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Guti Superstar: la estrella irreverente
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VUELVE A TENER PROBLEMAS CON UN ENTRENADOR

Guti Superstar: la estrella irreverente

Que la carrera de Guti, ya en su tramo final, ha sido tan singular como su forma de jugar es un tema incontestable. El centrocampista internacional

Foto: Guti Superstar: la estrella irreverente
Guti Superstar: la estrella irreverente

Que la carrera de Guti, ya en su tramo final, ha sido tan singular como su forma de jugar es un tema incontestable. El centrocampista internacional del Real Madrid ha sabido crearse su espacio dentro del club de Chamartín -que siempre presumió de señorial- para lograr vivir a su manera. Como las grandes estrellas del rock, que se muestran irrespetuosos con el sistema establecido a la vez que son miembros privilegiados del mismo.

Llegó al club siendo un niño hace un cuarto de siglo y, tras pasar por todas las categorías, debutó con 19 años en el primer equipo. En la vieja Ciudad Deportiva se habló, y mucho, sobre su exquisita zurda. Así fue presentado en sociedad, como una perla más de la cantera blanca.

Y desde entonces, siempre han contado con él a la hora de confeccionar la plantilla en verano a pesar de su extraño comportamiento, próximo al de los grandes genios de la historia. Un día, cargando desde su bota izquierda con todo el peso de un club de la importancia internacional del Madrid, y al otro, actuando como un niño caprichoso al que no le dan lo que pide. Así es Guti, y nadie le va a descubrir ahora.

Como los grandes toreros, se han levantado a lo largo de los años infinidad de debates sobre su estatus de futbolista. Entre la afición tiene tantos detractores como defensores a ultranza. Pero predominan aquellos que ya han aprendido a vivir con el veterano más juvenil que ha pisado jamás el vestuario del Bernabéu. Guti lo mismo viene que de repente se va. Cuando le da por venir, todos los amantes del buen fútbol están de enhorabuena. Y cuando desaparece a lo largo de la temporada, ya todos sabían que eso podía pasar.

Juande Ramos, su actual entrenador, ya ha tenido el ‘placer’ de conocer las dos caras de la estrella del rock que se cambia todos los días en el vestuario de Valdebebas. El segundo capitán del Real Madrid sufrió esta temporada una lesión muscular que le tuvo apartado de los campos varias semanas. Juande sólo ha podido contar con él desde hace veinte días, y en su regreso a la Liga le dio el triunfo a su equipo ante el Espanyol con un magistral lanzamiento de falta minutos despues desaltar al campo. La cara de la moneda.

Pero ya han trascendido los problemas de Guti con el entrenador manchego, idénticos a los protagonizados a lo largo de los años con otros inquilinos del banquillo blanco. Tras volver a la titularidad en el pasado derbi, Juande decidió cambiarle tras una discreta actuación del canterano. El desplante público del centrocampista a su entrenador, con malos gestos y feas expresiones incluidos, lo pudo ver todos los aficionados. Esto quizá le costó la suplencia el martes en Liverpool. La cruz de la misma moneda.

Identificado con la grandeza

Desde el club se le ha acusado en círculos privados de que ha estado más pendiente de jugar al golf que de recuperarse de su lesión. Lo cierto es que es baja para el partido de esta noche en San Mamés por unas molestias en los abductores. Una lesión que a los periodistas que cubren diariamente la información del Madrid no ha sonado nada bien. Se parece mucho a otras 'pataletas' del rubio jugador. Pero aunque la duda exista, es indemostrable que se haya ‘borrado’ para el partido ante el Athletic.

Y es que su irreverencia nunca ha llegado a ser extrema. Guti conoce muy bien los límites del espacio que se ha creado para subsistir tanto tiempo en uno de los clubes más exigentes del mundo. Nunca los ha traspasado y no lo va a hacer ahora con 32 años. Es de las personas que mejor conoce los valores del Madrid. Pero siempre estuvo más ligado a la grandeza que al sacrificio y ansias de mejora que representa su amigo Raúl.

En esta temporada sólo queda ver si los blancos logran la remontada en Liga. Y es en esos partidos (en alguno de ellos) donde volverá a aparecer el talento del de Torrejón para cargar con el peso de esa camiseta. Son destellos de su grandeza. Destellos de una estrella que de brillar con mayor constancia hubiera sido de las más grandes del firmamento. Pero eso ya lo saben todos los que le vieron jugar durante años. Es Guti, que viene y va.

Que la carrera de Guti, ya en su tramo final, ha sido tan singular como su forma de jugar es un tema incontestable. El centrocampista internacional del Real Madrid ha sabido crearse su espacio dentro del club de Chamartín -que siempre presumió de señorial- para lograr vivir a su manera. Como las grandes estrellas del rock, que se muestran irrespetuosos con el sistema establecido a la vez que son miembros privilegiados del mismo.