Hamilton tiene lo que hay que tener para ser campeón del Mundo, pero Rosberg...

“Me ha sorprendido. Pero así funcionan las cosas”. Nico Rosberg, todavía en caliente, reconoció en el podio del GP deEEUU que el adelantamiento que sufrió por parte de Lewis Hamilton nada tuvo que ver con algún problema en el monoplaza, sino que se debió a un despiste suyo. La víctima se relajó unos instantes, unas décimas de segundo, tiempo suficiente para que Hamilton asestase el golpe que le convierte en el campeón moral de este 2014. Al inglés, ahora le falta rematar esa superioridad sobre Rosberg materializando un título que puede ser suyo acabando segundo las dos pruebas que faltan. Rosberg, tras su lapsus, ya no depende de sí mismo.

Un golpe limpio y rápido. Hamilton, que partía segundo en Austin, se mantuvo tras su compañero la primera parte de la carrera. En torno a la vuelta número 20, comenzó a estrechar la diferencia a cada vuelta, respirándole cerca de la nuca pocos giros después. Y fue en la vuelta número 24 cuando se aprovechó de un rival que bajó la guardia a la hora de afrontar la primera curva de dicha vuelta. ¡Zas! Hamilton, que cuenta con la experiencia de ganar un Mundial en la última curva del mismo, es consciente de que hay que estar en alerta permanente. No falló. No perdonó. Fue letal. Tiene lo que hay que tener para ser campeón del Mundo. Rosberg está perdiendo este envite y si lo ganara al final, no sería por derrotar a Lewis sobre el asfalto.

El determinante adelantamiento del ex de McLaren evidencia que hace mucho que dejó atrás los temores y “nervios” que le influyeron en su pilotaje antes del verano. Ha sabido sobreponerse a la presión de su compañero, a quien ahora tiene bajo control. En la clasificación de Pilotos, entre Hamilton y Rosberg hay una diferencia de ‘sólo’ 24 puntos. En la pista, la distancia aumenta repasando la temporada de cada uno ya que sobre el asfalto Hamilton ha vencido en los ‘cuerpo a cuerpo’ que ha tenido con su compañero, salvo el de las estrechas calles de Mónaco y, si acaso, el de Canadá, donde tuvo que abandonar Lewis. En Estados Unidos, Japón y Bahrein –aquí Hamilton retuvo a un Rosberg más rápido las últimas 11 vueltas- salió victorioso el inglés. Y siempre que Hamilton ha salido por delante de Rosberg, éste no le ha podido arrebatar la posición (salvo por avería).

Las diez victorias de Hamilton dejan en mal lugar las cuatro que suma Rosberg, quien vivió su mejor racha en el segundo tercio del año –desde el GP de Mónaco hasta Bélgica-. Este reinado coincidió con ‘desgracias’ de Hamilton, quien no puntuó ni en Canadá (fallo en su sistema de frenos, ¿a consecuencia de su lucha con Rosberg?) ni Spa (por un golpe de Rosberg). Además, en la Q1 de Alemania sufrió una rotura de frenos (partió desde la posición número 20), en la Q1 de Hungría salió ardiendo su monoplaza y en Mónaco no pudo intentar arrebatar la ‘pole’ a Rosberg ya que este, según Hamilton, provocó una bandera amarilla para evitarlo. A estos ‘condicionantes ajenos a Hamilton’ hay que sumar el abandono cuando iba líder en la primera carrera, algo de lo que se aprovechó también Rosberg.

Mandando sus “nervios” a freír espárragos

No todo fue fortuito. Nico, líder del Mundial hasta finales de septiembre, había destacado sobre su compañero por cómo estaba gestionando la presión y el pulso en el campeonato desde el punto de vista emocional. Su templanza y solidez provocó que éste cometiera errores como el exceso de confianza en la clasificación del GP de Gran Bretaña (aunque terminaría ganándolo Lewis), y puede también que el de la Q3 de Austria (partió noveno). “He tenido varios problemas, espero no tener más que me pongan nervioso”, reconoció tras el GP de Alemania. ¿Nervioso? David Coulthard no veía razón para que Hamilton se preocupase: “Está detrás por la mala suerte. Ha tenido más abandonos y problemas que Rosberg, y si hubieran tenido los mismos, Hamilton lideraría por más puntos de los que tiene ahora Rosberg” (tras la carrera germana Nico tenía 14 puntos más que Lewis).

Y así ha ocurrido. Ganar un Mundial no sólo es cuestión de talento y Hamilton ha debido controlar otros factores, como el de superar su bache mental que manifestó sobre todo en Austria y Silverstone. Apoyado en la fortaleza y posibilidades de su monoplaza, Hamilton dio la vuelta a la tortilla y recortó los 29 puntos que le llegó a sacar Rosberg. Desde que no tiene problemas en su coche –Italia- ha hecho pleno de victorias (cinco seguidas), en las que Rosberg no ha podido hacer nada.

Ya sólo quedan dos fines de semana, Brasil y Abu Dabi. Allí, el enemigo para Hamilton ya no se llama Roberg, sino ‘suerte’. Aunque si a alguien de Mercedes el factor ‘suerte’ debe alguna… es a Hamilton. En este capítulo, Rosberg acumula dos únicos percances -ceros en Gran Bretaña y Singapur- por averías mecánicas. En este punto de la temporada y pese a que la última carrera es de doble puntuación, Hamilton ha logrado la tranquilidad que le da el saber que puede finalizar segundo en ambas carreras y será campeón –haga lo que haga Rosberg-. Y con el coche que le ha dado Mercedes, algo raro ha de pasar para que este supuesto no ocurra.