"Soy la bala en la recámara": el peor día en la vida de los publicistas de Nike por culpa de Pistorius

El 14 de febrero de 2013, un mazazo sacudió al deporte mundial. Oscar Pistorius, uno de los atletas más reconocidos en todo el planeta y un ejemplo de superación para muchas personas, acababa de matar a tiros a su novia. Lo que nadie podía esperar es que aquel asesinato fuera a coincidir en el tiempo con una campaña publicitaria de Nike, su principal marca de esponsorización, que obligó a la compañía a tomar una drástica decisión pocas veces vista.

Pistorius era un deportista de renombre mundial. Un problema genético hizo que sus padres tomaran la decisión de amputarle las piernas por debajo de las rodillas con solo 11 meses, con el peso que esta decisión tendría en su vida. A pesar de ello, no dudó en pelear por su gran sueño, que no era otro más que convertirse en atleta profesional. Con ayuda de unas prótesis, fue quemando etapas, hasta demostrar a todo el mundo que era un deportista de elite.

Tan increíbles eran sus capacidades que pronto se le quedó corto competir en categoría paralímpica, por lo que volvió a pelear por lograr otro sueño: ¿sería capaz de competir en unos Juegos Olímpicos? Tras quedarse fuera de Pekín 2008 al no conseguir la mínima, trabajó muy duro, logrando su gran objetivo en Londres 2012. No solo era la primera persona con doble amputación que lo conseguía, sino que incluso llegó a las semifinales de la cita olímpica.

Pronto se convirtió en un filón para las marcas, que vieron en Pistorius un verdadero ejemplo de superación deportiva. Durante muchos años, Nike se volcó en él y lo convirtió en una referencia de sus promociones, tanto a nivel de anuncios como de cartelería. Lo que nadie podía esperar es lo que iba a pasar unos meses después del éxito deportivo, cuando el atleta sudafricano iba a acabar con la vida de la que era su novia, la modelo Reeva Stenkamp.

Pistorius afirmó que se despertó alterado por la noche, escuchando ruidos dentro del baño y que, preocupado porque fuera un ladrón, descerrajó cuatro tiros desde el otro lado de la puerta, impactando en la persona que había allí: era su novia. Pero durante el juicio pronto se desmontó su versión. La acalorada discusión previa que refirieron los vecinos, los gritos de socorro de la mujer y el tiempo necesario para ponerse las prótesis para alcanzar el arma, le dejaban en evidencia.

Y Nike se acababa de encontrar con un gravísimo problema. No solo era un referente publicitario de la compañía, sino que justo en esas fechas acababan de lanzar una campaña con él... que, tras lo sucedido, era de lo más inoportuna: "I'm the bullet in the chamber" ("Soy la bala en la recámara"). La compañía norteamericana tuvo que borrar rápidamente el anuncio, eliminar la cartelería de la campaña y, cómo no, romper el acuerdo que tenía con el sudafricano.

Un drama para Nike

"Nike ha suspendido su contrato con Oscar Pistorius. Consideramos que deben concederse todas las garantías procesales a Oscar Pistorius y seguiremos atentamente la evolución de la situación", emitía la compañía en un primer comunicado. Poco después, tras confirmarse la pena de prisión, Nike rompía definitivamente con el atleta, pero aquella noche no fue sencilla para los publicistas de la empresa, a los que una macabra casualidad les había jugado una mala pasada.

Solo unos años antes del caso Pistorius, Nike ya se había victo obligada a cancelar sus acuerdos con Lance Armstrong tras confirmarse su caso de dopaje. Y, años después, también rompían con Livestrong y con Tiger Woods por su escándalo sexual, si bien, poco después, continuaron trabajando juntos. Aquella 'bala en la recámara' no fue la mejor campaña de publicidad de la compañía, que se vio seriamente dañada por el asesinato a sangre fría de Pistorius.