El Real Madrid cumple con el trámite y recupera a Ronie

El Real Madrid cumplió con goles pero sin brillo el trámite de los dieciseisavos de final de Copa del Rey, ante un voluntarioso Ecija, ante el que Ronaldo rompió su sequía goleadora 215 días después.

Era un día de ensueño para los futbolistas del Ecija, que no estaban dispuestos a desaprovechar. Una experiencia única en el Bernabéu, con 5.000 aficionados suyos en las gradas viviendo unas horas históricas y disfrutando con el criterio de su equipo en el campo ante un Real Madrid que no acompañó.

Desmotivado. Previsible. Aburrido. Desorientado. Fabio Capello concedía la oportunidad a los menos habituales que dejaron pasar el tren. Salvo Diego López, firme bajo el arco, errores defensivos, incapacidad en la construcción y falta de movilidad en los últimos metros, se conjugaban en una primera parte para el olvido.

Amenazaba el estreno juntos desde el inicio de la pareja Ronaldo-Van Nistelrooy, pero en el campo el peligro lo puso Pepe Díaz y el criterio con el balón un Ecija ambicioso. El conjunto de Segunda B salió a disfrutar y con una idea sobre el campo. El Real Madrid pensaba que la abismal diferencia de calidad, le concedería por si sola la sentencia en la eliminatoria con el paso de los minutos, como finalmente ocurrió con rival desfogado.

Diarra dejaba escapar un buen día para afianzar su imagen en el centro del campo y sólo la entrega de Sergio Ramos se salvaba de la quema inicial. En sus botas y en las de Van Nistelrooy estuvieron las tres ocasiones madridistas, topándose con un seguro Zigor.

Con claros síntomas de desconcentración, como dos faltas botadas con rapidez por Beckham sin que ninguno de sus compañeros se percatase, el Ecija, apoyado siempre en la movilidad de Pepe Díaz, comenzó a llegar al área madridista y a desquiciar a la afición local, que estalló tras dos errores graves de Mejía y Raúl Bravo.

Era el minuto 20 y Pavón rozaba el penalti segundos antes de que a Pepe Díaz se le empequeñeciese la portería sólo ante Diego López. Javi García no ayudaba a solventar los problemas en la construcción y el partido avanzaba sin noticias de Ronaldo, que al borde del descanso perdonaba, tras un pase de la muerte de Beckham.

El enfado de Capello en el descanso se reflejó en el campo desde el primer segundo de la reanudación. Saltaba con la lección aprendida y cerraba de un plumazo la eliminatoria. Beckham sacaba petróleo de un balón rechazado para abrir el marcador y fulminar la ilusión del modesto, que se fue empequeñeciendo a la par que su físico.

Los espacios permitían a Van Nistelrooy comenzar a conectar con Ronaldo, que tras perdonar una clara ocasión, tiró por tierra su gafe con un bello tanto desde la frontal ajustado al palo derecho.

El partido enloquecía y Van Nistelrooy se sumaba a la fiesta con dos goles, uno de penalti, Mario marcaba el de la honra de un cabezazo picado y De la Red cerraba el partido con el tanto más bello de la noche, un potente disparo a la escuadra que acababa con el trámite.