Contador inicia la reconquista de la corona del Tour en casa de su enemigo Froome

Ha llegado la hora de la cita ciclista por excelencia del calendario mundial: el Tour de Francia. La ronda francesa, imbuida en esa moda de arrancar la carrera en países ajenos para recaudar un buen puñado de euros, se traslada a Leeds para disputar tres etapas en suelo inglés –como hiciera en 2007, el año del primer triunfo de Alberto Contador en la ronda francesa–.

Chris Froome, el principal favorito, ejerce de anfitrión de un pelotón en el que apenas se cuentan cuatro británicos (Cavendish, Geraint Thomas, Sean Yates y el propio Froome) y en el que se echa de menos a Bradley Wiggins –el único ciclista con el título de Sir–, pero cuyas desavenencias con Froome le han dejado fuera de la lista del Sky. Ambos líderes no se hablan desde hace meses y para evitar conflictos durante las próximas tres semanas se ha optado por dejar fuera a Wiggins.

El Tour de Francia 2014 se presenta, además, como el esperado duelo entre los dos mejores corredores del momento en lo que a vueltas por etapas se refiere. El británico, defensor del título y gran dominador en 2013, se mide a un renacido Contador que ha vuelto a su mejor nivel en el primer tramo de la temporada. Los ensayos previos en la Volta a Catalunya o el Dauphiné se decantaron del lado del español, aunque en ninguno de los dos casos alcanzó el triunfo final. Eso sí, el golpe moral del duelo personal lo asestó el ciclista de Pinto. Sin embargo, el Tour es el Tour y en las carreteras francesas se espera el verdadero y definitivo duelo entre ambos. Para regocijo, además, de los organizadores franceses, que no esconden sus deseos de un cara a cara entre ambos, dejando en segundo plano la injerencia de otros aspirantes.

Los ‘outsiders’ a los dos grandes favoritos son de auténtico lujo. El primero de ellos es Alejandro Valverde, que llega más convencido que nunca de estar ante su gran oportunidad y frotándose las manos del desgaste previo que están sufriendo sus dos grandes rivales. Pese a no tener un año brillante –hasta recibió un toque de atención de Vinoukurov, el patrón del Astana–, Vincenzo Nibali se ha entonado en los últimos días –ganó el Campeonato de Italia en ruta el pasado sábado– y llega con claras aspiraciones de romper los pronósticos.

El resto de aspirantes parten de inicio varios peldaños por debajo y su victoria o entrada en el podio se pagaría a precio de oro en las casas de apuestas: Talansky –ganador del Dauphiné por delante de Contador y Froome–, Kwiatkowski –está sorprendiendo su gran temporada–, Rui Costa –actual campeón del mundo y que dejó Movistar para poder luchar por la general en grandes vueltas–, Van den Broeck –la eterna promesa que siempre tiene una desgracia a modo de caída o avería–, los hermanos Schleck –más por lo que fueron que por lo que son–, Van Garderen –porque algún año le llegará su confirmación– y los locales Rolland y Bardet –por aquello de jugar en casa y la proyección que se les presupone–.

Una lista de favoritos –donde a buen seguro se colará alguna sorpresa- que está elaborada pensando en el recorrido que presenta la ronda gala. Mucha montaña, con más importancia de Pirineos que de Alpes, una sola contrarreloj el penúltimo día –eso sí de 54 kilómetros– y etapas trampas como la segunda en suelo inglés –plagada de cotas y por carreteras estrechas– y la temida jornada del pavés el quinto día de carrera. Los Pirineos, probablemente, serán los jueces de la carrera. Los duelos entre Contador, Froome y sus rivales se prevén apasionantes con etapas como la 16ª –cinco subidas, entre ellas Portet de Aspet y el Port del Balés (donde a Andy Schleck se le saltó la cadena en su duelo con Contador en 2010)–, la 17ª con final en Pla d’Adet –puerto de categoría especial donde se llegará tras ascender el Portillon, Peyresourde y Val Louron– y la 18ª con final en Hautacan, previo paso por el gigante Tourmalet.

Pero al margen de los grandes nombres que lucharán por la general, el Tour de Francia presenta otros dorsales muy atractivos y que a buen seguro brindarán un gran espectáculo. Los esprints estarán reservados para gente como Cavendish, Degenkolb, Kittel, Greipel o Demare principalmente –esperemos ver a Rojas algún día–, los 'cazaetapas' como Cancellara, Sagan o ‘Purito’ Rodríguez –que llega mermado para luchar para la general, pero que quiere ser protagonista, como él mismo reconoció a El Confidencial en una entrevista previa a su viaje a Inglaterra– entre otros también pondrán su granito de arena para convertir un año más al Tour de Francia en la mejor carrera del mundo.