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Todos los cuadros 'perdidos' del museo del Prado: "Hay unos 3.300 por todo el mundo"
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Entrevista

Todos los cuadros 'perdidos' del museo del Prado: "Hay unos 3.300 por todo el mundo"

En sus 200 años de historia, la pinacoteca madrileña prestó y envió lienzos por todo el planeta, algunos recuperados y otros no. La conservadora de arte Mercedes Orihuela habla de ellos en el libro 'El Prado disperso'

Foto: El 'Circo Máximo de Roma', de Viviano Codazzi y Domenico Gargiulo (1638) se encuentra en la Embajada de España en Bélgica desde 1928 (MUSEO DEL PRADO)
El 'Circo Máximo de Roma', de Viviano Codazzi y Domenico Gargiulo (1638) se encuentra en la Embajada de España en Bélgica desde 1928 (MUSEO DEL PRADO)

Los 200 años del Museo del Prado dan para muchas historias. Algunas de ellas tienen que ver con los cuadros que, inventariados por el museo, fueron prestados a distintas instituciones u otras pinacotecas y desaparecieron… Algunos para siempre debido a guerras, como los bombardeos que sufrieron las embajadas españolas en Berlín y Viena durante la II Guerra Mundial, revoluciones como la de 1917 en San Petersburgo o incendios como el del Tribunal Supremo en 1915. También porque durante décadas los controles -por ejemplo, apenas se hacían fotografías de los lienzos- que se hacían de los préstamos eran casi nulos.

Hoy es cierto que la gran mayoría están localizados, como bien sabe la conservadora de arte Mercedes Orihuela que trabajó durante 38 años en el Prado y fue su jefa del Servicio de Depósitos. Ahora, ya jubilada, acaba de publicar El Prado disperso (Espasa), un ensayo artístico en el que da cuenta de 41 piezas pertenecientes al Prado y que andan por otros museos e instituciones. En esta entrevista señala cómo han cambiado los controles y cómo hoy es casi imposible perder un cuadro que se presta (a nos ser que ocurra una catástrofe). Cambios que también trajo consigo la democracia.

placeholder La conservadora de arte Mercedes Orihuela (MUSEO DEL PRADO)
La conservadora de arte Mercedes Orihuela (MUSEO DEL PRADO)

PREGUNTA: ¿Se sabe cuántos cuadros hay por ahí dispersos?

RESPUESTA: El número fijo no te lo puedo decir porque esto varía. Hay obras del Prado que se levanta el depósito, se restauran, a veces se exponen y se devuelven…, pero bueno, calcula que haya unos 3.300.

P: ¿Y de estos 3.300 hay obras maestras que quizá se han perdido para siempre?

R: Salvo que hayan ocurrido algunas desgracias, no. Pero las ha habido, como los bombardeos en la II Guerra Mundial en las embajadas de Berlín y Viena, el incendio del Tribunal Supremo en 1915 cuando se perdieron unos cuantos y fue una catástrofe tremenda. También se perdieron cuadros en la embajada de España en Lisboa cuando la Revolución de los Claveles… Aunque ahí quien más sufrió fue Patrimonio Nacional. En España lo que ha ocurrido es que hay cuadros que no estaban donde se mandaron. En lugar de estar en un museo se lo habían llevado como ornamentación de una delegación de Gobierno y cosas así… Aunque en cuanto a obras super maestras las buenas de verdad están en el Prado.

P: ¿Podemos cifrar el valor económico de lo perdido porque se destruyó o ya no se sabe dónde está?

R: No, eso es imposible. Algunos salieron a partir de 1872 y no se tenía ni reproducción fotográfica. Es que estamos hablando de hace muchos años.

P: Vayamos al presente. ¿Qué condiciones se tienen que dar hoy para que el Prado preste un cuadro? ¿Y qué tipo de controles hay para prestarlo?

R: A la hora de enviarlo se les exigen una serie de condiciones como que estén expuestos al público, que cuiden de su conservación, que financien su restauración, que haya una cartelita en la que quede claro que son depósitos del Prado. Ahora se juega con más ventajas por los medios que se tienen y es muy difícil, por no decir imposible, que se vaya a perder alguno de los cuadros depositados porque las exigencias son muchas y serias. Ya hay una legislación al respecto que antes tampoco había.

"Ahora es muy difícil, por no decir imposible, que se vaya a perder alguno de los cuadros depositados porque las exigencias son muchas y serias"

P: ¿Cuándo empieza todo esto a cambiar y que se dijera, vamos a poner un poco de orden con los cuadros que enviamos por ahí?

R: Afortunadamente hubo una denuncia en El Imparcial de partidos extraparlamentarios en 1978 (11 de julio) en donde salía el director del Prado, que entonces era [José Manuel] Pita Andrade y que decía, “no se ría usted, señor Pita, se han perdido 7.000 cuadros”. Entonces la Fiscalía del Reino, que es la Fiscalía General del Estado, aceptó esa denuncia, nombró un fiscal y se decidió investigar qué había de verdad en esas afirmaciones. Yo entonces era becaria y estuve acompañando a los policías designados por el fiscal yendo a todas las instituciones de Madrid en las que había habido depósitos a lo largo de la historia. Y ahí se levantaba acta de lo que había y lo que no había y se hacían fotografías. Mientras tanto el fiscal iba escribiendo a las instituciones de fuera de Madrid, les pedía contestación sobre lo que tenían, debían tener o faltaba y les pedía fotografías. Eso ya se había intentando hacer desde el museo en los sesenta, pero claro, al museo le contestaban cuando les venía en gana. Al fiscal ya fue otra cosa como te puedes suponer. Cuando terminó esa investigación el fiscal nos cedió toda la documentación y a partir de ahí, yo que ya estaba fija desde 1982, fue cuando empezamos a reconstruir todos los cuadros que había en todas partes y comenzamos muchas visitas de inspección a sitios donde ya creían que ese cuadro era suyo porque llevaban con él cien años y nadie lo había reclamado. Lo que hicimos fue bajarles del caballito y decirles que estaban equivocados.

P: ¿Hubo alguien que se negó a devolverlos?

R: No, no. En absoluto. Aparte, según nuestra experiencia, a partir de 1981 se hizo un Real Decreto sobre las obras a depositar y dos años después de la ley de patrimonio, en 1987 se publicó un decreto sobre los museos y se incluye cómo se deben hacer los depósitos y la manera de tenerlos controlados.

placeholder 'El Prado disperso'
'El Prado disperso'

P: Hay una serie de obras como Las Meninas que jamás podrían salir del Prado, ¿cierto?

R: Efectivamente, aunque solo sea por cuestiones de conservación. Son obras maestras de nuestra historia que se van a quedar en el Prado siempre.

P: Aunque hubiera una gran exposición sobre Velázquez en Londres, se me ocurre.

R: Las Meninas jamás van a salir del museo.

P: Ahora cuando se prestan las obras también hay un seguro, entiendo.

R: Si se prestan entre instituciones estatales no se exige porque es el propio Estado quien se asegura al propio Estado, pero en otras que no tienen esa entidad se les exige un seguro. Y antes de enviarles las obras se hacen una visitas de inspección a ver si se reunen las condiciones que el Prado pone.

P: Y también les acompaña una persona a los cuadros, ¿no?

R: Siempre. Esa figura es a nivel internacional y se llama correo. Acompaña a las obras, está pendiente hasta que se quedan colocadas. Es el responsable de que todo salga perfectamente.

"Hay una persona que acompaña a las obras, está pendiente hasta que se quedan colocadas. Es el responsable de que todo salga perfectamente"

P: En este libro habla de varios cuadros que están por ahí. De todo lo que hay disperso, ¿qué cree que debería recuperar el museo para exponerse en el Prado?

R: Se van recuperando muchas cosas. Si se exponen, restauran y se considera que se deben quedar pues se quedan. Y al museo del que vienen se le sustituye por otro cuadro que no tenga tanto interés. Ahora me viene a la cabeza cómo a principios de los 2000 se publicó un cuadro que está depositado en el museo Casa Colón y que estaba como copia de Ribera, pero los expertos decidieron que era un Ribera joven, por lo que se levantó ese depósito, se trajo al Prado y al ser el otro un museo se le sustituyó por otra obra similar para que ocupase ese espacio.

P: Ya, pero ¿cuáles cree que deberían volver? Hay en distintos museos españoles, pero también por diversas embajadas.

R: Los que cito en el libro están muy bien donde están. Pero eso no quita que en un determinado momento el Patronato decida levantar ese depósito. Pero no veas lo que me ha costado elegir 41 piezas de las casi 3.300 que hay depositadas (por ahí).

P: ¿Cuáles han sido sus criterios para elegir estas 41 piezas?

R: He utilizado un criterio para que lo conozca el gran público: utilizar pinturas desde finales del siglo XV y XVI hasta principios del siglo XX. Y poner escuela española, escuela italiana, flamenca y dentro de eso ver cómo se pintaba en España el Antiguo Testamento, el Nuevo, la pintura de paisaje… También he elegido unas cuantas esculturas y pintura del XIX atendiendo a los géneros que se hacían entonces y que podían ser la típica pintura de representación industrial, las modas que se tuvieron en ese momento en relación con la Historia de España, de ahí el descubrimiento de América de Colón o la entrada de Jaime I en Valencia. La verdad es que me he vuelto un poco loca. También he buscado artes textiles y por eso el libro lo cierra el Gran Tapiz que se encuentra en el Cuartel General del Ejército como demostración de que no todo es pintura en el museo.

placeholder 'La muerte de Lucano', de José Garnelo y Alda (1887) (MUSEO DEL PRADO)
'La muerte de Lucano', de José Garnelo y Alda (1887) (MUSEO DEL PRADO)

P: ¿En su trabajo durante casi 40 años en el depósito se ha encontrado con algún cuadro que se consideraba perdido?

R: Sí, sí. Dos casos procedentes del Tribunal Supremo de Justicia. Fue un depósito que se hizo a principios del siglo XX y que sufrió un pavoroso incendio en 1915. Se habían dado por perdidos dos cuadros. Uno grandísimo que es el Desembarco de Fernando VII y que encontramos en el museo Cerralbo dividido en 21 retratos porque representba a toda la corte de Fernando VII. No sé si lo dividieron antes o después de que lo comprara el marqués de Cerralbo. Y el otro cuadro del mismo incendio formaba parte de una serie que hizo Juan Antonio de Frías Escalante, un pintor madrileño del XVII, y que estaba relacionado con la manera de representar la Eucaristía en el Antiguo Testamento. Y este apareció en un catálogo de la Sala Durán, vimos que era nuestro, lo reclamamos y nos lo trajimos al museo.

P: ¿Hemos sido descuidados con nuestro patrimonio o esto, antes de los controles y las leyes, es algo que ha ocurrido en todos los museos del mundo?

R: Descuidados… Es que claro juzgar desde nuestra época y con los medios que tenemos a gente de 1872 no puede ser. El Prado siempre ha estado pendiente. Unas veces con mayor regularidad y otras menos. Pero a partir de los años sesenta siempre ha habido una investigación relativa los depósitos.

P: ¿Hay muchos cuadros, no ya dispersos, sino perdidos que no se van a poder recuperar nunca? Cuadros que se prestaran en su día y que ya no se sabe dónde están.

R: Dudo mucho que se recuperen los de la Embajada española de San Petersburgo antes de la Revolución de Octubre. Pero los cuadros se adaptan a cualquier medio posible. Entonces quizá aparece alguno destruido, pero yo no me he encontrado con ese caso.

"De los cuadros que hay en depósitos dudo mucho que se recuperen los de la Embajada española de San Petersburgo antes de la Revolución de Octubre"

P: Hablamos del Prado, pero también quiero preguntarle por la Ley de Patrimonio Histórico que señala que determinadas obras, aunque estén en manos de particulares, no pueden salir del país sin un permiso que se da desde el Ministerio de Cultura. ¿Está de acuerdo? Algunos casos han llegado o están en los tribunales…

R: Es muy sencillo. Son las leyes de protección de patrimonio. Y para eso está la Junta de Calificación, Protección y Salvamento del patrimonio histórico español. Y mientras esa junta no existía ha habido pérdidas importantes para el patrimonio español [se creó en 1922]. Pero de la misma forma que compraron claustros de iglesias y se las llevaron a Norteamérica.

P: Desde luego, vas al MET de Nueva York y te encuentras con una iglesia románica española.

R: A eso me refiero. Por ejemplo, la ermita de la santa cruz de Maderuelo.

P: Pero sí es verdad que ahora hay casos que acaban en los tribunales. Como el de la familia de Sorolla que quiere vender uno de sus cuadros y no puede. En este caso le pregunto como conservadora de arte.

R: Pues si lo saca sin permiso de exportación, el Estado tiene derecho a enajenarlo. Son las leyes de protección del patrimonio. La junta de calificación está formada por historiadores de arte, personal administrativo, representación de Hacienda y Cultura y cuando niega que se pueda vender fuera es porque consideran que esas obras no deben abandonar el Estado español.

"En los almacenes hay bueno, malo y regularcillo, hay de todo. Y desgraciadamente el espacio que tiene el Prado para exhibición tampoco es tanto"

P: Para terminar, el Prado solo muestra un porcentaje de todo lo que tiene. El almacén debe ser tremendo.

R: Pues sí. Pero te aseguro que lo mejor es lo que se expone. Luego hay cosas que son muy buenas también y que sirven para sustituir en la exposición permanente algunos de los cuadros que se prestan para exposiciones. En los almacenes hay bueno, malo y regularcillo, hay de todo. Y desgraciadamente el espacio que tiene el Prado para exhibición tampoco es tanto y los criterios de exhibición ya no son los de finales del siglo XIX, que era poner filas y filas de cuadros.

P: Era un poco horror vacui.

R: Hombre, por Dios, pues sí, tienes razón. Ahora ya los criterios son diferentes. Se exhiben las obras con un espacio para que la gente lo vea bien… Han cambiado los criterios de iluminación… Ha cambiado todo.

Los 200 años del Museo del Prado dan para muchas historias. Algunas de ellas tienen que ver con los cuadros que, inventariados por el museo, fueron prestados a distintas instituciones u otras pinacotecas y desaparecieron… Algunos para siempre debido a guerras, como los bombardeos que sufrieron las embajadas españolas en Berlín y Viena durante la II Guerra Mundial, revoluciones como la de 1917 en San Petersburgo o incendios como el del Tribunal Supremo en 1915. También porque durante décadas los controles -por ejemplo, apenas se hacían fotografías de los lienzos- que se hacían de los préstamos eran casi nulos.

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