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La leyenda de Muhammad Ali en 10 asaltos
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un repaso a la vida del gran boxeador

La leyenda de Muhammad Ali en 10 asaltos

“El espíritu mismo del siglo XX, el príncipe del hombre de masas”, como dijo Norman Mailer. Diez historias sobre cómo cambió no sólo el boxeo, sino la vida misma de su época

Foto: Ali, antes de un combate (Las Vegas News Bureau).
Ali, antes de un combate (Las Vegas News Bureau).

Muy chulo, simpático, guapo, polémico, espectacular en su plenitud, lento de reflejos en su declive. Siempre un mito. Cassius Clay, luego llamado Muhammad Ali, fue uno de los iconos del siglo pasado. Acaso el más brillante. “El espíritu mismo del siglo XX, el príncipe del hombre de masas”, como le definió Norman Mailer, el gran cronista de boxeo y uno de los padres del Nuevo Periodismo que tanto se fijó en el boxeo. Aquí recopilamos su vida en diez asaltos de leyenda.

[Muere la leyenda del boxeo e icono del siglo XX]

1.- Medalla de Oro en los JJOO de Roma

El combate contra Pietrzykowski en Roma 1960.

Sí, lo fue. El más grande. Y él lo repetía una y otra vez. Con 56 victorias (37 por KO) y apenas cinco derrotas, el 'loco de Louisville' cambió la historia del boxeo. Fue medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en la categoría de peso semipesado. Ahí se empezó a forjar su leyenda. Tan sólo tenía 18 años.

2.- Una avispa contra Sonny Liston

placeholder ¿La mejor imagen deportiva de siempre? (Neil Leifer).
¿La mejor imagen deportiva de siempre? (Neil Leifer).

“Vuela como una mariposa, pica como una avispa”. Era una de las frases que definían su técnica encima del ring, “ese cadalso de la doce cuerdas” (Manuel Alcántara dixit). El combate con Sonny Liston, que lo escucha por la radio Don Draper en el capítulo ‘The Suitcase’, uno de los mejores de la serie ‘Mad Men’, fue el que marcó el inicio de su carrera como campeón de los pesos pesados. Aquel 25 de mayo de 1965, Neil Leifer captó el instante de quizá la mejor fotografía de deportes de toda la Historia. Fue un ‘punch fantasma’. Un golpe que pocos vieron.

[Las mejores frases de una personalidad arrolladora]

Ya era el 'Rey del Mundo', la vibrante biografía que sobre Ali escribiera David Remmick, director de 'The New Yorker'.

3.- El Islam y la negritud

placeholder Ali, junto a un compañero de los Musulmanes Negros en Chicago (Cordon Press).
Ali, junto a un compañero de los Musulmanes Negros en Chicago (Cordon Press).

Odiaba su nombre por su origen esclavo. Cassius Marcellus Clay. Así se llamaba el nombre de un hombre blanco que era dueño de su bisabuelo. A su bisabuelo le nombraron así por él. Y luego pusieron a su abuelo y a su padre. Su ídolo era Malcom X, quien le bautizó como Muhammad Ali. José Luis Garci le dijo a Antonio Astorga en ‘ABC’ que Clay (él prefiere denominarlo así) fue “el más puro exponente de los sesenta, como Vietnam, los Beatles y los Rolling, Malcolm X o Martin Luther King. Con él nace la auténtica rebelión, él es anterior a Berkeley y a mayo del 68”.

4.- Vietnam

"Mi enemigo sois los blancos, no el Vietcong".

Ali fue llamado a filas en 1967 para ir a la guerra de Vietnam. “Ningún vietnamita me ha llamado 'negrata'”. Esta frase y su negativa a enrolarse en el Ejército le provocaron la suspensión de su licencia de boxeador. Fue condenado a varios años de prisión, aunque finalmente no entró en la cárcel. Estuvo tres años sin poder combatir. Tres años en su plenitud como deportista. Volvió con más fuerza.

5.- El “combate del siglo” que perdió con Frazier

El combate del siglo.

En 1971 Ali regresó al ring. Y lo hizo, como su orgullo y carácter le apremiaban, enfrentándose a la estrella indiscutible del momento: Joe Frazier. Ali lanzaba 'jabs' largos y largos y Frazier contestaba a su manera: enseñando el protector dental, “una mueca burlona”, como relata Mailer en ‘En la cima del mundo’. Aunque Ali perdió, se humanizó su figura. Él también podía perder y recuperarse. Regresaba el campeón y el mito.

6.- Contra Foreman en Kinshasa: “Ali, bomayé”

placeholder Ali contra Foreman (Cordon Press).
Ali contra Foreman (Cordon Press).

Kinshasa, octubre de 1974. Un ring africano presidido por el retrato gigante de Mobutu, el dictador del Zaire. “Ali bomayé; Ali bomayé" (Ali, mátale; Alí, mátale), grita la afición. Un campeón charlatán, desafiante. Aquí Muhammad Ali, antes Cassius Clay, 32 años, ex ‘número 1’ del mundo. En el otro extremo del cuadrilátero, George Foreman, 24 años, de gran pegada y favorito en la pelea.

[La reacción del planeta a su fallecimiento]

Ali empezó el combate de un modo arrollador. Parecía que iba a vencer por KO en dos asaltos. Luego se dejó pegar. Parecía arrinconado sobre la lona y Ali, que siempre hablaba e insultaba a sus contrarios, le decía: “Es todo esto lo que tienes”. Foreman estaba agotado de tanto pegar. Ali al final le tumbó. Foreman besó la lona. Y el público seguía gritando: “Ali bomayé”.

7.- “La batalla de Manila” con Frazier

'Thrilla in Manila'.

No fue una pelea. Fue una guerra. No fue una guerra, fue un sinsentido. Un thriller. ‘Thrilla in Manila’, como se le conoce a este combate, más propio de dos hombres de Atapuerca. Se pegaron demasiado, hasta el límite de lo humano. El árbitro tenía que haber suspendido la pelea de aquel 1 de octubre de 1975.

No importa quién ganara. Ambos perdieron. La fatiga de ambos púgiles era demasiado evidente. Sin velocidad, pegados a las cuerdas. Frazier con la boca sangrando y Ali que estuvo a punto de pedir que se suspendiera la pelea, al final del asalto 14 vio cómo los médicos examinaban a Frazier. La pelea tuvo secuelas físicas en Frazier.

8.- Alcántara narra su combate con Evangelista

Contra Evangelista en 1977.

Ali tenía 36 años. Evangelista, apenas 22. Fue en Maryland (Estados Unidos), un 18 de mayo de 1977. Y Manuel Alcántara, el mejor cronista español de boxeo de todos los tiempos, estuvo allí para contarlo. Ali simulaba como si le estuviera a punto de pegar y con una servilleta blanca le animaba a torearlo, como si Ali fuera el torero y Evangelista el toro. Fue el teatro previo a la pelea.

[Así boxeaba el loco de Louisville]

El campeón “da pataditas en la lona, saca la lengua, invita al aspirante a que ataque, juega a dejarse golpear y se tapa como una tortuga apoyado en las cuerdas”. Ganó Ali, pero fue una victoria muy ajustada. Evangelista estuvo a punto de lograrlo. Ali jamás volvió a ser el mismo.

9.- Parkinson y Juegos Olímpicos de Atlanta

placeholder Ali, con la antorcha olímpica en Atlanta 96.
Ali, con la antorcha olímpica en Atlanta 96.

Se retiró el 21 de diciembre de 1981 en Nassau (Bahamas) en un combate frente a Trevor Berbick. El boxeador ya padecía parkinson. La enfermedad le recluyó durante sus últimos 20 años de vida. Su última gran aparición en público, con las manos temblorosas, fue en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Allí portó el pebetero olímpico y volvió a recibir la medalla de oro de Roma, que perdió, de manos de Juan Antonio Samaranch.

10.- En la toma de posesión de Obama

placeholder En la toma de posesión de Obama en 2009 (Jim Young/Reuters).
En la toma de posesión de Obama en 2009 (Jim Young/Reuters).

Estuvo en la primera toma de posesión de Barack Obama, el 20 de enero de 2009. En un sitio de honor de la tribuna de invitados, las miradas se dirigían a él. Todos sabían que la normalidad extraordinaria de que Obama asumiera la presidencia de Estados Unidos en parte también se debía a la lucha contra el racismo de Ali, “el más grande”. Obama se cortaba el pelo todos los viernes en la barbería Hyde Park Hair Salon & Barber Shop de Chicago frente a una foto en tamaño real de Ali.

Muy chulo, simpático, guapo, polémico, espectacular en su plenitud, lento de reflejos en su declive. Siempre un mito. Cassius Clay, luego llamado Muhammad Ali, fue uno de los iconos del siglo pasado. Acaso el más brillante. “El espíritu mismo del siglo XX, el príncipe del hombre de masas”, como le definió Norman Mailer, el gran cronista de boxeo y uno de los padres del Nuevo Periodismo que tanto se fijó en el boxeo. Aquí recopilamos su vida en diez asaltos de leyenda.

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