Es noticia
Batman vs. Superman: por qué hay que acabar de una vez con los superhéroes
  1. Cultura
estreno de 'el amanecer de la justicia'

Batman vs. Superman: por qué hay que acabar de una vez con los superhéroes

Los dos más grandes se enfrentan al fin sin que a nadie le importe gran cosa el resultado

Foto: 'Batman V Superman'
'Batman V Superman'

Año 1986. Una epidemia de preadolescentes propagada por el último baby boom persigue por los quioscos de toda España los últimos números de Forum y Zinco, los sellos patrios que por aquel entonces editaban en nuestro país a los dos grandes del cómic norteamericano de superhéroes: Marvel y DC. Los seguidores de uno y otro se escudriñan con recelo: o eres de Batman, Superman y la Liga de la Justicia (DC) o de Spiderman, Hulk y los Vengadores (Marvel). Mientras tu padre se empeña en que leas a Mortadelo y al Capitán Trueno, tú sólo quieres saber cómo acabará la 'Crisis en Tierras Infinitas' o las 'Secrets Wars' que te hacen sentir deliciosamente adulto. Porque aunque los mamporros siguen dominando las aventuras de los chicos de las mallas, algo extraño ha ocurrido.

La mejor generación de guionistas de la historia, la de Alan Moore, Frank Miller o Chris Claremont, acaba de irrumpir precisamente en 1986 para demostrar que un género endémicamente infantil puede ser tan inteligente como oscuro. La edad de oro de los superhéroes-no-solo-para-niños ha empezado. Hoy, treinta años después, sería conveniente cerrarla de una vez por todas.

En 1986 empezó la edad de oro de los superhéroes-no-solo-para-niños. Treinta años después sería conveniente cerrarla de una vez por todas

Hace unos meses, el supervillano mandamás de Disney amenazaba al mundo: "habrá películas de Marvel para siempre". Después de conquistar el santo grial de un universo superheróico interrelacionado con Los Vengadores como grupo insignia y unos beneficios incalculables, el gigante no mostraba la más mínima intención de parar la máquina. Los de DC llegan tarde al juego pese a un plantel de personajes no menos imponente. Su dueña, la poderosa Warner, ha ensayado durante estos años todo tipo de tentativas erráticas, iniciativas desordenadas o simples bodrios para subirse al tren. 'Batman v. Superman, el amanecer de la justicia', prometía, pese a su título cacharrero y las malas vibraciones irradiadas por los tráilers, dar el pistoletazo de salida a la más seria apuesta por construir un universo de superhéroes que compita con Iron Man, el Capitan América, Hulk y compañía. ¿El resultado? Kriptonita adulterada.

Todo el metraje de 'El amanecer de la justicia' se arrastra pesaroso hasta la gran pelea final entre el vigilante de Gotham y el alienígena de Kripton afincado en Metrópolis. No es una tontería. Bruce Wayne/Batman, uno de los nuestros, sin más superpoder que su inteligencia y su fuerza de voluntad, siempre fue infinitamente más popular que Superman, ese refugiado sospechoso con poderes de contrabando. Lanzar a los dos a darse de tortas y lograr que el murciélago le zurre una soberana paliza al repelente chico de azul parece una excelente idea.

'El regreso del caballero oscuro', ese maravilloso cómic de Frank Miller (de 1986, por supuesto) al que tanto homenajea -o plagia- este filme hacía exactamente eso en su memorable parte final: "Quiero que recuerdes Clark, en años futuros, en tus momentos más íntimos....Quiero que recuerdes mi mano en tu garganta. Quiero que recuerdes al único hombre que te ha vencido".

Pero es un ardid de Zack Snyder, otro más. La pelea es falsa. Los motivos, espurios. Antes de ella sólo hay humo y requiebros pirotécnicos y después aún queda el monstruo de turno, tan innecesario que ya nadie pone mucho interés en él. Porque Doomsday sólo es un bicho muy grande 'made in Kripton' que escupe rayos por los ojos. ¿Y bajo las máscaras? Ben Affleck sirve un Batman pasable aunque más fondón que el último Ronaldo, Henry Clavill honra a Superman con esa inexpresividad marca del traje, Jesse Eisenberg brinda el que probablemente sea el peor Lex Luthor de la historia, y la única que salva el tipo es la modelo israelí Gal Gadot que redondea una gozosa Wonder Woman pese a sus pocos minutos de gloria amazona.

Por cierto que los cameos de Flash y Aquaman que preparan el terreno para las próximas películas DC no solo no emocionan sino que desalientan a un espectador cada vez más agotado y confuso. Mucho mejor el del físico Neil deGrasse Tyson reconvertido en tertuliano evolucionista de la causa superheróica

La única que salva el tipo es la modelo israelí Gal Gadot que redondea una gozosa Wonder Woman pese a sus pocos minutos de gloria

Podría engañaros, juraos que iba precavido, que todo los datos conocidos aventuraban la enésima repetición de ese 'esquema Nolan' que, siendo reciente, ha sufrido ya una aceleradísima obsolescencia programada: superhéroes como dioses amenazadores a punto de quedar fuera de control enfrentados a amenazas apocalípticas que en realidad a nadie le importan. Pero el chaval de 9 años que compraba en 1986 sus primeros tebeos (pronto aprendería a llamarlos comicbooks) y que hoy, medio calvo y emocionado, acude al cine a reencontrarse consigo mismo, es inasequible al desaliento. Verá una peli, le sonrojará lo mala que es, se asomará a la siguiente, se cabreará de vergüenza, probará con otra más... ¿y empezará a sospechar que una industria todopoderosa le ha robado su juventud para revendérsela enlatada al precio de una entrada de cine?

En serio, 'Civil War' y ni una más...

Año 1986. Una epidemia de preadolescentes propagada por el último baby boom persigue por los quioscos de toda España los últimos números de Forum y Zinco, los sellos patrios que por aquel entonces editaban en nuestro país a los dos grandes del cómic norteamericano de superhéroes: Marvel y DC. Los seguidores de uno y otro se escudriñan con recelo: o eres de Batman, Superman y la Liga de la Justicia (DC) o de Spiderman, Hulk y los Vengadores (Marvel). Mientras tu padre se empeña en que leas a Mortadelo y al Capitán Trueno, tú sólo quieres saber cómo acabará la 'Crisis en Tierras Infinitas' o las 'Secrets Wars' que te hacen sentir deliciosamente adulto. Porque aunque los mamporros siguen dominando las aventuras de los chicos de las mallas, algo extraño ha ocurrido.

Críticas de cine Marvel Películas