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De cómo un preservativo 'mal puesto' dejó a la Fórmula 1 sin televisión en Gran Bretaña
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los PATROCINIOS POLÉMICOS en la F1

De cómo un preservativo 'mal puesto' dejó a la Fórmula 1 sin televisión en Gran Bretaña

La presencia por primera vez de una marca de preservativos como patrocinador en la Fórmula 1 fue involuntariamente impulsor de sus retransmisiones televisivas

Foto: El Surtees TS19 patrocinado por Durex
El Surtees TS19 patrocinado por Durex

1976 siempre se recuerda como una temporada especial en la historia por la épica lucha entre Niki Lauda y James Hunt, reflejada en la película RUSH (2013) de John Howard. Sin embargo, en paralelo ocurrió un episodio decisivo para el futuro de la Fórmula 1: la venta de los derechos televisivos centralizados por primera vez en la historia. Una marca de preservativos fue el culpable involuntario de aquella decisión.

Mientras los equipos presentaban en febrero sus nuevos coches y patrocinadores, causó enorme revuelo que el equipo Surtees incorporaba en su nuevo TS19 el patrocinio de ¡una empresa de condones!. Su propìetario John Surtees, único piloto campeón del mundo en motos y en coches, era una personalidad muy respetada en el Reino Unido y en el automovilismo internacional. Pero como constructor de Fórmula 1 no tuvo tanto éxito y su equipo nunca estaba entre los aspirantes al título, por lo que le acechaban siempre las penurias económicas. Por ello, cuando la compañía ‘London Rubber’ se acercó a ‘Big John’ para patrocinarle con su marca de preservativos ‘Durex’, no dudó un momento en aceptar un dinero vital para mantener a flote su equipo, Eso sí, exigió que el patrocinio tenía que hacerse con con mucha seriedad y clase.

Y lo consiguieron, porque el coche lucía impecable cuando se presentó en la ‘Race of Champions’ , una carrera de pretemporada fuera de campeonato celebrada en Inglaterra, donde los equipos acostumbraban a estrenar sus coches nuevos. El problema vino cuando la BBC se negó a transmitir el evento, al no considerar aceptable que una empresa de preservativos se anunciara en ‘horario familiar’.

Un boicot inflexible

No dejaba de resultar chocante que bajo el estricto código moral de la época se admitiera no sólo la publicidad de tabaco, sino también patrocinios como los del equipo Hesketh y la revista pornográfica Penthouse, o de una marca de papel de liar tabaco Rizla+ ( mayoritariamente entonces, el más popular para liar porros). Los directivos de la BBC no veían problemas de mala influencia con los niños en un 'simple papel para liar tabaco' y una revista de ‘entretenimiento para adultos’, pero sí lo percibían con una marca de preservativos. Por ello la BBC pública se cerró en banda y boicoteó no sólo la ‘Race of Champions’ sino también el Gran Premio de Gran Bretaña que se celebró ese año. Aquí el tema empezó a ponerse interesante.

En aquellos años no se retransmitía en ningún país el campeonato en su totalidad, sino cada uno televisaba su Gran Premio de casa y el de Mónaco. Al no estar centralizada la compra de derechos televisivos ni existir en Europa aún televisiones privadas, resultaba muy excepcional retransmitir más de dos carreras por temporada. Pero James Hunt se estaba convirtiendo ese año en un fenómeno social en las Islas Británicas y el boicot de la BBC empezó a ser cuestionado.

Que no se retransmitiera la carrera local, ganada además por el propio Hunt entre una enorme polémica, provocó que l ira de los aficionados fuera in crescendo segùn avanzaba la temporada. ¿Qué motivo llevaba a la BBC pública a privar a los contribuyentes de seguir las andanzas de su principal ídolo popular? Efecto Streisand total: Por tratar de ocultar al público la marca ‘Durex’, ahora el centro de todas las polémicas, se hablaba más de ella más de lo que nunca hubieran imaginado los ejecutivos de London Rubber Co. El asunto llegó al parlamento y se convino en recular de tan intransigente postura ane un coche patrocinado por una marca de condones. Finalmente, se llegó a un acuerdo para que todos los televidentes británicos pudieran ver en directo a su ídolo James Hunt en su lucha por el campeonato frente a Niki Lauda en la gran final de Japón.

placeholder Durex estuvo cuatro temporadas presente en la Fórmula 1 FOTO: Tiff Needell
Durex estuvo cuatro temporadas presente en la Fórmula 1 FOTO: Tiff Needell

Entra Bernie Ecclestone

Pero el siempre perspicaz Bernie Ecclestone, que seguía todos estos acontecimientos con sumo interés, vio la oportunidad de oro para ejecutar una de sus negociaciones maestras. Líder del sindicato de constructores (FOCA) le planteó a la BBC que, o extendía un contrato para retransmitir al año siguiente todas las carreras del campeonato en directo, o serían ellos los que boicotearían a la televisión pública en la carrera decisiva de la temporada.

Ecclestone siempre defendió el derecho de Surtees de estar en la parrilla a pesar de su controvertido patrocinio (el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra) y se solidarizó con el resto de escuderías ante lo que consideraron un boicot inaceptable. La propuesta de Ecclestone cayó muy bien entre los equipos, que le tenian ganas a la BBC por no retransmitir la carrera británica y ante la repercusión para sus patrocinadores. A la BBC no le quedó otra opción que arrodillarse de nuevo ante el chantaje y acordó con Ecclestone retransmitir al año siguiente todas las carreras de la temporada.

El golpe de mano con los derechos

Curiosamente, en el Gran Premio de España de 1976, meses después de que falleciera Franco, nadie puso ninguna objeción a la retransmisión de la carrera con un coche patrocinado por Durex. Probablemente, los ejecutivos de Televisión Española de la época no tendrían ni idea de qué se trataba o, en caso de saberlo, decidieron con buen criterio dejarlo correr, ya que a fin de cuentas era un producto imposible de encontrar a la venta en nuestro país.

Como en España, en Gran Bretaña sólo se permitió la publicidad de preservativos en televisión a partir de 1983. Llegado ese momento, dejaba de tener sentido la presencia en Fórmula 1, pues a diferencia del tabaco, ya no necesitaban buscar atajo alguno para ‘colarse’ en televisión. El ‘caso Durex’ se estudió en prestigiosas escuelas de negocios acerca de los riesgos reputacionales, cuando una línea muy fina separa el éxito clamoroso del mayor de los desastres corporativos.

Para Bernie Ecclestone, aquella historia fue la llama que encendió la lámpara de Aladino, pues con la venta centralizada de los derechos televisivo empezó a arrebatárselos a las televisiones locales de los países organizadores de Grandes Premios: ‘Si quieres carrera, los derechos de emisión son míos’ presionaba a los organizadores el magnate. Una apropiación de derechos que le enfrentó con la FIA y su presidente Jean Marie Balestre, uno de los principales frentes de batalla que acabó configurando la Fórmula 1 tal y como la conocemos hoy día. Quién iba a decir que todo iba a empezar con un 'preservativo mal puesto'…

1976 siempre se recuerda como una temporada especial en la historia por la épica lucha entre Niki Lauda y James Hunt, reflejada en la película RUSH (2013) de John Howard. Sin embargo, en paralelo ocurrió un episodio decisivo para el futuro de la Fórmula 1: la venta de los derechos televisivos centralizados por primera vez en la historia. Una marca de preservativos fue el culpable involuntario de aquella decisión.

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