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Todos los adversarios le quedan pequeños a Froome, incluso Nibali y Chaves
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multiplica su ventaja gracias a chaves y roche

Todos los adversarios le quedan pequeños a Froome, incluso Nibali y Chaves

El colombiano López hizo honor al apodo de 'Superman' imponiéndose en solitario. Volvió a sobrevolar las cumbres, luciéndose en la cima de Calar Alto tras un ataque dentro del último kilómetro

Foto: Froome entró por delante de Nibali en Calar Alto. (EFE)
Froome entró por delante de Nibali en Calar Alto. (EFE)

La Vuelta es dura. Durísima en ocasiones. Hay muchas risas últimamente con Murcia, convirtiéndola en la nueva Lepe del humor folklórico español. Muchas de esas risas (algunas especialmente graciosas, no vamos a negar la evidencia) centran su mirilla sobre la escasez de agua del Levante español. Las cosas como son, no llueve mucho en Murcia. Pero díganle eso a cualquiera de los ciento y pico corredores que salieron de Lorca con el impermeable cerrado hasta la nuez. La etapa ya era bonita por su recorrido y dificultad, pero la lluvia inicial y el frío final le dieron un giro de tensión y emoción inesperado y que hicieron que le supiera mucho mejor la victoria a Miguel Ángel López y el fortalecimiento del liderato a Froome, que aunque había pocas dudas, hoy ha disipado unas cuantas más: va a ganar la Vuelta.

El colombiano López hizo honor al apodo de 'Superman' imponiéndose en solitario. Volvió a sobrevolar las cumbres, luciéndose en la cima de Calar Alto tras un ataque dentro del último kilómetro que ningún rival pudo resistir. Explosivo, el colombiano firmó su primera victoria en la Vuelta con un adelanto de 14 segundos sobre Froome, Nibali y el holandés Kelderman. Nadie le vio venir. Entre tanto gallo surgió un pollito recién salido del horno de los sub-23 y campeón del Tour del Porvenir 2014. Ni siquiera los dos primeros de la general le siguieron la rueda. Mucho menos su jefe de filas, Fabio Aru, que por lo visto ha venido a España a sufrir, en penitencia por tampoco pelear el Tour.

placeholder Así queda el nuevo top-10, por fin con Contador.
Así queda el nuevo top-10, por fin con Contador.

En la refriega final Froome aparentó sufrir, una treta tras la cual rebañó 6 segundos de bonificación a rivales directos y blindó la camiseta roja aprovechando que sus rivales más directos sufrieron una soberana pájara. Se hundió Chaves, quien se dejó 2.07 minutos en meta y el segundo puesto de la general, y con él, los dos Yates y todo el Orica. Más triste es el caso de Simon, escapado junto a Bardet y Atapuma para después caer a la cola de todos y perder más de 17 minutos y medio. Ahora Chaves es tercero a 2.33 del líder. También claudicó, y mucho, Nicolas Roche. Perdió 4.17 y pasó del tercer al undécimo lugar. Buen palo para el irlandés. Resistió David de la Cruz, a 1,14 de López y cuarto en la general a 2.36 de Froome, pese a sufrir una avería en plena ascensión. Y se mantuvo en sus marcas Alberto Contador, que cedió al final, llegando a 31 segundos junto a Bardet, Zakarin y Nieve. Aun con todo, se mete por fin en el top-10.

A los valientes del día, porque había que ser bravo para escaparse con la que estaba cayendo, se apuntaron actores secundarios y alguno que hace poco en el Tour fue incluso protagonista, pero solo a veces. Allí se ofreció Romain Bardet, tercero en el Tour y muy alejado del reparto en la Vuelta. También Igor Antón, aquel chaval que en 2006 fue la estrella en la cima de Calar Alto vestido de naranja Euskaltel. Precisamente Antón era el mejor clasificado de la avanzadilla a casi 6 minutos de Froome. Un dato que no preocupó demasiado al maillot rojo, ni a su Sky, contra frío y agua dirigiendo las maniobras en el pelotón. En el tránsito hacia Velefique (13.2 kms al 8.6%), primer puerto largo y serio de la Vuelta, el Orica de Chaves y los hermanos Yates tomó el relevo del Sky para reducir de 4 a 2 minutos la diferencia. Dejó de llover, como regalo para el pelotón, después de más de tres horas bajo el aguacero.

El ataque de Nibali que le sirve para ser segundo.

El Orica sacó pecho al inicio del ascenso a Velefique y mandó por delante a Simon Yates, quien enlazó junto a Atapuma y Visconti con 4 hombres de cabeza: Bardet, Aldemar Reyes, Armée e Igor Antón. El grupo principal a 1.30 minutos de nuevo bajo el mando del Sky. Tras el descenso , Bardet, Yates y Atapuma empezaron a trepar hacia el observatorio astronómico de Calar Alto (1ª categoría), el punto más alto de la provincia de Almería a 2.168 metros de altitud, en la Sierra de Filabres, con sus 15,5 kilómetros con un porcentaje medio de 5,9%. Tres ciclistas de postín perseguidos por el pelotón remolcado por el Sky a 2.40 minutos.

Una locomotora el equipo de Froome, con Mikel Nieve y el italiano Gianni Moscon asfixiando al grupo de 9 favoritos, en el que faltaban Chaves, Roche, segundo y tercero de la general, Adam Yates y Aru. Más de medio podio en apuros. A 6,5 de meta se acabó la escapada. Los gallos midieron sus fuerzas en espera de la traca. Tensó Nieve para Froome, pero respondió Contador con el primer ataque. Respondió Nibali, que abrió hueco a 2.000 metros de meta. Atrapado el pelotón llegó el turno, planificado con sangre fría, de Miguel Ángel López.

La victoria de López.

El colombiano, retirado en 2016 tras romperse la cara en una caída y recuperado de una fractura de tibia tras sufrir un accidente el pasado noviembre, apareció en su mejor versión. Arrancó para no volver en el último kilómetro. Con las alas de la ambición llegó eufórico junto al observatorio astronómico, donde se acercan las estrellas. "Estoy feliz por ganar una etapa tan complicada por la lluvia. Tuve fuerza y conocía el final, esperé con calma tuve y rematé al final. Espero que continúe con esta progresión", dijo.

Una progresión sin límites conocidos. Empezó despuntando con la victoria en el Tour del Porvenir 2014, año que fichó por el Astana. En 2015 ganó una etapa de la Vuelta a Burgos y en 2016 despegó con su primer triunfo absoluto ProTour en la Vuelta a Suiza y el remate en la Milán-Turín. Esta temporada empezó con la pierna rota, pero una vez curado, a lo suyo, ganar. Ganó etapas en Burgos y Austria y en la Vuelta su estreno por todo lo alto. El día del primer ensayo en alta montaña, de donde Froome salió más reforzado. Desde el observatorio el británico vio Madrid más cerca.

Este jueves se disputa la duodécima etapa, entre Motril y Antequera, de 160,1 kilómetros.

La Vuelta es dura. Durísima en ocasiones. Hay muchas risas últimamente con Murcia, convirtiéndola en la nueva Lepe del humor folklórico español. Muchas de esas risas (algunas especialmente graciosas, no vamos a negar la evidencia) centran su mirilla sobre la escasez de agua del Levante español. Las cosas como son, no llueve mucho en Murcia. Pero díganle eso a cualquiera de los ciento y pico corredores que salieron de Lorca con el impermeable cerrado hasta la nuez. La etapa ya era bonita por su recorrido y dificultad, pero la lluvia inicial y el frío final le dieron un giro de tensión y emoción inesperado y que hicieron que le supiera mucho mejor la victoria a Miguel Ángel López y el fortalecimiento del liderato a Froome, que aunque había pocas dudas, hoy ha disipado unas cuantas más: va a ganar la Vuelta.

Chris Froome