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Fabre renuncia a su sueño griego tras ser acusado de ningunear a los artistas del país
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dimite como director del festival de teatro de atenas y epidauro

Fabre renuncia a su sueño griego tras ser acusado de ningunear a los artistas del país

El artista multidisciplinar belga ha sido acusado de elaborar una programación 'antigriega' que ha levantado al sector de las artes escénicas y provocado su dimisión

Foto: Jan Fabre el pasado martes en Atenas (P. Campos)
Jan Fabre el pasado martes en Atenas (P. Campos)

Ni una semana ha estado Jan Fabre oficialmente al frente del Festival de Atenas y Epidauro, uno de los festivales de teatro europeos más importantes. El director, actor, performer y artista visual belga presentó las líneas de su programación el pasado martes en Atenas y su intención de convertir el festival y a Grecia en el centro del diálogo sobre el futuro de Europa, pero este fin de semana ha presentado su renuncia.

La presentación de Fabre, que fue designado el pasado mes de febrero como director del festival para los próximos cuatro años por el gobierno dirigido por Alexis Tsipras, levantó las críticas de los directores, creadores y actores griegos al denunciar que el grueso de la programación durante este primer iba a estar protagonizada exclusivamente por belgas ninguneando la creación griega. En 2017 un tercio de las representaciones iban a ser griegas hasta 2019 cuando alcanzarían el 100%. El fugaz director del festival manifestó ayer que renunciaba a su cargo tras ser acusado de diseñar una programación “no suficientemente griega”.

Había aceptado la propuesta del Ministerio de Cultura para tomar decisiones artísticas libremente. Esto no es posible en Grecia

El artista ha denunciado “falta de libertad artística”. “Había aceptado la propuesta del Ministerio de Cultura para tomar decisiones artísticas libremente. Esto no es posible en Grecia. No quiero trabajar en un ambiente de hostilidad artística al que había llegado con el corazón y la mente abierta”, señaló en una carta Fabre. El martes aseguraba en una entrevista con este periódico que quería convertir Grecia en el catalizador del diálogo artístico y cultural de la nueva Europa. Atenas como "centro de Europa, matriz de la sociedad y de la democracia europeas, es el lugar perfecto porque representa la crisis que está viviendo la propia Europa. Su intuición y su historia posibilitan que se abra nuevas puertas", afirmaba.

Ese mismo día, Fabre explicó que este 2016 la programación del festival iba a estar enfocada en los artistas belgas, con varias exposiciones tanto de su trabajo desde 1976 hasta la actualidad como de arte procedente del Museo de Amberes así como de espectáculos de teatro, danza y performances procedentes de su país natal. Tras este anuncio, los partidos de la oposición y los profesionales de las artes escénicas del país levantaron la voz por la nula presencia de espectáculos, actores y directores griegos en su festival.

“Esto no es el Festival de Aviñón”, aseguró el director y actor Argyris Xafis en el diario Ekhatimerini, que definió la designación de Fabre como “una broma de mal gusto”. “En un país que ha sido destruido económicamente, donde los teatros no pueden obtener financiación, no se puede excluir a las compañías griegas”, añadió Prodromos Tsinikoris, director artístico la programación experimental del Teatro Nacional.

La polémica fue creciendo tanto que el jueves pasado Tsipras aseguró en un tuit que Fabre y él habían hablado de la necesidad de asegurar las producciones griegas dentro de la programación pero la buena sintonía entre Gobierno y artista no han sido suficientes. Los creadores griegos publicaron el viernes una carta, tras una reunión de más de cuatro horas, pidiendo la “dimisión inmediata” de Fabre, a quien tildaron de “hostil” hacia las creaciones culturales del país. En la misma misiva se le señalaba como persona non grata.

El ministro de Cultura, Aristidis Baltas, manifestó también en una carta su decepción por la dimisión de Fabre, del que dice fue nombrado para ayudar a Grecia a salir de una crisis. Su fichaje rebajaba además su caché e iba a cobrar 20.000 euros anuales por su trabajo como director y por sus producciones. Ha sido una víctima, añadió el ministro, “de un ataque coordinado de los partidos políticos, los medios de comunicación y el mundo del arte” cuando su objetivo no era crear una programación “antigriega” sino abrir internacionalmente el festival y levantar producciones griegas internacionales.

Ni una semana ha estado Jan Fabre oficialmente al frente del Festival de Atenas y Epidauro, uno de los festivales de teatro europeos más importantes. El director, actor, performer y artista visual belga presentó las líneas de su programación el pasado martes en Atenas y su intención de convertir el festival y a Grecia en el centro del diálogo sobre el futuro de Europa, pero este fin de semana ha presentado su renuncia.

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