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'Sálvame' ha muerto ¡Larga vida a 'Sálvame'!
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María Díaz

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'Sálvame' ha muerto ¡Larga vida a 'Sálvame'!

Hace solo unos días se cumplían los 15 años de 'Sálvame', histórico programa de entretenimiento que ha dejado los televisores para comenzar su aventura este mes en el 'streaming'

Foto: Imagen del equipo de 'Sálvame'. (Netflix)
Imagen del equipo de 'Sálvame'. (Netflix)
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Le duela a quien le duela, Sálvame forma para de la historia de la comunicación de España. El programa, que comenzó tímidamente su andadura el 27 de abril de 2009 como tertulia de Supervivientes, ha mutado una y otra vez, año tras año, franja horaria tras franja horaria, y con su mismo cambio ha forzado la metamorfosis, ya no solo de entorno televisivo, sino de todo producto de entretenimiento de gran formato del país.

Esta mixtura entre circo de tres pistas, patio de vecinas y títeres de cachiporra finalizó sus emisiones en Telecinco en junio del año pasado y regresará, a partir del 16 de mayo, como programa de streaming en Youtube y Twitch a través del canal Quickie, el nuevo experimento de los productores de la Fábrica de la Tele, Óscar Conejo y Adrián Madrid.

La idea tras este nuevo Sálvame es ofrecer contenido de larga duración en directo —y luego resubido al canal— junto con formatos breves para redes. El programa resucitado, que se llamará Ni que fuéramos Sálvame —una referencia a la famosa cita de Belén Esteban en el confesionario de GH VIP "¡Ni que fuera yo Bin Laden!"— se emitirá como prueba durante dos meses para regresar, ya de forma regular, en septiembre.

Este es el arriesgado movimiento de los productores, que han refundado su empresa la compra de Mediaset del total de La fábrica de la Tele, pretende sacar provecho de un fandom que tras casi un año del fin del programa, sigue manteniendo el fenómeno vivo mediante memes y videos en redes sociales, la nueva frontera a conquistar.

Historia en tiempo presente

En 2002, los productores de televisión Óscar Cornejo y Adrián Madrid recibieron el encargo de rellenar la parrilla televisiva de Telecinco durante la primera franja de la tarde con un programa barato de temática rosa. Cornejo venía de hacer Sabor a ti y Abierto al anochecer; por su parte, Madrid había formado parte del equipo de Pecado original, formato que sustituye entre polémicas a El informal en el access prime time de Telecinco, la franja que da paso al horario de máxima audiencia del día. Juntos viviseccionaron sus experiencias televisivas y, como hizo Frankenstein con su monstruo, gracias a remedos y la energía catódica, crearon algo nuevo: Aquí hay tomate.

El programa fue un rotundo éxito de público gracias a su sentido del humor, su falta de vergüenza y estética camp, los mismos elementos que crítica y opinión pública vapulearon, pero que repitieron triunfos en Sálvame años después. En lo más duro de la crisis económica —"Mi situación es terrible"— España necesitaba entretenimiento y evasión imparables —"necesito huir, menudo plan"— pero sin ninguna intención aleccionadora, aspiracional o moralista: Sálvame llegó a nado a un país de náufragos.

Foto: Diseño: Irene de Pablo.

Aunque inicialmente Sálvame seguía la estela de la llamada telebasura del cambio de milenio, con Mediaset a la sazón en la vanguardia de cifras y tendencias, pronto el programa comenzó a mudar de piel, a plegarse sobre sí, a fusionarse consigo. Es común tomar la autoconciencia como una calidad a alabar desde la crítica y academia televisivas; se considera síntoma de profundamente, de intelecto, de calidad narrativa. Yo no sé si coincido del todo con esa postura, pero sí estoy segura de que ningún producto televisivo español, desde el coreado Ministerio del Tiempo hasta las campanadas de fin de año de 2020 con Ana Obregón, ha sido concebido con tal volumen de autoconciencia como Sálvame; una cantidad tal conocimiento y distancia sobre lo que se es y lo que se proyecta que le va como anillo al dedo a este zeitgeist de ironía y cinismo.

Kiko Matamoros homenajeando al drag canario, María Patiño acosada a sustos por sus compañeros, Belén Esteban con la boca llena, Chelo García-Cortés disfrazada de Amy Winehouse o Paz Padilla bailando para dar paso a los informativos de catástrofes de Pedro Piqueras. Todo eso y mucho más fue Sálvame, una macedonia entre magazine, gala y reality show donde las paredes de la tele —y de la realidad— se rompían con frecuencia y en directo. Todo un laboratorio experimental.

El propio Paolo Vasile, entonces consejero delegado de Mediaset, definió a la perfección la naturaleza del programa en una entrevista para Mine, donde calificó a los colaboradores de "actores de una comedia, solo que usan sus propios nombres. Matamoros está convencido de ser Matamoros, pero no existe como tal; hay un señor que se llama Matamoros que está interpretando un personaje que se llama así". Ni Charlie Kaufman, oigan.

Futuro imperfecto

Lo cierto es que la sombra de Sálvame es alargada y su influencia, visible o invisible, es un hecho en todo el entretenimiento mainstream español. Por poner un ejemplo muy claro, sin La Fábrica de la Tele no existiría el cebo tomatero, que Deportes Cuatro tomó como bandera, lo que creó escuela en mayoría de informativos deportivos televisados del país. Luego de esto llegó El Chiringuito, que bebe de forma directa y sin recato del estilo de Sálvame, y sin El Chiringuito no hubiera existido jamás la tertulia deportiva en directo de Ibai del pasado 9 de abril en la que Siro López, inconsciente de la emisión, lanzaba acusaciones contra Josep Pedrerol. Al final resulta que algo joven, masculino y serio se alimenta de las formas creadas desde lo supuestamente viejo, femenino y superficial. Puro salseo, puro Sálvame.

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Es difícil especular sobre el futuro éxito o fracaso de esta nueva etapa del universo Sálvame. Los productores han rehecho la empresa bajo el nombre de Fabricantes Studio y el día 15 de mayo, tras un pequeño retraso de la fecha inicial, comienza la aventura. Por el momento tienen lo de siempre, el arrojo y la desvergüenza, más la experiencia, pero si toda esta metamorfosis llega muy tarde o llega muy lejos lo sabremos en los próximos meses. Show must go on.

Le duela a quien le duela, Sálvame forma para de la historia de la comunicación de España. El programa, que comenzó tímidamente su andadura el 27 de abril de 2009 como tertulia de Supervivientes, ha mutado una y otra vez, año tras año, franja horaria tras franja horaria, y con su mismo cambio ha forzado la metamorfosis, ya no solo de entorno televisivo, sino de todo producto de entretenimiento de gran formato del país.

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