Puyol ve el final del túnel: "Pensé en dejar el fútbol por culpa de la lesión de rodilla"

Carles Puyol se ha convertido en el gran protagonista de la concentración de la campeona del mundo. El capitán del Barcelona regresa al combinado nacional once meses después de su última presencia. Las repetidas lesiones, en especial en su rodilla izquierda, le han llevado a vivir con incertidumbre su futuro como futbolista. En los últimos ocho meses apenas pudo jugar un par de partidos con el Barcelona, uno de ellos ante el Real Madrid y de manera sorpresiva y cuando nadie lo esperaba, pero la ausencia de mejora, el sentir que  en cada entrenamiento su rodilla no permanecía estable, le llevaron a pensar en tomar una drástica solución. 

Ayer, volvió a ponerse a estar a las órdenes de Del Bosque y sus compañeros de selección le premiaron con una sonora ovación cuando con las botas puestas pisó el césped de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. La imagen, nada común en las concentraciones de España, no fue el simple apoyo a un compañero, era el reconocimiento a un jugador muy importante dentro del equipo y fundamental en los éxitos de la Eurocopa y el Mundial.

Ayer en una entrevista en Antena 3 confirmó lo mal que lo había pasado durante el tiempo en que veía que su rodilla no mejoraba. "Han sido ocho meses de sufrimiento. Lo pasé mal porque veía solución; perdía la fuerza de la pierna y no podía jugar. Incluso pasó por mi cabeza dejar el fútbol". En esos meses, su equipo no paró de ganar, de conquistar títulos, pero en muchos de los partidos, Puyol se tenía que conformar con la grada o el banquillo como mucho, incluida la final de la Champions. El defensa no estaba. Ni su cuerpo ni su cabeza. Del Bosque estaba al tanto de todo lo que sucedía aunque en alguna rueda de prensa confesó que en ocasiones era muy complicado hablar con el azulgrana. "Sé que lo ha pasado muy mal. He hablado con él y me ha llegado a decir que había pensado en dejar el fútbol", confesó el seleccionador en Radio Marca.

Durante estos meses de aislamiento deportivo,  Puyol se refugió en su mundo. Encontró el apoyo de Piqué y Cesc, amigos y desde el pasado mes de agosto compañeros de vestuario. Hierro y Del Bosque también estuvieron a su lado. No le podían fallar cuando fueron los que más insistieron en que no cerrara el capítulo de la selección.  Y es que tras el torneo celebrado en Sudáfrica, Puyol quería dejar al equipo español. No se veía con fuerza, pero Fernando Hierro y una charla con Del Bosque días antes de la final, lograron que cambiara de idea. El azulgrana daba el sí, pero no se esperaba el calvario que iba a pasar meses después.

Ahora todos estaban esperando su regreso. Saben que su vuelta supondrá el final de las hostilidades pasadas vividas tras los duros enfrentamientos en los clásicos disputados entre Barcelona y Real Madrid. Es un jugador respetado y, a día de hoy, todavía necesario en  el grupo. Su presencia en anteriores concentraciones habría terminado con algunos episodios vividos. Es más, antes de su ausencia veía los partidos con España como un oasis de tranquilidad ante tanta tensión que se vive en los equipos grandes semana tras semana. Su idea es la de llegar a la Eurocopa y alcanzar los cien partidos vistiendo la Roja, tal y como le pidió Del Bosque.