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Marta Domínguez busca cerrar bocas tras lo mucho y mal que se ha hablado de ella
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PELEARÁ POR UNA MEDALLA EN LA FINAL DE LOS 3.000 OBSTÁCULOS

Marta Domínguez busca cerrar bocas tras lo mucho y mal que se ha hablado de ella

Encerrada en su mundo y despejando dudas sobre su estrado de forma llega Marta Domínguez a la final del 3.000 obstáculos a partir de las diez

Foto: Marta Domínguez busca cerrar bocas tras lo mucho y mal que se ha hablado de ella
Marta Domínguez busca cerrar bocas tras lo mucho y mal que se ha hablado de ella

Encerrada en su mundo y despejando dudas sobre su estrado de forma llega Marta Domínguez a la final del 3.000 obstáculos a partir de las diez y cinco de la noche. En la semifinal reguló, jugó con los cuatro puestos de clasificación y no desgastó gramo alguno de fuerza más allá del necesario. Corrió lo justo y necesario. Nada más. La atleta con mejor palmares de la historia del atletismo español llega con su cinta rosa en el pelo, con rabia y con ganas de demostrar a todo el mundo que continúa siendo una luchadora y que todo lo dicho sobre ella pertenece a un inventario que se ha quedado sin pruebas, al menos para la juez que decidió cerrar el caso que salpicó directamente a la palentina, que no es otro que el llamado 'Operación Galgo'. Hasta el momento ha estado callada y hoy querrá cerrar bocas a todos aquellos que la han señalado por su presencia en los papeles.

Tal cual demostró el sábado parece llegar bien, con la fuerza y la puesta a punto suficiente como para pelear por lograr algo que no tiene como es una medalla olímpica. Es su momento, quizás el último de su carrera. El tropezón en la valla de la recta de enfrente en la final de Pekín le impidió conquistar una nueva medalla en los que son sus cuartos Juegos Olímpicos. El peligro llegará vía África con tres etíopes (Diro, Assefa y Ayalew) y dos kenianos (Njoroge y Cheywa, autora de la mejor marca del año con 9:07.14) y del este de Europa, especialmente con la rusa Zaripova,

Al margen de Marta Domínguez, el de hoy es uno de los señalados en rojo por el atletismo español. A las once de la mañana Mario Pestaño (capitán de la selección) y Frank Casañas, quinto en Pekín, buscarán la final de disco, que llegará lanzando 65 metros o quedando entre los doce primeros. Úrsula Ruiz lanzará peso, buscando una final que está a un metro y diez centímetros de su mejor marca que es 17,80.

También por la mañana llega el 'comando Sevilla', los atletas del 800 metros. Luis Alberto Marco lo hará en la primera serie con el cuarto mejor tiempo de los participantes. Después aparecerá Kevin López, con el récord de España aún caliente con esos 1:43:74 que le colocan como el favorito de su eliminatoria. Ambos debutan en unos Juegos, caso contrario al de Antonio Reina, que está ante sus terceros Juegos y con un estado de forma que recuerda al que logró en 2002 la marca que hade días batió su amigo Kevin López. Clasifican tres y los tres mejores tiempos de las series.

La mañana la cerrarán las tres mujeres del 1.500. Natalia Rodríguez -no ha competido durante la temporada- debería pelear por medalla, pero su estado de forma es una pura incógnita. Nuria Fernández e Isabel Macias también buscarán el pase a las semifinales.

Encerrada en su mundo y despejando dudas sobre su estrado de forma llega Marta Domínguez a la final del 3.000 obstáculos a partir de las diez y cinco de la noche. En la semifinal reguló, jugó con los cuatro puestos de clasificación y no desgastó gramo alguno de fuerza más allá del necesario. Corrió lo justo y necesario. Nada más. La atleta con mejor palmares de la historia del atletismo español llega con su cinta rosa en el pelo, con rabia y con ganas de demostrar a todo el mundo que continúa siendo una luchadora y que todo lo dicho sobre ella pertenece a un inventario que se ha quedado sin pruebas, al menos para la juez que decidió cerrar el caso que salpicó directamente a la palentina, que no es otro que el llamado 'Operación Galgo'. Hasta el momento ha estado callada y hoy querrá cerrar bocas a todos aquellos que la han señalado por su presencia en los papeles.

Marta Domínguez