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Una teoría sobre 'Zorra' y Eurovisión que va a soliviantar a todo el mundo
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Carlos Prieto

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Una teoría sobre 'Zorra' y Eurovisión que va a soliviantar a todo el mundo

¿Es la canción española una genialidad hípster o un atentado contra los derechos humanos? La polémica nuestra de cada día viene con metralla resignificadora

Foto: El grupo Nebulossa, ganador del Benidorm Fest 2024. (Europa Press/Joaquín P. Reina)
El grupo Nebulossa, ganador del Benidorm Fest 2024. (Europa Press/Joaquín P. Reina)

Me encanta el olor a napalm un lunes por la mañana: media España se ha levantado hoy bramando sobre si Zorra, la canción de Nebulossa elegida para Eurovisión, es una genialidad hípster o un atentado a los derechos humanos. Es la guerra. Cualquier cosita nos pone como motos. Tenemos la mecha cada vez más corta.

De Nebulossa vamos a saberlo absolutamente todo las próximas semanas: si tienen multas de aparcamiento, si son o no estreñidos o si han estado alguna vez en una cárcel turca. Todo todito. De Nebulossa ya sabemos, por ejemplo, que ella (Mery Bas) fue canguro de su marido y pareja artística (Mark Dasousa), lo que es toda una lección de vida sobre la absurda complejidad de la existencia humana: empiezas enrollándote con tu exniñera y acabas en Eurovisión, sometido a fuego cruzado por el significado profundo de un himno llamado Zorra. Sí, amigos, el ser humano del siglo XXI es el animal más random del cosmos.

Dentro extracto de la letra de Zorra:

Salgo sola, soy la zorra.

Si me divierto, la más zorra.

Si alargo y se me hace de día

soy más zorra todavía.

Cuando consigo lo que quiero (zorra, zorra)

jamás es porque lo merezco (zorra, zorra).

Y aunque me esté comiendo el mundo

no se valora ni un segundo.

Estoy en un buen momento.

Solo era cuestión de tiempo.

Voy a salir a la calle a gritar lo que siento

a los cuatro vientos.

Estoy en un buen momento (zorra, zorra).

Reconstruida por dentro (zorra, zorra).

Y esa zorra que tanto temías se fue empoderando

y ahora es una zorra de postal.

Zorra, zorra, zorra.

Etc., etc., etc.

La palabra mágica aquí es resignificar, darle la vuelta al improperio para apropiártelo, lo que hicieron las Vulpes a las bravas con Me gusta ser una zorra, cuya andanada ochentera acabó en escándalo mediático, político y judicial, y con un programa de tele chapado (como recuerdan algunos supervivientes de la movida cada vez que abren la boca, en los 80 sí que había libertad, no como ahora… Chiste involuntario que, sin duda, haría desternillarse a las Vulpes). Estamos resignificando los 80 por encima de nuestras posibilidades…

"No tenemos 20 años. Me la suda todo"

La intención de Nebulossa es, en definitiva, voltear la palabra zorra, de insulto machista a bumerán empoderador: el sí, soy zorra, ¿y qué? de las Vulpes, pero con el punk suavizado con melodías dinarameras. Un nuevo himno feminista para mucha gente.

Pero, ¡ay!, para sorpresa de nadie, a la moralina no le ha hecho gracia la canción. A la moralina de derechas porque vive en llamas y casi todo le parece mal. A la moralina de izquierdas porque (algunas feministas sueltas) creen que la palabra zorra es una vejación inresignificable (por cierto, si Pedro Sánchez no creyera en la resignificación como método, igual no seguiría en la Moncloa: cuando empezó a llamarse Perrosanxe a sí mismo desde el máximo cachondeo, el ataque favorito de la derecha quedó neutralizado y el PSOE recuperó moral de victoria; desde ahí, se construyó la campaña electoral socialista, con Sánchez girando por los medios de derechas diciendo: sí, soy un perro, ¿y qué?).

Lo sabe cualquiera que haya seguido el underground urbano los últimos 30 años: las resignificaciones funcionan a veces, pero requieren gamberrismo gramatical y humor punk, no son aptas para amarrateguis.

Sauna de batalla

Dicho lo cual: no hay mucho que pueda hacer Nebulossa para frenar la conversión de Zorra en campo de batalla con más capas que un posgrado en Berkley. El contexto es el que es: Eurovisión es el gran evento mainstream del que todos opinamos, al que se pueden dar las vueltas que uno quiera, material pop inflamable para una época en la que todo es polémica y rasgada de vestiduras. Además, ¡qué demonios!, Zorra es bastante más entretenida que un pleno sobre la amnistía.

Este quilombo, por tanto, no hay quien lo pare. Es más, puestos a que se liara para estar entretenidos los próximos tres meses (Eurovisión no es hasta mitad de mayo, vamos a tener zorreo hasta la locura y más allá), un perverso hubiera preferido que el Benidorm Fest lo ganara Caliente, el chanelazo de Caprabo de Jorge González, que juega tan descaradamente a calentar al gay cuarentón (influyente tribu urbana eurovisiva) que ni Zoolander lograría parodiarlo. Hablamos de algo más grande que la vida. En una entrevista a González en El País, se produjo un intercambio histórico entre periodista y cantante. Muy atentos porque esto es territorio Aterriza como puedas:

P. La puesta en escena [de Caliente] parece enfocada al público gay. Se han montado una sauna en el escenario.

R. Muchos dicen eso. Yo no lo veo así. No es una sauna, es una ducha.

P. Ah, como en el gimnasio. Completamente distinto.

R. Mira, si la gente de cualquier sector se siente representada, ya sea público gay o los amantes de las duchas…, qué más da. Queríamos representar el calor, el sudor, siendo algo más originales.

placeholder El calentamiento global en el Benidorm Fest. (RTVE)
El calentamiento global en el Benidorm Fest. (RTVE)

Sí, han escuchado bien: donde usted ve una sauna atribulada, con cinco gladiadores frotándose en paños menores y una voz alertando sobre los peligros del calentamiento global ("Caliente. Sube, sube. Caliente. Caliente. Sube, sube. Caliente"), González ve un sencillo canto a la higiene personal, una apelación transversal a los amantes de las duchas (que deben ser unos 40 millones de españoles, tantos como juancarlistas había en 1992).

Pero esto no es todo: el cantante dijo algo aún más asombroso durante el festival. Según González, se nos llena la boca hablando de la gordofobia, pero ¿qué pasa con los hombres “estupendos” como él a los que se ataca por ser guapos, eh, qué pasa con estos represaliados? En síntesis: es muy fácil criticar a Jorge desde el sofá porque está bueno, ¡pero con Mahoma no os atrevéis!

Para los amigos del astracán, en definitiva, ha sido un drama que Caliente no ganara para poder tener a Jorge González pontificando 24/7 sobre saunas y pibones (él mismo con su mecanismo). No obstante, a falta de pan, buenas son zorras (cincuentonas).

Preguntada si tenía miedo a la polémica tras ganar el Benidorm Fest, Mery Bas ha dicho: "No tenemos 20 años. Me la suda todo". ¡Las Vulpes viven, la lucha sigue!

Me encanta el olor a napalm un lunes por la mañana: media España se ha levantado hoy bramando sobre si Zorra, la canción de Nebulossa elegida para Eurovisión, es una genialidad hípster o un atentado a los derechos humanos. Es la guerra. Cualquier cosita nos pone como motos. Tenemos la mecha cada vez más corta.

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