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Un mar extinto y el enigma del 'Cinturón Negro' en el sur profundo de EEUU
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Un mar extinto y el enigma del 'Cinturón Negro' en el sur profundo de EEUU

¿Es posible que hechos ocurridos cuando los dinosaurios aún poblaban la Tierra expliquen la misteriosa persistencia de una franja de voto demócrata en medio de un territorio hostil?

Foto: Escultura de Kwame Akoto Bamfo del Monumento Nacional por la Paz y la Justicia dedicado a la esclavitud en Montgomery, Alabama. en pleno 'Cinturón Negro' demócrata de EEUU (EFE)
Escultura de Kwame Akoto Bamfo del Monumento Nacional por la Paz y la Justicia dedicado a la esclavitud en Montgomery, Alabama. en pleno 'Cinturón Negro' demócrata de EEUU (EFE)

El Mar Interior Occidental penetraba hasta muy adentro lamiendo la base de los Apalaches a lo largo de la parte oriental del continente americano. En su momento de apogeo en el Cretácico -hará unos cien millones de años-, gran parte de lo que hoy es Estados Unidos quedó sumergido bajo las aguas al confluir un brazo del océano Ártico llamado Mar de Mowry y otro desde el Sur del descomunal océano de Tetis que partía en dos el planeta y del cual ese charco que llamamos Mediterráneo sería hoy su heredero minúsculo y confinado.

Los erosionados detritus de los Apalaches arrojados por los ríos a estas aguas someras fueron poco a poco colmando el fondo marino hasta forjar una extensa y sinuosa capa de esquistos oscuros y pródigos en nutrientes que, al retirarse las aguas y emerger el actual perfil de EEUU, quedaron al descubierto. Había nacido el 'Cinturón Negro'.

Un fantástico mapa sobre los movimientos electorales difundido ayer en redes por 'El Orden Mundial' tras el primer estrepitoso debate electoral entre Donald Trump y Joe Biden mostraba una extraña franja azul demócrata que recorre el sudeste estadounidense a través de Carolina del Norte y Carolina del Sur, Georgia y Alabama y sigue después las orillas del Misisipi rodeada abrumadoramente por el color rojo de los republicanos: el 'Cinturón Negro'. ¿Por qué los condados que siguen el curso de ese cinturón aislado han votado demócrata con tenacidad desde hace décadas en media de una zona hostil abrumadoramente republicana? Aunque parezca increíble, la respuesta podría estar precisamente en las temibles convulsiones geológicas ocurridas cuando los dinosaurios aún poblaban la Tierra.

La tesis le expone el biólogo de Oxford Lewis Dartnell en su excepcional 'Orígenes: cómo la historia de la Tierra determina la historia de la Humanidad' (Debate): "Lo sorprendente es que esta franja claramente definida de zonas de voto demócrata es el resultado de un océano antiguo, de decenas de millones de años de antigüedad".

Geología y esclavitud

Defiende Dartnell en su libro, uno de los mejores libros de divulgación en cualquier ámbito publicado en los últimos años, que el nacimiento de la inteligencia que nos caracteriza como especie fue el resultado de condiciones determinadas por nuestro planeta, pero no solo la inteligencia sino todo lo que somos, algo que dicho así parece obvio y que, sin embargo, no deja de olvidarse cuando intentamos entender historia fijándonos en las guerras entre los hombres o en sus grandes líderes. La geología, la geografía, la química de los metales o la energía cobran protagonismo en estas páginas apabullantes para brindar una explicación inédita que va desde la aparición de nuestra especie al mundo global pasando por las edificaciones, la ruta de la seda, la era de las Conquistas... o los resultados de las elecciones.americanas.

Aquellos apetitosos suelos de esquistos cretácicos del 'Cinturón Negro' resultaron una auténtica tierra promisoria para el cultivo del algodón al alborear la Revolución Industrial y explotar la demanda de ropa y tejidos en todo el mundo. Pero el algodón es una materia prima de extracción exigente y fatigosa, necesitada de una abundante mano de obra. El tráfico masivo de esclavos desde África a los estados sudistas a principios del XIX solventó el problema. "En el apogeo de las plantaciones atendidas por esclavos", relata Dartnell, "el término 'Cinturón Negro' había adquirido un significado diferente pues definía a las poblaciones que se encontraban en el Sur Profundo: una densa concentración de afroamericanos a lo largo de las orillas del Misisipi y alrededor de la curva que formaba la franja de roca cretácica enterrada bajo los suelos".

"El término 'Cinturón Negro' había adquirido un significado diferente pues definía a las poblaciones que se encontraban en el Sur Profundo"

Llegó la guerra civil, la Confederación fue derrotada y la esclavitud, abolida. Parecen cambios importantes, ¿verdad? Sin embargo, poco cambió, los antiguos esclavos continuaron trabajando el algodón ahora como hombres libres aunque por salarios de miseria y convenientemente segregados gracias a las Leyes de Jim Crow y así hubieran seguido de no desplomarse los precios del algodón para ser luego infestados los campos por una devastadora plaga de gorgojos. Varios millones de negros emigraron a las ciudades industriales del nordeste y del Medio Oeste pero la mayoría permanecieron allí, en un cinturón no más negro que el futuro que se avecinaba.

Del Cretácico a Rosa Parks

Concluye Dartnell: "Tras la Segunda Guerra Mundial, el 'Cinturón Negro' constituyó por todo ello el núcleo del movimiento por los derechos civiles. En diciembre de 1955, Rosa Parks se negó a ceder su asiento en el autobús a un viajero blanco en la ciudad de Montgomery, Alabama, justo en medio de esa franja curva de rocas del Cretácico de 75 millones de años de antigüedad. Incluso hoy en día, prácticamente todos los condados de Estados Unidos con la mayor proporción de afroamericanos se hallan en el mismo arco sudoriental. Estas poblaciones, que siguen ahí después de que muchos afroamericanos emigraran al norte y al oeste, son como un resto erosivo que permanece en su lugar tras la marea económica que se llevó a millones de ellos a otros lugares".

Parks se negó a ceder su asiento en el autobús justo en medio de esa franja curva de rocas del Cretácico de 75 millones de años

Sin industria, sin turismo, sin educación ni atención sanitaria adecuadas, el antaño hiperproductivo Sur acogió con esperanza desde los 60 las promesas del Partido Demócrata dibujando así la muy peculiar banda serpenteando un mar rojo que sigue aún hoy asombrando en los mapas de las elecciones presidenciales. La expuesta franja de fango del antiguo fondo marino originada hace millones de años, una huella dejada tras la evaporación de un mar extinto, permanece aún impresa en el mapa político estadounidense.

El Mar Interior Occidental penetraba hasta muy adentro lamiendo la base de los Apalaches a lo largo de la parte oriental del continente americano. En su momento de apogeo en el Cretácico -hará unos cien millones de años-, gran parte de lo que hoy es Estados Unidos quedó sumergido bajo las aguas al confluir un brazo del océano Ártico llamado Mar de Mowry y otro desde el Sur del descomunal océano de Tetis que partía en dos el planeta y del cual ese charco que llamamos Mediterráneo sería hoy su heredero minúsculo y confinado.

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