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Valencia y Levante viven de chupar de la misma teta, el Ayuntamiento
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Valencia y Levante viven de chupar de la misma teta, el Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Valencia no pasa por su mejor momento deportivo, ni mucho menos. Aunque no practique ejercicio, los dos equipos de fútbol representativos de la

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Valencia y Levante viven de chupar de la misma teta, el Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Valencia no pasa por su mejor momento deportivo, ni mucho menos. Aunque no practique ejercicio, los dos equipos de fútbol representativos de la ciudad están en una crisis grave económica y piden ayuda a los políticos. Quieren chupar de la misma teta. El Levante UD, ya descendido a Segunda División, sólo ha solucionado, a estas alturas de temporada, cómo pagar la deuda que tiene con su plantilla. El Valencia CF, cuyo máximo accionista continúa siendo Juan Soler, debe a Bancaja 400 millones de euros y sus planes de la venta de Mestalla se complican cada vez más. Al Ayuntamiento se le ocurrió mencionar la posibilidad de compartir estadio y a ambos clubes les entró la risa. El matrimonio entre el fútbol y el ladrillo va camino del juzgado para divorciarse.

Juan Soler está en busca y captura de inversores que apuesten por un renovado Valencia para la 2008/09. El actual campeón de Copa jugará la UEFA el año próximo y -en lo deportivo- podría emular la época dorada que tuvo con Rafa Benítez. De momento, tiene que cuidar muy bien su amistad con Bancaja, a quien debe 400 millones de euros. Hoy por hoy, imposibles de pagar. Con un presupuesto para este 2008 de 139 millones, la deuda del club aumenta cada mes en unos 6 millones. En la presente campaña se han costeado los fichajes de Banega (18 millones) y Maduro (2 millones) más los despidos de Koeman y su equipo (cerca de 10 millones) y el de Quique Sánchez Flores; en verano ya se gastó otros 20 ‘kilos’ por el gigante Zigic, entre otros. Todo un lujo para sus arcas. Cuando en junio de 2004 Juan Soler accedió a la presidencia (siendo ya máximo accionista, con 70.000 participaciones) el club ‘sólo’ acumulaba una deuda de 132 millones.

La solución a todo este mal ‘ché’ pasaba por vender el terreno del actual estadio y construir cuatro torres de viviendas de 16 plantas cada una: 360 millones de ganancias en la operación. Como le ha pasado al Atlético de Madrid, quieren sanear al club a través de la especulación en mitad de una crisis del sector que continúa su caída. El ex presidente valencianista no tiene compradores salvo él mismo, ya pagó 90 millones por una de las parcelas, como prometió previamente si no encontraba empresas dispuestas. Siguen buscando metros cuadrados para librarse de los números rojos. Quieren que se recalifique la Ciudad Deportiva de Paterna para irse a unos terrenos en la localidad de Ribarroja. Al alcalde de Paterna, Francisco Borruey, no le hace gracia y sólo les recalificarían en el caso de que se queden en la localidad. Pero en junio del pasado año, ayuntamiento de Ribarroja y club firmaron un acuerdo: "El Valencia C.F. S.A.D. asume el compromiso de trasladar su Ciudad Deportiva al ámbito ordenado por el Plan Parcial en Ribarroja del Turia en el plazo máximo de cinco años a contar desde el inicio de las obras de urbanización, así como de permanecer en dichas instalaciones, el plazo mínimo de 20 años, salvo que antes del transcurso de dicho plazo considere que concurren circunstancias, no previsibles hoy, que dificulten el mantenimiento de la actividad deportiva en dichas instalaciones".

Cuando un Ayuntamiento avala a un equipo de fútbol

Su vecino, el Levante, anda también pidiendo ayuda al consistorio una vez que Pedro Villarroel rompió cualquier lazo con el equipo al vender sus acciones a Julio Romero, actual presidente. Hasta que se agilice la recalificación de su estadio ‘Ciudad de Valencia’, el Ayuntamiento va a avalar la deuda del club. Se desconoce la cantidad exacta, aunque está entre los 20 y los 30 millones de euros.

Y mientras tanto, desconociendo los malos tiempos que venían, uno de los jugadores granotas, Mustapha Riga, adquirió varios inmuebles en la Avenida de las Cortes Valenciana, donde tendría cabida el nuevo estadio valencianista. Él no es el único, el madridista Raúl González y el meta ché Santi Cañizares tenían intereses por la zona.

El Ayuntamiento de Valencia no pasa por su mejor momento deportivo, ni mucho menos. Aunque no practique ejercicio, los dos equipos de fútbol representativos de la ciudad están en una crisis grave económica y piden ayuda a los políticos. Quieren chupar de la misma teta. El Levante UD, ya descendido a Segunda División, sólo ha solucionado, a estas alturas de temporada, cómo pagar la deuda que tiene con su plantilla. El Valencia CF, cuyo máximo accionista continúa siendo Juan Soler, debe a Bancaja 400 millones de euros y sus planes de la venta de Mestalla se complican cada vez más. Al Ayuntamiento se le ocurrió mencionar la posibilidad de compartir estadio y a ambos clubes les entró la risa. El matrimonio entre el fútbol y el ladrillo va camino del juzgado para divorciarse.

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