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Cuando la honestidad de un piloto derriba el sueño de su padre
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EL HIJO DE DAMON HILL, JOSH, ABANDONA EL AUTOMOVILISMO A LOS 22 AÑOS

Cuando la honestidad de un piloto derriba el sueño de su padre

"Acepto la decisión con algo de tristeza", aunque tiene "todo mi apoyo, como siempre". Damon Hill, campeón del mundo de 1996, recibió este martes la noticia

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Cuando la honestidad de un piloto derriba el sueño de su padre

"Acepto la decisión con algo de tristeza", aunque tiene "todo mi apoyo, como siempre". Damon Hill, campeón del mundo de 1996, recibió este martes la noticia de que su hijo no quiere seguir la estela que comenzó su padre, Graham Hill y que prosiguió él mismo en Fórmula 1. El niño, Josh, ha decidido a sus 22 años colgar el casco, los guantes y aparcar el coche cuando se le auguraban un buen futuro en el automovilismo. Tiene talento, pero se le han ido las ganas y la motivación. "No quiero competir si no estoy al cien por cien entregado". Con estas palabras y a través de su Twitter, el piloto de la Fórmula 3 Europea se despidió de una profesión que hizo célebre su apellido. Ha sido honesto consigo mismo, con su equipo, con el automovilismo y con la ‘dinastía’ Hill.

El ruido del motor y el olor a gasolina fueron habituales desde el nacimiento de Josh, que vio cómo a los cinco años su padre se proclamaba campeón del mundo con Williams de Fórmula 1. Si hoy en día, en España, se tiene el ejemplo de la creciente pasión por el mundo del automovilismo entre los jóvenes gracias al ‘Fenómeno Alonso’, imagínense qué efecto podría tener ese éxito trasladado al caso de Damon Hill y su hijo. "De pequeña quería ser como mi padre", ha señalado en más de una ocasión María de Villota, algo así pensaría también Josh Hill, al igual que Nico Rosberg, Marco y Michael Andretti, Carlos Sainz Jr, Oriol Serviá, Marcus Gronholm, Colin McRae, Gilles Villeneuve, Paul di Resta, Andy Soucek, Nelsinho Piquet, Johnny Cecotto Jr, los tres hijos de Jack Brabham, Kazuki Nakajima… y tantos pilotos cuya primera inspiración la tuvo en casa.

Se desvía de un camino marcado desde niño

El caso de la familia Hill es excepcional porque es la única que tiene a dos campeones de Fórmula 1, Graham conquistó los campeonatos de  1962 y 1968 y su hijo el de 1996. Joshua, que siguió la tradición familiar de llevar en el casco los ocho remos blancos del Club de Remo de Londres, quizás se puso el listón a la altura del techo que un día tocaron su abuelo y su padre y no se ha visto con la suficiente fuerza como para poder alcanzarlo. Tal vez en su cabeza siempre ha estado conseguir los logros de su familia y no competir simplemente para ser feliz o poder ganarse la vida como piloto de carreras. O se ha dado cuenta de que los pasos que ha dado los ha llevado a cabo sin pensar en más opciones, sólo porque era el camino ‘fácil’ debido a su talento (primordial) y el conocimiento de este mundo por parte de su padre. Algo le ha tenido que pasar por la cabeza para cortar en seco una prometedora trayectoria en un empleo con muchos sacrificios pero que se compensa conduciendo al límite un vehículo.

Josh Hill debutó en 2008 en el campeonato Junior Ginetta, donde finalizó tercero en la general y ganó las Winter Series. De ahí pasó a la Fórmula Ford hasta 2011, cuando ascendió un peldaño hasta la Fórmula Renault Británica, logrando seis ‘poles’.  En 2012 disputó la Formula Renault NEC y finalizó tercero con cinco victorias. En la presente temporada ya se había subido una vez al podio en la F3 Europea pero este premio no alimentó el hambre de Josh.

Seguramente haya muchos trabajadores de la cultura occidental que pasan días, semanas o épocas malas en su trabajo. Hay quien –sobre todo en estos días y en países como España- no disfruta de su ocupación y simplemente lo tiene como una manera obligada de subsistir. Lo de Josh ha sido más que una mala racha, una desmotivación que no iba a ninguna parte y, afortunadamente para él, ha tenido la opción de enfocar su ambición hacia otro lugar. Además, para conducir un monoplaza a 200 km/h se necesita estar 100% centrado ya no sólo para ganar, sino para no cometer un error en el que se ponga una vida en juego.

"Acepto la decisión con algo de tristeza", aunque tiene "todo mi apoyo, como siempre". Damon Hill, campeón del mundo de 1996, recibió este martes la noticia de que su hijo no quiere seguir la estela que comenzó su padre, Graham Hill y que prosiguió él mismo en Fórmula 1. El niño, Josh, ha decidido a sus 22 años colgar el casco, los guantes y aparcar el coche cuando se le auguraban un buen futuro en el automovilismo. Tiene talento, pero se le han ido las ganas y la motivación. "No quiero competir si no estoy al cien por cien entregado". Con estas palabras y a través de su Twitter, el piloto de la Fórmula 3 Europea se despidió de una profesión que hizo célebre su apellido. Ha sido honesto consigo mismo, con su equipo, con el automovilismo y con la ‘dinastía’ Hill.