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Jorge Mendes, el hombre más poderoso del fútbol, desembarca en el Real Madrid
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REPRESENTANTE DE MOURINHO, CRISTIANO RONALDO, PEPE...

Jorge Mendes, el hombre más poderoso del fútbol, desembarca en el Real Madrid

Muy poco queda de aquel modesto agente de jugadores que echó a andar con el portero Nuno y su traspaso al Deportivo en 1997. Antes recorría

Foto: Jorge Mendes, el hombre más poderoso del fútbol, desembarca en el Real Madrid
Jorge Mendes, el hombre más poderoso del fútbol, desembarca en el Real Madrid

Muy poco queda de aquel modesto agente de jugadores que echó a andar con el portero Nuno y su traspaso al Deportivo en 1997. Antes recorría las carreteras portuguesas y españolas conduciendo vehículos de clase media, ahora surca los aires de medio mundo a bordo de un avión privado, habitual medio de transporte que utiliza a diario Jorge Mendes, uno de los hombres más poderosos del fútbol actual y que desde su posición de representante de José Mourinho ha desembarcado en el Real Madrid, de la misma manera que antes hizo en Oporto, Chelsea e Inter. En el club blanco lo tiene más sencillo porque ya cuenta con el apoyo de Cristiano Ronaldo en primer lugar y el de Pepe en segundo.
 
Ahora Mendes cuenta con 30 empleados y una empresa llamada Gestifute, que acostumbra a mover 200 millones de euros en diferentes operaciones cada verano y que cuenta con cien jugadores de los mejores jugadores del mundo en sus filas. Mendes fue jugador de Segunda B en el Vianense, equipo al que compró las vallas de publicidad, para después montar un videoclub, unas discoteca y conocer a Nuno, el punto de partida de la historia. En la actualidad su agenda teléfonica está repleta de números de los principales presidentes de los mejores equipos de fútbol, su cuenta bancaria rebosa de millones de euros y, como no, se ha convertido al selecto club de los moradores de La Finca de Pozuelo.
 
Jorge Mendes no tuvo un inicio sencillo. El mercado portugués estaba copado por José Veiga y Palio Barbosa. Con el primero, agente de Luis Figo cuando dejó el Barcelona con destino al Real Madrid, terminó a golpes con él en un aeropuerto. Al segundo le fue dinamitando y quitando los mejores jugadores que tenía, el último Miguel Veloso. Su secreto, al margen de contar con Mourinho y Cristiano Ronaldo, es el de comprar jóvenes talentos portugueses y brasileños y vender parte de su pase a los equipos. En el Oporto funcionó hasta que hace un par de temporadas se produjo un cortocircuito y ahora su centro de operaciones es el Benfica. Parte del pase de Di María, por ejemplo, es de su propiedad, circunstancia que se repite con David Luiz, jugadores, pretendidos, curiosamente, por el Real Madrid. La receta es sencilla: compra barato y joven en Sudamérica y utiliza Portugal como lanzadera.
 
Muchos afirman que una de las claves del éxito de Mourinho es tener al lado a Mendes, pero otros, como el propio Moratti, le acusan de las desmesurada ambición del técnico, que no dudó en dejar plantado primero al Oporto y ahora al Inter. Es más, el máximo accionista del Inter le pidió como precio de la libertad de Mourinho que le liberara de Quaresma y Motta, dos de los jugadores que colocó en el club italiano. Lo cierto es que el mánager del ya entrenador del Real Madrid se mueve como pocos y cuando menos te lo esperas está metido de lleno de las operaciones más importantes del club en cuestión. Lo hizo con el sospechoso y señalado por la justicia Pinto da Costa, presidente del Oporto. Ya con Mourinho de entrenador, el agente se hizo dueño del Oporto, hasta que fueron seducidos por el dinero de Abramovich y el glamour del Chelsea.

65 millones en el verano de 2004
 
Dicen que en el verano de 2004 se llevó una comisión de 65 millones de euros por el pase Mourinho y cuatro jugadores (Costinha, Paulo Ferreira, Tiago y el checo Peter Cech). Ese verano también colocó a Deco en el Barcelona. Antes de la firma, Mendes se citó en Oporto con el entonces candidato a la presidencia del Real Madrid Florentino Pérez. Mendes fue a buscar al aspirante al aeropuerto a los mandos de un Porsche deportivo. Como es lógico, los guardaespaldas de Florentino tuvieron que seguir al coche en un taxi porque en el Porsche no había sitio para más. Lo peor fue que el movimiento de Pérez sólo sirvió para que tanto Barcelona como Chelsea pagaran más porque al parecer ya estaban comprometidos antes del viaje. A Florentino no le hizo ni pizca de gracia.
 
Cuando Abramovich decidió terminar con la era Mourinho, Mendes no tuvo ningún tipo de reparo a la hora de colocar en el aún caliente banquillo del Chelsea a Scolari, al que después colocó en Uzbekistan. Entre una y otra operación se calcula que ingresó otros 10 millones de euros de comisión. Así es la sombra de Mourinho. Un gran agente, pero un tipo sin escrúpulos. El Manchester United también ha sido otro de los equipos en los que ha actuado el portugués. Tras Cristiano Ronaldo, llegaron Nani y Anderson por los que pagaron 65 millones de euros.

En el madrid se le conoce como 'el amigo de Calderón y Mijatovic'
 
Los empleados del Real Madrid conocen a Mendes con el apelativo del amigo de Calderón y Mijatovic. Tal es así que alguno de los empleados del club que trabajó en la época Calderón ha colaborado estrechamente con el portugués en los primeros meses de Ronaldo en el Real Madrid. Y es que el portugués se enganchó a la manera de hacer del imputado ex presidente a partir del fichaje de Pepe, por el que se pagaron 30 millones de euros en un traspaso investigado por la fiscalía portuguesa y nunca aclarado. No fue el único que llegó, pero sí el más importante.

Los equipos con los que trabaja suelen repetir

Intentó colocar a Quaresma, Lucho González, a Scolari, al propio Di María... Uno de los fichajes más llamativos fue el del juvenil Alipio. Portugués de origen brasileño, llegó al Real Madrid con 16 años y tras pagar dos millones y medio de euros por el que se presumía iba para figura y ahora que pasea sin pena ni gloria por Valdebebas. Apuesta arriesgada, pero hasta que se puede considerar habitual. El pase del jugador era propiedad de su club de procedencia y de Mendes. Lo curioso, las cláusulas que logró incluir en el contrato. Si Alipio jugaba con el primer equipo, dos millones, cantidad que se multiplicaba hasta llegar a los veinte partidos y diez millones. Alipio igual no ha salido tal cual esperaba, pero tiene claro que ese es el futuro, es decir, comprar jugadores y ejercer de propietario de ellos.
 
Sus inicios en España no fueron sencillos, pero algo debe tener cuando los equipos en los que ha trabajado repite. Deportivo, el primero, para después pasar por Barcelona (Márquez y Motta), Atlético (Hugo Leal, Seitaridis, Maniche, Simao), Real Madrid (Ronaldo, Alipio, Mourinho, Pepe...).  La experiencia negativa la tuvo con el Valencia por el fallido traspaso de Simao.
 
Esquivo con la Prensa, en los pocos reportajes que se ha dejado hacer no ha posado para las fotos, pide que se le hagan las fotos como el que no quiere la cosa, sin posar ante las cámaras. Suele comtrolar a los mejores periódicos de cada país. Maneja como nadie las supuestas ofertas que llegan a sus jugadores, pero visto los antecendentes de los desemboarcos que llegan de la mano de Mourinho, no es de extrñar que los rumores se multipliquen. Lógico y si no que se lo pregunten a Abramovich y a Moratti. ¿Logrará lo mismo en el Real Madrid?

Muy poco queda de aquel modesto agente de jugadores que echó a andar con el portero Nuno y su traspaso al Deportivo en 1997. Antes recorría las carreteras portuguesas y españolas conduciendo vehículos de clase media, ahora surca los aires de medio mundo a bordo de un avión privado, habitual medio de transporte que utiliza a diario Jorge Mendes, uno de los hombres más poderosos del fútbol actual y que desde su posición de representante de José Mourinho ha desembarcado en el Real Madrid, de la misma manera que antes hizo en Oporto, Chelsea e Inter. En el club blanco lo tiene más sencillo porque ya cuenta con el apoyo de Cristiano Ronaldo en primer lugar y el de Pepe en segundo.
 
Ahora Mendes cuenta con 30 empleados y una empresa llamada Gestifute, que acostumbra a mover 200 millones de euros en diferentes operaciones cada verano y que cuenta con cien jugadores de los mejores jugadores del mundo en sus filas. Mendes fue jugador de Segunda B en el Vianense, equipo al que compró las vallas de publicidad, para después montar un videoclub, unas discoteca y conocer a Nuno, el punto de partida de la historia. En la actualidad su agenda teléfonica está repleta de números de los principales presidentes de los mejores equipos de fútbol, su cuenta bancaria rebosa de millones de euros y, como no, se ha convertido al selecto club de los moradores de La Finca de Pozuelo.
 
Jorge Mendes no tuvo un inicio sencillo. El mercado portugués estaba copado por José Veiga y Palio Barbosa. Con el primero, agente de Luis Figo cuando dejó el Barcelona con destino al Real Madrid, terminó a golpes con él en un aeropuerto. Al segundo le fue dinamitando y quitando los mejores jugadores que tenía, el último Miguel Veloso. Su secreto, al margen de contar con Mourinho y Cristiano Ronaldo, es el de comprar jóvenes talentos portugueses y brasileños y vender parte de su pase a los equipos. En el Oporto funcionó hasta que hace un par de temporadas se produjo un cortocircuito y ahora su centro de operaciones es el Benfica. Parte del pase de Di María, por ejemplo, es de su propiedad, circunstancia que se repite con David Luiz, jugadores, pretendidos, curiosamente, por el Real Madrid. La receta es sencilla: compra barato y joven en Sudamérica y utiliza Portugal como lanzadera.
 
Muchos afirman que una de las claves del éxito de Mourinho es tener al lado a Mendes, pero otros, como el propio Moratti, le acusan de las desmesurada ambición del técnico, que no dudó en dejar plantado primero al Oporto y ahora al Inter. Es más, el máximo accionista del Inter le pidió como precio de la libertad de Mourinho que le liberara de Quaresma y Motta, dos de los jugadores que colocó en el club italiano. Lo cierto es que el mánager del ya entrenador del Real Madrid se mueve como pocos y cuando menos te lo esperas está metido de lleno de las operaciones más importantes del club en cuestión. Lo hizo con el sospechoso y señalado por la justicia Pinto da Costa, presidente del Oporto. Ya con Mourinho de entrenador, el agente se hizo dueño del Oporto, hasta que fueron seducidos por el dinero de Abramovich y el glamour del Chelsea.

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