El 'otro' secreto de los dibujos de Da Vinci: las bacterias que esconden sus pinturas
Un equipo de investigadores ha hallado una novedosa forma para catalogar y clasificar las obras de los artistas, basada en el estudio del microbioma, que revela información oculta
Leonardo da Vinci puede presumir de ser uno de los grandes genios de la historia de la humanidad. Sus increíbles habilidades e inventos fueron mucho más avanzados de la época en la que le tocó vivir, el Renacimiento y, por ello, en muchas ocasiones su obra está rodeada de misterio. Multitud de veces se han puesto sobre la mesa los enigmas que rodean a una buena parte de su obra, pues esconden secretos que a simple vista no somos capaces de observar y que, gracias a las más novedosas técnicas, los expertos han sido capaces de sacar a la luz: la última, la relación de su obra con el mundo de las bacterias y de los hongos.
Precisamente buscando posibles secretos escondidos en algunas de las obras más importantes de Da Vinci, un equipo de investigadores de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida Aplicadas de Viena (Austria) y del Instituto Central de Patologías de Archivos y Libros de Italia, decidieron investigar en profundidad lo que había más allá de la simple vista en siete de los dibujos más conocidos de Leonardo y, lo cierto, es que los resultados son sorprendentes. No en vano, todas las obras cuentan con un microbioma diferenciador muy característico que las hace realmente reconocibles.
El microbioma no es más que el conjunto de microorganismos que comparten un mismo hábitat en particular. Evidentemente, este tipo de organismos no son perceptibles a simple vista y, por ello, se necesita de las tecnologías más avanzadas para tratar de entender cómo y por qué conviven en un mismo punto. Los investigadores buscaban algún tipo de elemento oculto que sirviera para buscar un patrón común en todos los dibujos de Leonardo y, lo cierto, es que lo han hallado… aunque no tenga nada que ver con lo que planeaban. No existen símbolos ocultos o extraños jeroglíficos, simplemente un ecosistema microscópicos en común.
Al analizar estos siete dibujos, la sorpresa llegó cuando los investigadores descubrieron que el propio microbioma de cada dibujo era suficientemente único como para poder identificar cada una de las obras solo gracias a estos microorganismos. Pero, además, toda la colección cuenta con numerosos puntos en común que les permite compartir ciertas similitudes en su microbioma. O, dicho de otra manera, el conjunto de estas obras puede ser fácilmente reconocido como del mismo autor y, al mismo tiempo, con diferencias sustanciales entre sí que permiten diferenciar cada una por separado.
Pero, ¿qué importancia y aplicación real puede tener haber encontrado determinados hongos y bacterias en los dibujos de Leonardo? Muy sencillo: en primer lugar, permite a los investigadores ubicarlo en lugares determinados en los que se llevó a cabo el dibujo, además de los lugares por los que ha pasado lo largo de su vida, tales como almacenes, restauradores o tratantes de arte, entre otros muchos. ¿Y para qué sirve? En realidad, es una información muy valiosa para los investigadores, pues el microbioma tiene una historia que contar que, si se sabe leer, puede Incluso acabar con fraudes.
Teniendo en cuenta el microbioma que forma parte de estos dibujos, se puede determinar si una obra perteneció a un autor en concreto y sí, fue llevada cabo en un sitio determinado, por ejemplo, entre muchas otras cosas, lo que puede servir tanto para atribuir una obra en concreto a un determinado autor, saber si es original o, incluso, si se trata de una falsificación. En el caso de este estudio, publicado en 'Frontiers in Microbiology', utilizaron una herramienta llamada Nanopore que se encarga de secuenciar el material genético de estos elementos para encontrar diferentes materiales biológicos y clasificarlos.
En el caso de los siete dibujos de Da Vinci, los expertos creen que la mayor parte del ADN humano descubierto proviene de personas que se encargaron de restaurar y de cuidar sus trabajos a partir del siglo XV, aunque no disponían de las herramientas necesarias para tratar de adivinar la identidad exacta de las personas que lo hicieron. Lo que sí pudieron confirmar es que todas ellas son obras originales de Leonardo y que guardaban una sorpresa: la alta concentración de bacterias con las que contaban en comparación con el número de hongos. "En conjunto, los insectoos y la localización geográfica parecen haber dejado un rastro invisible a la vista en los dibujos", afirmaron los investigadores en un comunicado.
En investigaciones anteriores, los expertos habían sido capaces de confirmar que los hongos tienden a dominar los microbiomas pero, en este caso, era absolutamente al contrario. A priori, los expertos creen que provenían tanto de humanos como de insectos, algo que probablemente tiene que ver con cómo se almacenaron las obras, especialmente tras la muerte de Leonardo. Ahora, los investigadores han descubierto un nuevo método para clasificar las obras de arte: una especie de CSI microbiológico con el que atribuir obras de autores, a priori, desconocidos con altas probabilidades de acierto.
Leonardo da Vinci puede presumir de ser uno de los grandes genios de la historia de la humanidad. Sus increíbles habilidades e inventos fueron mucho más avanzados de la época en la que le tocó vivir, el Renacimiento y, por ello, en muchas ocasiones su obra está rodeada de misterio. Multitud de veces se han puesto sobre la mesa los enigmas que rodean a una buena parte de su obra, pues esconden secretos que a simple vista no somos capaces de observar y que, gracias a las más novedosas técnicas, los expertos han sido capaces de sacar a la luz: la última, la relación de su obra con el mundo de las bacterias y de los hongos.