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Toda España necesita recurrir a Mario Vaquerizo: sale a 300 euros el minuto
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LLEVA 20 AÑOS HASTA EN LA SOPA

Toda España necesita recurrir a Mario Vaquerizo: sale a 300 euros el minuto

El anuncio para Madrid es el último episodio del peculiar modelo de negocio del 'showman', que vende a los ayuntamientos y diputaciones la modernidad que ellos necesitan aparentar

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el cantante Mario Vaquerizo participan en la celebración del Día de Madrid en Fitur 2023. (Fernando Villar/EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el cantante Mario Vaquerizo participan en la celebración del Día de Madrid en Fitur 2023. (Fernando Villar/EFE)

En su corta pero intensa vida como famoso, Mario Vaquerizo Caro (Vicálvaro, 1974) ha puesto voz a Caca en Emoji: La película, ha sido el Nobita de Doraemon, quedado finalista en MasterChef, ha hecho anuncios para Burger King y McDonald's, para Mahou, Bimbo, Pantene o Talleres Aurgi, ha aparecido en concursos de todo tipo, incluyendo su propio reality donde aparecía gastándose 20.000 euros en dos cazadoras Balmain en una tienda de Velázquez.

En resumen, ha hecho prácticamente de todo gozando de los aplausos y el favor del público español, o al menos así fue hasta que apareció el otro día en un vídeo promocional de la Comunidad de Madrid, interpretando a un camarero muy castizo. El vídeo se presentó coincidiendo con Fitur, donde Vaquerizo se paró a saludar a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, a Almeida y a Feijóo en muy buenos términos. Para qué queremos más. El hombre que durante años fue conocido por ser "el marido de Alaska" se convirtió súbitamente en el muso de Ayuso y ahí comenzaron a caerle palos en las redes sociales.

placeholder El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; el cantante Mario Vaquerizo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, visitan este viernes la Feria Internacional de Turismo, Fitur 2023, para participar en la celebración del Día de Madrid en la Feria. (Sergio Pérez/EFE)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; el cantante Mario Vaquerizo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, visitan este viernes la Feria Internacional de Turismo, Fitur 2023, para participar en la celebración del Día de Madrid en la Feria. (Sergio Pérez/EFE)

Algunas de las críticas que le hicieron trending topic durante toda la mañana incidían en el hecho de que Vaquerizo estuviera cobrando ese vídeo del erario público. Le llamaron "subvencionado", palabra que habitualmente suele viajar de derecha a izquierda, pero que en esta ocasión tomó el camino contrario.

Siendo honestos, el modelo de negocio de Vaquerizo ha estado a la vista de todos desde el primer momento: vende una imagen de modernidad a cambio de dinero. Entre sus clientes más habituales se cuentan los ayuntamientos desesperados por encontrar un cartel moderno para las fiestas del pueblo, diputaciones con fama de estar ancladas en 1973, productoras encargadas de un magacín nocturno para RTVE o marcas afectadas por una cierta crisis reputacional. Es decir, todos sufren la acuciante necesidad de no parecer rancios. Nadie en este país quiere serlo, pero cambiar es siempre más difícil que contratar a un profesional.

Ahí es donde entra Vaquerizo, que en asuntos empresariales casi nunca da un no por respuesta.

En este sentido, las Nancys Rubias, grupo que desde hace casi 20 años le respalda en sus acciones de espolvorear con brillantina la España más plomiza, le proporciona la cobertura intelectual y musical necesaria. La plataforma de contratación del Estado refleja la saludable relación que el cantante mantiene con las administraciones: en el último año, por ejemplo, han estado en la Barraca Municipal de Crevillente, Fiestas de San Isidro en Yecla, Fiestas del Rosario en Fuengirola, fiestas de Águilas, de Alcalá la Real, Ceuta, Paracuellos del Jarama..., consistorios cada uno de un color político distinto, pero con idénticas necesidades.

placeholder El cantante de Nancys Rubias, Mario Vaquerizo, durante el concierto del Festival Primavera Tomares 2022. (Raúl Caro/EFE)
El cantante de Nancys Rubias, Mario Vaquerizo, durante el concierto del Festival Primavera Tomares 2022. (Raúl Caro/EFE)

El grupo, como es sabido, funciona con playback y sonidos pregrabados porque los integrantes apenas saben tocar los instrumentos, lo único real son la voz de Vaquerizo y los coros, casi todas sus canciones son traducciones de éxitos extranjeros (Blondie, Undertones o Icona Pop) o están escritas por los hermanos Canut, pero el caché que manejan no tiene nada que envidiar al de otros grupos de música en vivo. El pasado verano, sus emolumentos oscilaron entre los 13.000 euros en Crevillent y los 26.000 en Alcalá la Real actuando en solitario hasta los 35.390 cuando eran acompañados por Samantha Hudson o los 85.110 euros que pagaron en Ceuta por verlos junto a Marta Sánchez.

Además de las fechas —agosto es temporada alta—, otro factor es la duración del concierto: en 2019, León pagó 17.000 euros más IVA por un concierto de 55 minutos que Vaquerizo y sus nancys cumplieron a rajatabla, dejando a los asistentes pidiendo un bis que nunca llegó. Su caché mínimo está, por tanto, en 300 euros por minuto.

Hasta aquí, todo más o menos normal. Como músico, Vaquerizo no hace nada que no hagan otros grupos españoles, pero tiene luego otra vida laboral, mucho más intensa, como socialite. En muchos casos, el caché del grupo incluye un pregón o similar, a cargo del propio Vaquerizo. A veces, Fangoria, de quien Vaquerizo es el representante, hace de teloneros para las Nancys Rubias y otras veces es al revés. Es como una pyme familiar, pero les funciona.

Fangoria y las Nancys Rubias son como una pyme familiar, pero les funciona

Los contratos que se hacen públicos son, sin embargo, la punta de un iceberg cuya profundidad se desconoce. El vídeo de la Comunidad de Madrid costó 36.000 euros, que fueron oportunamente fraccionados para ser considerados contratos menores, por lo tanto pueden otorgarse mediante el sistema negociado sin publicidad. Es decir, a dedo. Sin embargo, no es posible saber qué parte de ese dinero va a parar a Vaquerizo. Lo mismo ocurre con las actuaciones para RTVE. El ente apenas ofrece datos de transparencia sobre productoras, pero cuánto dedica cada una a este tipo de gastos es una información inaccesible.

Por todos estos motivos, es una osadía llamarle artista subvencionado. Sin embargo, la polémica con el vídeo de la Comunidad de Madrid abre la puerta a una pregunta más interesante, al menos sociológicamente: ¿por qué en toda España recurrimos a él constantemente?

Un traficante de modernidad

"Está claro que le llaman porque Vaquerizo da una idea de modernidad, una idea que viene por su identidad de género no normativa, tiene una masculinidad heterosexual no convencional y esas administraciones consideran que eso se ve como algo moderno, progresista o lo que sea", indica Sara Arenillas Meléndez, profesora e investigadora en la Universidad de La Laguna. Especializada en cultura urbana y creación audiovisual, es la académica que más tiempo ha dedicado a la influencia de Vaquerizo en nuestra cultura y sociedad. Dedicó su tesis doctoral al glam rock y la trayectoria en nuestro país de este género importado del Reino Unido —un trabajo que recibió el Premio Extraordinario de Doctorado o el premio a la Mejor Tesis Doctoral otorgado por la Fundación SGAE— y donde las Nancys Rubias tienen un lugar preferencial como principales referentes del glam en España durante el siglo XXI, junto a Glamour to Kill.

placeholder Ponga un poco de 'kitsch', 'camp' y 'cool' en su programa. (A3)
Ponga un poco de 'kitsch', 'camp' y 'cool' en su programa. (A3)

Para Arenillas, autora también de un par de artículos académicos donde se aborda este tema, el público no siempre ha sabido interpretar bien a un Vaquerizo conscientemente histriónico.

PREGUNTA. En tus artículos hablas un poco del background cultural que hay tras el fenómeno de Mario Vaquerizo y las Nancys Rubias, donde ellos serían unos continuadores de la senda trazada en la movida por Pedro Almodóvar y Fabio McNamara.

RESPUESTA. Es verdad que que hay muchos paralelismos con McNamara y Almodóvar, no es casual que él sea el marido de Alaska. Además, él tiene un libro sobre McNamara que llamó Fabiografía y para la idea de las Nancys Rubias coge muchas cosas del discurso de Almodóvar en la movida, toda la idea de la inautenticidad, del camp y el kitsch. Mucho de esto viene de Warhol, también esas ideas del gay como afeminado, esa especie de sofisticación estética tan teatral, tan amanerada, tan performativa.

Todo esto está mezclado con el discurso de las identidades de género no normativas, que sería la gay, y actualizado a nuestra época. Todas las referencias están más diversificadas y potenciadas por las redes sociales. Por ejemplo, ellos decían que "la buena petarda", que es su idea de icono, sería la que lee Ajoblanco, aquella revista de los 70 que es contracultura a mansalva, y a la vez ve el Sálvame Deluxe.

P. Pero Almodóvar y McNamara se mantuvieron siempre dentro de una senda artística, Vaquerizo ha roto los límites de la exposición y lo mismo aparece en Tu cara me suena o hace un anuncio de neumáticos.

R. Creo que sigue mucho el manual de Warhol, porque habría que verle a él en el siglo XXI, ¡a lo mejor era esto! Está claro que Mario Vaquerizo lo que vende es su marca, aprovechando las oportunidades que le surgen ya sea con Nancys Rubias o como marido de Alaska.

P. Claro, pero, desde hace unos años, es más famoso él (1,1 millones de seguidores en Instagram) que ella (750.000); es a él a quien le piden los pregones.

R. Creo que es un poco herencia de nuestra época. En la movida fue Alaska quien tuvo importancia, y ahí hubo cosas que no están bien, pero, desde el punto de vista del género, fue la primera vez que mujeres como ella o Ana Torroja se colaban en la primera línea, al mismo nivel que Loquillo u otros. Si mira el rock andaluz o el rock radical vasco ahí no había mujeres.

Del mismo modo, hoy en día resulta más transgresora la imagen de Mario: un hombre blanco, heterosexual, pero que tiene ese amaneramiento y habla en femenino con otros hombres, son rasgos performativos que asociamos a los gays, y que no significa que los gays los compartan, claro, es un estereotipo, pero culturalmente lo tenemos así asociado. Dejémoslo en que posee una masculinidad no normativa, por eso también llama la atención y esto puede haberle ayudado a tener más exposición.

P. ¿Con respecto a la música, cómo valoras su producción? No he visto muchas críticas positivas más que de una forma intelectual, de gente que aprecia que Vaquerizo sea capaz de llevar ciertos mensajes o estética underground al mainstream televisivo.

R. En el rock siempre hay una mitología de la autenticidad, se valora que seas capaz de componer tus propias canciones, que seas capaz de tocar un instrumento virtuosamente. Hay cosas, como la pericia técnica, que están heredadas de la música clásica. Las Nancys Rubias no entienden el arte como artesanía sino como concepto, idea, discurso o estilo, que es lo que decía Warhol. Entonces, cuando a mí me preguntan si su música es importante o no, yo digo que sí. No valorar a las Nancys Rubias por lo que hacen dice más de los prejuicios que tenemos que del valor intrínseco de su música.

Una línea roja

Así, derrochando espontaneidad, Vaquerizo se ha mantenido casi dos décadas en nuestros escenarios y pantallas. Algo, sin embargo, se ha quebrado con el asunto del vídeo. Aunque, al igual que Warhol, el showman madrileño ha tratado de mantenerse políticamente neutral la mayor parte del tiempo, con una exposición tan brutal a los medios de comunicación desde hace tantos años era inevitable que en algún momento admitiera que "no cree en la izquierda", que "Esperanza Aguirre es la mejor y lo diré hasta que me muera" o que, "como diga a quién voy a votar, me echan del país".

placeholder Foto: EFE/Fernando Villar.
Foto: EFE/Fernando Villar.

¿A qué se debe entonces esta reacción, tan de sorpresa? Puede que la figura de Díaz Ayuso, tan capaz de generar admiradores como detractores, la cercanía de las elecciones o la polarización reinante hayan ayudado. Arenillas, sin embargo, apunta a otro hecho. "Inconscientemente, la gente asocia la derecha a lo conservador, aunque esto ya no es tan así porque con el liberalismo entran otros factores", indica, "él lo que hace es exhibir una identidad no normativa que inconscientemente asociamos a la izquierda".

La duda es si este episodio ha podido socavar su principal capital, la apariencia de modernidad que Vaquerizo comercializa con éxito a medios de comunicación, ayuntamientos, diputaciones y consejerías de Cultura desde hace tantos años.

En su corta pero intensa vida como famoso, Mario Vaquerizo Caro (Vicálvaro, 1974) ha puesto voz a Caca en Emoji: La película, ha sido el Nobita de Doraemon, quedado finalista en MasterChef, ha hecho anuncios para Burger King y McDonald's, para Mahou, Bimbo, Pantene o Talleres Aurgi, ha aparecido en concursos de todo tipo, incluyendo su propio reality donde aparecía gastándose 20.000 euros en dos cazadoras Balmain en una tienda de Velázquez.

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