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Esta novela de esta veinteañera sobre el alzhéimer es la bomba: "No nos enseñan a cuidar de la vejez"
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Entrevista

Esta novela de esta veinteañera sobre el alzhéimer es la bomba: "No nos enseñan a cuidar de la vejez"

'Olor a hormiga' es una de las novelas del año. Júlia Peró ha conseguido crear a un personaje inolvidable como Olvido, una mujer mayor a la que podemos detestar y comprender a la vez porque está completamente sola

Foto: La escritora Júlia Peró. (Luis Mario)
La escritora Júlia Peró. (Luis Mario)
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Júlia Peró (Barcelona, 1995) tiene 28 años y ha escrito una novela inolvidable sobre la demencia que empieza a sufrir una mujer mayor. Olvido se llama también esta protagonista y al lector no se le quita de la cabeza. Por sus contestaciones (agrias), por su soledad, por su dolor, por su falta de control, porque quizás ahí vamos todos abocados. Olor a hormiga (Reservoir Books) es el título y tiene todos los visos incluso para dar el salto a otras disciplinas como el teatro o el cine. Es una de las novelas del año.

La autora, que viene del terreno de la poesía (Anatomía de una bañera, 2020), del arte multidisciplinar, de la cosa moderna, fue pergeñando la historia tras vivir hace 10 años con su abuela, que ya estaba iniciando un proceso de demencia. “Pasé varios meses con ella antes de empezar la universidad y me di cuenta de que no nos enseñan a cuidar la vejez y menos cuando empiezan procesos como el alzhéimer. Con 17 años me costó mucho lidiar con la situación”, rememora por teléfono para El Confidencial. Entonces no pensó en escribir nada, pero aquello se quedó guardado en algún lugar y una década después le sirvió para crear a esta Olvido y su cuidadora, una chica que muchas veces tampoco sabe cómo tratar muy bien a esta mujer que no nos cae bien del todo, pero podemos llegar a comprenderla.

Pero eso solo sucede si lees una novela como esta, en la que el lector se adentra en los pensamientos de la mujer. En su rabia y enfado. Si no, es lógico mostrarse como esos vecinos que tildan a la mujer de vieja cascarrabias, solitaria y chocha ya. Con ese puntito de rechazo. “Es que solemos ver a la gente vieja de forma diferente a nosotros. No esperamos de ellos nada nuevo y asumimos que en el tiempo que les queda no van a aprender nada nuevo. No nos enseñan a tratarlos de forma igualitaria”, señala Peró, quien también se lamenta de que en estos tiempos en los que tanto se habla de salud mental y de tanto ir a terapia “hayamos asumido que estas personas que inician procesos de demencia no tengan una asistencia psicológica gratuita”.

placeholder 'Olor a hormiga', de Júlia Peró.
'Olor a hormiga', de Júlia Peró.

La escritora también nos pone frente a nuestros prejuicios y a cómo la última etapa de la vida es la que más hacemos como si no existiera. O la que más nos molesta. Por ejemplo, se ve con los enfados. “Se entiende el enfado del adolescente, de la persona joven, sus quejas. Pero, si es una vieja la que se queja, entonces es una cascarrabias que está loca”, dice Peró. Muchas veces, como pasa en la novela, lo que está es completamente sola.

No es, en este sentido, una novela cómoda. La autora lleva al lector, además, por diferentes emociones, las que va sintiendo Olvido en todo su proceso y que pasan de la ternura al miedo —mucho— y el asco (de ahí en gran parte el misterioso título). La vejez solitaria es fea. Continuamente hay algo repulsivo y chocante, como el amor que siente Olvido por su cuidadora. “Es que ella no entiende que sea un trabajo, sino que está con ella porque la quiere”. Y claro, surgen celos y toda una tormenta emocional que acabará estallando a las dos. “También es difícil para estos cuidadores saber poner los límites. Muchas veces actúan con condescendencia porque no quieren perder su trabajo y las personas a las que cuidan no lo entienden”, añade.

Novela con alzhéimer

Peró ha conseguido en su primera novela marcar un estilazo literario —muchas veces afilado y duro— que se adentra como un cuchillo en la enfermedad mental. Como ella misma dice, no es una novela sobre la demencia, sino con demencia. Hay capítulos que se entrelazan, la historia no es lineal y se salta del pasado al presente. Incluso hay partes que se repiten. Así actúa la demencia. Recuerda en parte a la película El Padre, protagonizada por Anthony Hopkins y Olivia Colman, que mete al espectador completamente en el cuerpo de quien está sufriendo alzhéimer. Es dura. “La vi cuando estaba editándola ya en la editorial. Y sí, es fantástica. Ahí vi a Olvido”, sostiene.

Aparte de la novela y de cómo está tratada la temática, resulta llamativo que una mujer tan joven reflexione sobre la vejez. Es más, que le tenga miedo, como ella misma dice también, cuando ni siquiera ha llegado a los treinta. “Bueno, ya tengo muchas canas, que debe ser genético… Y veo las primeras arrugas, síntomas de flacidez… de alguna manera ese camino empieza y me molesta. Y, por otro lado, en mi familia hay casos de problemas con la mente, depresión, bipolaridad, alzhéimer… Me saltan las alarmas”, explica. Detrás de todo, está el gran miedo: “la soledad, el no poder seguir escribiendo, no poder seguir trabajando, los problemas económicos al ser autónoma…, la sensación de no control”, asegura.

"Se entiende el enfado del adolescente, sus quejas. Pero, si es una vieja la que se queja, entonces es una cascarrabias que está loca"

Por otro lado, también cree que el miedo a envejecer está mucho más presente de lo que creemos, incluso entre la gente joven. “Si le preguntas a alguien de mi edad, ya empiezas a ver que si el ácido hialurónico, que si las cremas, si salen canas te las tapas, te preocupas por la salud mental. Eso son respuestas al temor a envejecer. Yo lo que quería precisamente con esta novela es explorar ese miedo. Después de haberla escrito tampoco es que lo haya perdido”, comenta.

Hay una cuestión que no es baladí y es que la vejez está cada vez más presente en sociedades occidentales como la española. Es decir, se ve más porque la esperanza de vida es mucho mayor. Los problemas en las residencias para ancianos se ven más y los casos de demencia también. “Claro, son consecuencias de aletargar la muerte. Y estos casos van a ir a más”, reconoce la escritora que, no obstante, recalca que ella solo ha escrito una novela, no un tratado sociológico. “Pero sí, es obvio que es un problema que ahí está. Mi abuela no quería irse de su casa… no quería perder el contexto en el que siempre había vivido… Y yo no sé qué haré con mis padres, pero sí que es un problema que tenemos que abordar todos, lo que pasa es que no sé si interesa porque ser viejo no da dinero”.

De momento, con su novela ha conseguido algo y es dar voz a una mujer mayor con demencia viviendo sola en un pequeño piso tan viejo como ella. Aparecen poco en la literatura, pero son bastante más reales de lo que pensamos

Júlia Peró (Barcelona, 1995) tiene 28 años y ha escrito una novela inolvidable sobre la demencia que empieza a sufrir una mujer mayor. Olvido se llama también esta protagonista y al lector no se le quita de la cabeza. Por sus contestaciones (agrias), por su soledad, por su dolor, por su falta de control, porque quizás ahí vamos todos abocados. Olor a hormiga (Reservoir Books) es el título y tiene todos los visos incluso para dar el salto a otras disciplinas como el teatro o el cine. Es una de las novelas del año.

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