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Sergio Peris-Mencheta: "La gente de derechas que viene a ver nuestro Lorca acaba aplaudiendo"
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Sergio Peris-Mencheta: "La gente de derechas que viene a ver nuestro Lorca acaba aplaudiendo"

Dirige el gran éxito de la temporada teatral 'Una noche sin luna', la obra sobre Lorca interpretada por Juan Diego Botto y se ha convertido en el director de teatro de referencia

Foto: El actor y director Sergio Peris-Mencheta (Rubén Martín)
El actor y director Sergio Peris-Mencheta (Rubén Martín)

Hacía mucho tiempo que no se recordaba un éxito teatral como el que 'Una noche sin luna' ha tenido en el Teatro Español de Madrid durante las tres últimas semanas. Ya venía de una fantástica gira, pero esta obra escrita y protagonizada por Juan Diego Botto y dirigida por Sergio Peris-Mencheta sobre la vida y muerte de Federico García Lorca, ha sacudido todos los pilares del mundillo teatral madrileño. E incluso político. Casi desde su estreno se acabaron todas las entradas y no hay quien no haya salido con los pelos de punta. Una ha visto muchos aplausos, pero lo del Español es de pasar a las hemerotecas.

Peris-Mencheta está detrás también de algunos de los éxitos más recientes de la cartelera. Como 'Lehman Trilogy' sobre el famoso banco que cayó estrepitósamente con la crisis de las subprime, como 'La cocina', aquel monumental montaje con 26 actores y una cocina de verdad en el Londres de los cincuenta, o como 'Castelvines y Monteses', el Lope de Vega pasado por la canción ligera italiana. Es el director del momento, el que algún día fuera más conocido como actor y que ahora es toda una referencia de un teatro popular, pero que además remueve, que gusta y que hace disfrutar. Pese a ello, también se queja, porque hay motivos: uno, en su profesión no hay casi para comer, y dos, la obra teatral sobre Lorca, el gran fenómeno social de la temporada, no tiene teatro para una reposición. "No tiene donde caerse muerto", confiesa tajante.

placeholder Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta junto a la estatuta de Federico García-Lorca (EFE)
Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta junto a la estatuta de Federico García-Lorca (EFE)

PREGUNTA: Vaya exitazo ha sido ‘Una noche sin luna’. Yo creo que no he visto un fenómeno teatral así en muchísimo tiempo.

RESPUESTA: Ha sido más que un éxito, ha sido un acontecimiento teatral y ojalá lo hubiera sido más allá del hecho teatral. Seguramente en una ciudad europea con una obra que gira en torno a la vida de un poeta, en un teatro donde se hicieron muchas de sus obras y con una estatuta en la puerta, cualquier ayuntamiento habría aprovechado esas tres semanas que hemos estado en el Español para hacer algo más allá. Nosotros lo hemos intentado, pero no ha habido manera de utilizar el teatro para que lo que sucede no suceda solo de puertas para adentro del teatro sino también fuera.

P: El ayuntamiento de Madrid no ha estado ¿ágil?…

R: Al ayuntamiento ya de primeras le ofrecimos vestir la estatua del poeta con el mono de La Barraca. Eso ya es un acontecimiento en sí mismo, es sencillo y no está modificando más que durante tres semanas la escultura y estoy seguro de que el escultor habría estado encantado. Le queríamos colgar en las manos la bolsa de las canicas, pero tampoco nos dejaron hacer eso… Así que dijimos, mira olvídate, no estamos en Europa así que…

P: No sé por qué el ayuntamiento no ha accedido a esto… Me parecen cosas bastante normales.

R: Pues porque es un tema administrativo y cuando topas con la administración se pasan la bola unos a otros y no se quieren complicar la vida. Y, en general, la cultura no está en primera línea, nunca lo ha estado y me temo que va a tardar en estarlo si es que alguna vez está. En otras ciudades europeas se suele aprovechar el hecho de que haya un acontecimiento teatral. En este caso no es una obra de Federico, sino sobre la vida y la muerte de Federico y aprovechar este momento habría sido magnífico, pero se mueve hasta donde se puede y a partir de ahí uno se resigna.

"Cualquier ayuntamiento habría aprovechado esas tres semanas que hemos estado en el Español para hacer algo más allá"

P: ¿Os ha sorprendido este éxito?

R: Sorprende cuando dos tenemos un propósito y una idea en la cabeza de un Lorca muy nuestro, el que ha salido de los ensayos y de la pluma de Juan. Y la historia que se cuenta es muy de Juan y siempre está el miedo a pensar "esto a ver a quién le interesa". Nos pasó con 'Un trozo invisible de este mundo'. Pero yo soy partidario de pensar poco en el público al principio y suelo empezar a preocuparme el día del estreno. Pero yo nunca he pensado en el público. Como actor sí, siempre pienso si va a gustar, si no…, pero como director no me importa. Me importa una vez que se ha estrenado y voy todos los días a tomar notas y escuchar al público. Soy un espectador de espectadores. Y me encanta ver qué funciona, qué no. En la propuesta que hemos hecho hemos pensado muy poco en el público, nos hemos centrado en lo que queremos contar tratando de rendir homenaje al poeta y hablar de lo que toca, en este caso, la memoria y la relación de la memoria con nuestra prpopa identidad. Y hasta que no sanemos nuestro pasado va a ser muy difícil que podamos dejarnos de guerracivilismos.

placeholder Botto y Peris-Mencheta en el escenario de 'Una noche sin luna'
Botto y Peris-Mencheta en el escenario de 'Una noche sin luna'

P: Qué complicada nuestra relación con la memoria desde hace décadas.

R: Hace muchas décadas y el problema es que no es una bola que vaya a desaparecer con el tiempo sino todo lo contrario. Uno piensa que la sacrosanta Transición tapaba lo que había y ya se irá pasando, ya se irá pasando, pero vemos claramente que no se va pasando sino todo lo contrario. Se convierte en un tumor que va creciendo y que cada vez separa más. Es muy difícil hablar de dos Alemanias o de dos Francias, pero no es tan difícil hablar de dos Españas. Y este es un país en el que claramente seguimos divididos. Y tiene mucho que ver con no haber hecho las paces. Somos el único país que salió de una dictadura y no pasa nada.

"Este es un país en el que claramente seguimos divididos. Y tiene mucho que ver con no haber hecho las paces"

P: Decía Botto en una entrevista que quería haber montado esta obra hace tres años porque pensaba que el tema se iba a enfriar… Y más bien ha sucedido todo lo contrario. Eso no habla nada bien de lo que estamos pasando.

R: Más de tres años. Con esto llevamos por lo menos cinco. Pero sí, en el momento de la aparición de Vox uno piensa que la obra es más pertinente que nunca. Y uno imagina que a lo mejor puede ser flor de un día o mala hierba de un día. Y la cosa es que no, al contrario. Cada minuto que ha pasado, cada semana que ha pasado, cada mes que ha pasado desde que tuvimos aquella primera reunión en el Rayuela hablando de la función, y ya hablábamos de la pertinencia de hacerlo rápido…, pero es que ha sido cada vez más pertinente. Ya no te quiero contar cuando empezaron a llegar sobres con balas… O con [el caso de] Samuel, los últimos acontecimientos… La función, por desgracia, se ha convertido en una función muy oportuna. Y, por desgracia, algunas de las cosas que pasan son verosímiles. Uno piensa que podrían pasar. Y eso es una desgracia para todos.

P: Sí, eso resulta muy impactante. Después, claro, están cuestiones que sí conocemos como la orientación sexual de Lorca y los problemas que le trajo. Y acaba de ser asesinado un chico…

R: Sí, sí, ha habido agresiones estos mismos días…

"En el momento de la aparición de Vox uno piensa que la obra es más pertinente que nunca. Por desgracia, ahora es una función muy oportuna"

P: Por cierto, creo que Botto tenía pensada esta obra para dos personas, pero tú la viste enseguida como un monólogo en el que Botto se desdobla, triplica, multiplica…

R: Bueno, no solo dos personajes, quería una banda… El autor siempre tiene el miedo de que resulte monótono, un ladrillo… Cuando me lo mandó era un texto lleno de grandes hallazgos, y eso es muy bueno, pero al mismo tiempo es donde está el peligro, porque había que poder darle aire a ese texto y que no fuera una conferencia. Él enseguida pensó: "bueno, pues me voy a rodear porque esto yo solo en escena a ver quién se lo traga". Cuando me lo contó me hizo un relato de lo básico. No estaban todavía muchas de las escenas de la obra como la de la plaza o la del espectador, pero fue tan elocuente que le dije: "No hay que hacer nada, Juan, con que salgas tú y lo cuentes…". Y él me dijo: "No, no, yo solo no, te lo voy a mandar y entenderás que no es un monólogo"... Pero cuando lo leí le dije: “Estoy más convencido. Es un monólogo”. Y estuvimos un buen tiempo, un año y pico o dos, con un desencuentro artístico…, pero es que yo estaba tan convencido de que era un monólogo que se me quitaban las ganas de dirigirlo si no era un monólogo. Juan tenía que ponerle voz a las dos Españas, a las cinco y a las veinte. Eso es lo que hacía que la historia se sostuviera. Probablemente acabé convenciéndole hablándole de 'Un trozo invisible de este mundo', que es su historia reciente, y aquí estamos hablando de mi historia reciente, la de mis abuelos. Yo soy nieto de las dos Españas y le trasladé la necesidad de que las dos Españas estuvieran en una sola voz porque así completábamos el círculo. Luego que él sintiera que era capaz, que era posible, que el teatro la mitad del trabajo la tiene que hacer la imaginación del espectador, que es el que une y el que hace que esta función funcione. En casi todo el teatro que he dirigido el papel del espectador activo es fundamental. Necesito que el espectador esté con la espalda separada del respaldo, que esté alerta, incómodo, pero atento.

P: Lo consigues.

R: El teatro que hago evoca al niño aunque sea para adultos. La propuesta escénica debe tener algo imaginativo que mis hijos puedan ver. Y luego la interacción con el público como uno más. En este caso sí es un diálogo, pero con el público.

P: Has resaltado la escena del espectador que, precisamente, evoca muy bien el tono de reacción que hay ahora en las redes sociales.

R: Es una escena que nace de la sensación y la preocupación que tenía el propio Botto de que en un momento dado se levantara alguien y que hiciera lo que hace este espectador. Y pensamos, ¿por qué no lo hacemos nosotros? ¿por qué no nos adelantamos? ¿por qué no representamos la otra cara de la moneda? El lugar perfecto era el de las conferencias hablando de ser español, muy español. Juan tenía un texto ya escrito que había desestimado, pero me lo manda y automáticamente le dije de incluirlo. Fue prácticamente la última incorporación.

placeholder La obra 'Castelvines y Monteses' (EFE)
La obra 'Castelvines y Monteses' (EFE)

P: No sé si muestra un cierto enfado que tenéis vosotros con las reacciones que hay hoy en día.

R: Ni Juan ni yo nos enfadamos con las reacciones. Hay una parte de mí que las entiende, pero no las comparto porque si no, no habría teatro, haríamos vodevil todo el día. Si hacemos teatro es porque unos y otros no estamos de acuerdo. Hay muchas percepciones, sensibilidades, educaciones, coyunturas… nosotros hablamos de la nuestra. Hay puntos en los que Juan y yo podemos no estar de acuerdo. Pero eso es el teatro, a cada uno lo que está pasando ahí le resuena de una manera. Ha habido gente de derechas que ha venido a ver la función y ha terminado aplaudiendo. Tú puedes no estar de acuerdo en algunas cosas, pero entender que lo que has visto en escena te interpela de alguna manera. El problema del [personaje] del espectador es que es directo, ahí no hay metáfora. Y Juan lo encarna muy bien. Hay momentos de esquizofrenia del público maravillosos. Yo los disfruto mucho. Y funciona muy bien que el público se sienta engañado en varias ocasiones y a pesar de eso no se enfada. No ha habido un propósito en esto, pero hemos visto que funciona. También ha habido un factor de suerte.

P: Los inicios de tus obras siempre son espectaculares. Pasa en 'La cocina', 'Lehman Trilogy', 'Castelvines' y ahora en 'Una noche sin luna'. Es como si agarraras al espectador ahí para no soltarlo ya.

R: En todas las funciones que he hecho hasta ahora está esa cosa de proponer un lenguaje, unas reglas del juego. El espectador puede venir a ver una obra de teatro, un Lope de Vega. Y yo me imagino yendo a ver un Lope de Vega y pensar, “joer, un Lope de Vega, vaya coñazo ahora que lo pienso, en verso… uf”. Cada uno se sienta en el teatro con una serie de prejuicios sobre lo que va a ver y mi propósito es que en ese espacio que hay entre que estás sentado en la butaca y va a empezar la función cambie el chip. En 'Castelvines', por ejemplo, empieza en italiano… Y ves como hay gente que se va levantando y llamando a los acomodadores y preguntando, “¿oye, perdone, esto va a ser en italiano? Es que son diez minutos en italiano”. Pero eso justifica que luego las canciones entren maravillosamente y casan Domenico Modugno y Rita Pavone con Lope de Vega. Y en ‘Una noche sin luna’ la idea es subirles al tobogán. Para mí es más importante el inicio que el final. Es muy difícil encontrar una obra que cierre bien a nivel textual.

"Ha habido gente de derechas que ha venido a ver la función y ha terminado aplaudiendo"

P: ¿Cómo hacer teatro popular sin que caiga, y no sé si esto suena demasiado bien, en lo populachero?

R: Lo primero, elegir una obra que te hable de lo que pasa y que pueda conectar con el presente. No es solamente poder hablar de lo que pasa en el escenario sino que lo que pasa en el escenario modifique lo de afuera. Este es el propósito para mí del teatro, hagas teatro de salón o un Brecht, donde evidentemente sabes que hay un elemento político encima de la mesa, aunque todo teatro es político. A mí un texto me atrae muchas veces como pretexto para poder contar de determinada manera, pero muchas veces no sé por qué he elegido esa función. De lo que se trata es de no perder de vista la idea primigenia, pero, por supuesto, estar abierto a que la vida cambia y la vida pasa. Ayer mataron a un chaval de una paliza y el que esté haciendo cualquier montaje sobre esto si no lo incluye, está ciego. No es tanto hablar de un teatro popular sino de un teatro que a mí personalmente me remueva. Y si esto gusta, será una fiesta y si no, también, porque uno tiene que hacer lo que uno quiere hacer y olvidarse de las modas y ser fiel a uno mismo. Hay mucha gente que se sorprende, pero yo voy a ver todas y cada una de las funciones y estoy tomando notas porque creo que no hay que abandonar. La mayor parte de los directores tras el día del estreno hacen bomba de humo y desaparecen, a veces para bien porque menos mal que se ha ido el director, y luego estoy yo, que voy a cada una de las funciones.

placeholder GRAF9325. MADRID, 23 08 2018.- Un momento del pase gráfico de 'Lehman Trilogy', una balada para sexteto en 3 actos que se representará desde el 24 de agosto hasta el 23 de septiembre, esta tarde en los Teatros del Canal de Madrid. EFE  J.P.Gandul
GRAF9325. MADRID, 23 08 2018.- Un momento del pase gráfico de 'Lehman Trilogy', una balada para sexteto en 3 actos que se representará desde el 24 de agosto hasta el 23 de septiembre, esta tarde en los Teatros del Canal de Madrid. EFE J.P.Gandul

P: ¿Luego echas mucha bronca?

R: No, no, en general, no. Es contraproducente aunque me apeteciera. No le puedes echar la bronca a un actor después de la función y tampoco al día siguiente antes de que haga la siguiente. Entonces le dices “oye, mira, te has equivocado, o creo que esto no ayuda o aquí ten cuidado porque te trabucas” como buenamente puedes y teniendo en cuenta que ahí hay un corazón que tiene que hacer una obra al día siguiente. Pero la mayor parte de las notas que yo doy son de puertas que se abren, es decir, de cosas que no habíamos tenido en cuenta como, por ejemplo, “oye, que la gente se ríe aquí”.

P: Creo y me consta por comentarios sobre obras recientes, que este es un momento buenísimo para el teatro. ¿Por qué?

R: Sí, es un buen momento a nivel creativo y una tragedia absoluta a nivel económico. Hay muy pocos actores que se ganan la vida actuando. Muy pocos es un 1%. Y, por supuesto, del teatro no puedes vivir. Si quieres vivir como vivieron tus padres, olvídate. Si quieres hacer teatro, por lo menos hasta los 40 con suerte vas a estar compartiendo piso. Ay de ti si encima eres mujer…, la maternidad, el cómo te van a tratar, los pocos papeles femeninos que existen en general. Y, además, hay muchísimas más actrices que actores y el nivel actoral femenino es infinitamente superior. Y lo digo con la boca grande: hay mejores actrices que actores. Más polivalentes, más dúctiles, se puede trabajar mejor… Yo me siento como pez en el agua trabajando con actrices, el problema es que no tienen posibilidades de trabajar.

Pero es verdad que estamos en un momento de florecimiento creativo y no solo por la pandemia porque lo que se está viendo ahora está pergeñado antes de la pandemia, desde ‘El bar que encerró a todos los españoles’ a ‘Atraco, paliza y muerte en agbanäspach o ‘Shock’. Pero a esto no le acompaña la situación económica. No salen los números. A mí me cuesta muchísimo dinero hacer teatro. Es imposible dedicarme a dirigir y hacer lo que estoy haciendo en el sentido de que son montajes muchos de ellos completamente inasumbiles por el mercado. Por ejemplo, 'Castelvines y Monteses' o está en la Gran Vía ocho meses o un año o dos temporadas o no salen los números. ¿Por qué? Porque, ¿cuánto cuesta la entrada en el Teatro de la Comedia [de titularidad pública]? 20 euros. ¿Cuánto vale la entrada de Castelvines? 50 euros. Porque están pagando un musical que debería poder estar en la Gran Vía precio de una obra subvencionada por una institución pública.

Es decir, para hacer el teatro que a mí me apetece hacer, que no tiene por qué ser grande, pero sí dar de comer a un montón de gente… no se puede, es estar desriñonado todo el día. Por ejemplo, ‘Ladies Football Club", la obra que estreno el año que viene, la ofrecimos al Centro Dramático Nacional porque es una obra que debería estar bajo el paraguas del CDN. Pues no quisieron. Igual que no quisieron en su día ‘Lehman Trilogy', que es una obra de tres horas y cuarto con música en directo y eso, o te sostiene un teatro público, o sabes que es deficitaria. Y con 'Ladies' igual, y estamos hablando de Stefano Massini, el autor de ‘Lehman Trilogy’ y el director del Teatro Piccolo de Milán, y de un estreno mundial. Joder, ¿no crees que es para el Centro Dramático Nacional?

"¿Buen momento creativo? El mejor, a pesar de que los actores no pueden ganarse la vida ni los técnicos, y todo el sector en general"

P: Al final se estrenará en los Teatros del Canal [teatro público de la Comunidad de Madrid]

R: Sí, están un poco abiertos a este tipo de cosas y nos ayudan y nos sostienen un poquito. No como podría hacer el CDN, pero nos sostienen. Y hacen posible que se haga esa obra. Ahora, que gire por España y que sea rentable, eso es otra historia. Entonces, ¿buen momento creativo? El mejor, a pesar de que los actores no pueden ganarse la vida ni los técnicos, y todo el sector en general, menos los que están funcionariados en el INAEM. Pero todos los demás sectores de la cultura, de las artes escénicas en vivo, están con el culo apretado.

P: Hablando de giras. ¿Cuándo vuelve ‘Una noche sin luna’ a Madrid?

R: Pues a priori no nos han dado fechas en el Español, que es para mí el lugar natural para hacer esta obra porque es el teatro de Federico. Ojalá las tengamos pronto, pero sabemos ya que 2022 no será, 2023 probablemente tampoco, o sea que a lo mejor nos tenemos que posponer a 2024 y ni siquiera sabemos si podrá ser en el Teatro Español. O sea que el acontecimiento principal de estos últimos tiempos no tiene lugar donde caerse muerto.

Hacía mucho tiempo que no se recordaba un éxito teatral como el que 'Una noche sin luna' ha tenido en el Teatro Español de Madrid durante las tres últimas semanas. Ya venía de una fantástica gira, pero esta obra escrita y protagonizada por Juan Diego Botto y dirigida por Sergio Peris-Mencheta sobre la vida y muerte de Federico García Lorca, ha sacudido todos los pilares del mundillo teatral madrileño. E incluso político. Casi desde su estreno se acabaron todas las entradas y no hay quien no haya salido con los pelos de punta. Una ha visto muchos aplausos, pero lo del Español es de pasar a las hemerotecas.

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