasmas de un pasado reciente aparecían de nuevo. Algunos madridistas, especialmente Xabi Alonso y Arbeloa, se habían vuelto a distanciar del grupo de azulgranas. Del Bosque estaba intranquilo, tal y como confesó a El Confidencial al decir que “Me quedé tranquilo cuando vi que Xavi se la pasaba a Xabi”. Unos y otros ejercieron de profesionales y olvidaron las rencillas generadas con Mourinho en el banquillo, para apretar y ganar a Francia en París. Nueve meses después las diferencias han quedado de nuevo en el olvido. Unos y otros vuelven a pensar en la selección, en este caso con el Mundial ya en el horizonte próximo.

Xabi Alonso volvía para esta doble cita. El madridista fue el gran ausente de la pasada copa de las Confederaciones. El centrocampista ha regresado y ha recuperado su sitio tanto dentro como fuera del terreno de juego. Es una de las referencias de la selección y ante Sudáfrica pudo volver a jugar al lado de Busquets, la pareja en la que más confía el técnico español y que ha sido la encargada de marcar el compás de la campeona del mundo tanto en suelo africano en el pasado mundial, como en la Eurocopa de Polonia y Ucrania de 2012.

Del Bosque y el resto del cuerpo técnico han comprobado que el grupo vuelve a respirar tranquilo. La rivalidad entre los dos grandes equipos sigue latente, cada uno defiende sus intereses, pero vuelve a quedar aparcada cuando se ponen la roja y defienden a la selección española. Esta semana de convivencia ha servido para comprobar, además de que el buen fútbol sigue en el limbo, de que el diálogo vuelve a existir dentro del grupo.

La tensión del partido de París ha pasado a mejor vida, pero el problema que aparece ahora es deportivo. Desde hace meses que España no es capaz de hacer un partido redondo. Ahora se hablan fuera del campo, pero el entendimiento de antes sobre el terreno de juego ha desaparecido o está en duda.

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