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Xavi Pascual no consigue sacar del atasco a un Barcelona plagado de estrellas
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dudas en el inicio de curso

Xavi Pascual no consigue sacar del atasco a un Barcelona plagado de estrellas

Un conjunto diseñado para aspirar a la gloria que no despega y exhibe sobre el parqué una imagen que dista mucho de las expectativas generadas.

Foto: Xavi Pascual da instrucciones a sus jugadores durante un partido del Barcelona. (Efe).
Xavi Pascual da instrucciones a sus jugadores durante un partido del Barcelona. (Efe).

No siempre el poderío económico fue sinónimo de éxito. Esta afirmación casa a la perfección con el dubitativo y poco fiable inicio de campaña del FC Barcelona. En apenas dos meses, el fastuoso proyecto ideado desde las oficinas del Palau Blaugrana muestra claros síntomas de inadaptación. Un conjunto diseñado para aspirar a la gloria que, más allá de las cinco derrotas y los contados momentos de lucidez hasta la fecha, exhibe sobre el parqué una imagen que dista mucho de las expectativas generadas.

Eldomingo, laderrota ante Unicaja en el Palau (67-74) sirvió para evidenciar un día más las carencias de una nave que no termina de despegar. La alternancia de luces y sombras lo impiden. Ver a todo un Barça hacer la goma ante su público desconcierta al personal. Un personal exigente y entendido, acostumbrado a las cotas más altas, que no logra identificar las señas de identidad desplegadas por su equipo. Al concluir el choque, Xavi Pascual lanzó un conciso mensaje para navegantes: “Algunas actuaciones individuales no han estado dentro del partido y no han estado concentradas. Puedes estar mal o bien, pero siempre hay que estar y eso es lo que más me preocupa del partido”.

Nadie duda de que los 25 millones de euros de presupuesto para este curso han permitido confeccionar una plantilla de ensueño. Las incorporaciones deJoey Dorsey, Kostas Papanikolaou, Bostjan Nachbar Maciej Lampe y Jacob Pullen suponen un salto cualitativo importantísimo de cara a luchar por todas las competiciones. Sin embargo la realidad, y sobre todo los resultados, no terminan de justificar la inversión.En baloncesto, una máxima tan obvia como garante de éxito es ganar cada uno de los cuartos. Si es así la victoria es indiscutible. Casualidad o no, lo cierto es que el Barcelona ha perdido el segundo cuarto en cada una de sus cinco derrotas: 20-18 en Estambul ante Fenerbahce, 14-22 en la visita del Nanterre, 20-17 en Bilbao, 16-13 en Santiago y 17-26 ante Unicaja. Una estadística que evidencia la falta de concentración a la que alude el técnico. Aunque detrás de ella se oculta lade adaptación clara de algunas piezas nuevas que se antojan clave dentro del bloque.

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Del aluvión de críticas que rodean el mal comienzo destacan algunos puntos capitales. La ausencia de un director en pista que mueva al equipo con facilidad lastra las condiciones del equipo. Huertas no pasa por su mejor momento, Sada se muestra por momentos apático y Jacob Pullen es el hombre elegido para pagar las frustraciones de un Pascual a quien no siempre le vale con la clase de un mito viviente como Juan Carlos Navarro.Por dentro el desconcierto se llama Maciej Lampe. El polaco evidencia que no se encuentra cómodo en su faceta de compañero de Tomic en la pintura. Dorsey cubre el expediente desde su poderío atrás,pero necesita de un ‘playmaker’ que le ponga el balón bien arriba para acabar de ser él mismo que en Olympiacos. Por último, tratar de apuntalar el juego del equipo desde la defensa hacen que se jueguen partidos a poco más de 70 puntos, limitando un potencial ofensivo estancado y estéril que no ve forma de explotar de forma regular.

Por si fuera poco, la vuelta de Lorbek tras su operación de rodilla y el inminente regreso de Brad Oleson después de su fractura de peroné, ponen a Pascual en la tesitura de elegir dos descartes antes de cada encuentro. Una vía para el castigo que siempre puede traer luchas de egos a un vestuario lleno de estrellas. Aunque siendo optimistas, elaumento de la competencia podrá suponer el impulso necesario para la relajación y falta de compromiso de algunos jugadores. “Si alguien no se merece jugar, será muy fácil. Si todo el mundo merece jugar, entonces lo decidiremos en función de los partidos”. Con tan contundentes palabras, el asunto parece zanjado. Al ya de por sí titubeante momento se une el descomunal y aplastante arranque del máximo rival, por historia y millones (27 para ser exactos), el Real Madrid. Un Real Madrid que es una balsa de aceite y que cuenta todos sus partidos hasta la fecha por victoria. Precisamente los de Laso serán los encargados de testar las dudas del Barça en el Clásico del próximo domingo 29 (19.00 horas, La 1).

A favor, un crédito acumulado a lo largo de los años. Pese a sus 41 años, Pascual afronta su noveno curso en la máxima categoría como entrenador jefe con un palmarés envidiable: tres Ligas ACB (2009, 2011 y 2012), tres Copas del Rey (2010, 2011 y 2012) y una Euroliga (2010). Un historial que debería servir de garantía para alejar de su rutina los fantasmas del fracaso. El entrenador no oculta su descontento cada vez que tiene oportunidad. Tampoco le duelen prendas a la hora de confirmar la evidencia. "Me cuesta decir cualquier cosa que pueda sonar a excusa o a explicación, no hay ningún argumento válido, no es justificable nuestra segunda parte, nos faltó energía, agresividad, deseo... nos faltó todo". Con esas duras palabras describió el paupérrimo papel desplegado por sus hombres en el sonrojante descalabro ante el Monbus (77-60) en Santiago.

Cuando el tiempo y el margen de mejora son el mejor aliado

Muchos intereses, incluidos los mediáticos, se empeñan en hacer leña de un árbol que dista mucho de caer. El aura de presión y exigencia que envuelve a los grandes equipos minimiza el margen de error. Pero no todo es oscuridad en este Barça. La materia prima es envidiable y nadie niega que ha habido partidos donde el equipo ha cuajado meritorias actuaciones. En Euroliga, sendos triunfos ante CSKA (79-70) y Fenerbahce (94-81),dos de los cocos de la máxima competición continental, así como el balance de 6-2 y la segunda plaza del grupo A,invitan al optimismo. Cierto que la Euroliga representa un escenario luminoso y engalanado donde concurren las mejores espadas. De ahora en adelante,la labor de Pascual debe radicaren inculcara sus hombres el mismo espíritu en la competición doméstica.

Una clima nada confortable que, desgraciadamente para los intereses azulgranas, no resulta del todo extraño. Sin ir más lejos, durante el pasado curso, el inicio de temporada en Liga Endesa, al margen del dubitativo estado de forma de Juan Carlos Navarro y su eterna fascitis plantar, dejó mucho que desear. Tanto que el billete para la Copa del Rey llegó sobre la bocina. La séptima plaza y un pobre balance de 9-8 al término de la primera vuelta ponían el grito en el cielo. El sorteo fue caprichoso y emparejó a los de Xavi Pascual con el Real Madrid. 108-111en un duelo de cuartos de final épico que requirió de dos prórrogas para aupar a un Barcelona que se disipó todas sus dudas de un plumazo. Motivación de sobra para ahuyentar los malos espíritus e invertir la tendencia hasta erigirse en campeones de la Copa.

Éste sólo es un botón de muestra, quizá el más cercano en el tiempo, de los múltiples ejemplos que nos ha dejado la incontrolable voracidad competitiva del Barcelona. La luz al final de un escarpado y húmedo túnel, muchos millones después, algunos tropiezos inesperados y una pila de críticas, merecidas e injustas a partes iguales, es que la historia y el talento natural están de su lado. Cuestión de tiempo y algunos retoques en la puesta a punto que ya están encargados.

No siempre el poderío económico fue sinónimo de éxito. Esta afirmación casa a la perfección con el dubitativo y poco fiable inicio de campaña del FC Barcelona. En apenas dos meses, el fastuoso proyecto ideado desde las oficinas del Palau Blaugrana muestra claros síntomas de inadaptación. Un conjunto diseñado para aspirar a la gloria que, más allá de las cinco derrotas y los contados momentos de lucidez hasta la fecha, exhibe sobre el parqué una imagen que dista mucho de las expectativas generadas.

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