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Pinochet, la cocaína y el corralito
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cerati, vida y muerte de un mito del pop latino

Pinochet, la cocaína y el corralito

Un repaso a los conflictos de Gustavo Cerati, divo pop argentino recientemente fallecido

Foto: El músico Gustavo Cerati EN 2010 (REUTERS)
El músico Gustavo Cerati EN 2010 (REUTERS)

Shakira. Juanes. Andrés Calamaro. Ricky Martin. Calle 13. Todos se han volcado en las redes sociales para despedir a Gustavo Cerati, líder de Soda Stéreo, que además mantuvo una prestigiosa carrera en solitario. Estamos ante un referente del pop en castellano, que contribuyó a demostrar que los artistas de América Latina podían convertir sus canciones en éxitos internacionales (aunque fuera en el ámbito del público de habla hispana). Cerati pasó los cuatro últimos años en un coma, pero sus millones de fans le siguieron escuchando y admirando. Intentamos resumir sus principales conflictos artísticos, políticos y tóxicos.

Triunfar en tiempos de Pinochet

Soda Estéreo, superventas durante los años ochenta y noventa, nunca llegaron al gran público de nuestro país. En el Cono Sur, en cambio, provocaron un fenómeno parecido a la Beatlemanía. El primer territorio extranjero donde arrasaron fue Chile. "Recuerdo a una chica entrando por un sistema de ventilación en un hotel. La sacaron llorando, llena de hollín, y la trajeron mientras nosotros estábamos comiendo en el hotel. Ver eso… fue una locura. Nosotros pensamos que era un complot, que había algo que no nos estaban diciendo", explicaba al periodista Leonardo Padrón en el libro Los imposibles 5.

Con el paso de los años, Cerati tuvo la honestidad de reconocer que parte de su éxito se debía a la situación política. "No hay que olvidar que en esa época estaba Pinochet. Nos sacaban en titulares de todos los diarios. Los espectáculos, en ese aspecto, a lo mejor copaban un lugar que, en otras circunstancias, no sería tanto. Pero la gente nos adoptó inmediatamente", apunta.

La convulsa realidad del continente también les benefició en Argentina. Durante la Guerra de Las Malvinas, en 1982, se prohibió a las cadenas de radio emitir rock anglosajón. La derrota bélica marcó un periodo de rechazo hacia lo británico, que facilitó el despegue del pop-rock nacional. Esa mutación favoreció a Soda Estéreo, que estaban en la rampa de salida de su carrera. Se puede considerar una paradoja, ya que el grupo estaba fuertemente influido por artistas anglosajones como The Cure y The Police.

Hábitos tóxicos, hábitos artísticos

Seguramente, el momento más kamikaze del músico fue la grabación de Signos, de Soda Stéreo, publicado en 1986. "Fue un álbum complicado desde la tecnología. Además estábamos tomando mucho, entonces se amplificaba todo el desastre. En este caso, básicamente, era cocaína, que estaba conectada a quedarse miles de horas despierto y tratando de solucionar lo insoluble, encontrando problemas donde no los había, y al mismo tiempo teniendo cierta conciencia de responsabilidad. Recuerdo terminar en el hospital, desesperado, pensando que era el fin. Y bueno, así pasaron semanas con ese tipo de situaciones".

A trancas y barrancas, consiguieron rematarlo, con la emoción de un thriller psicológico. "Era una situación exagerada. Las letras del disco se hicieron en una sola noche y fue la noche antes de que yo tuviera que cantar. Era una mezcla de tortura y excitación, porque al mismo tiempo, en la medida en que las iba terminando y se iban completando como rompecabezas, iba sintiendo una excitación muy particular" , confesaba a la edición argentina de la revista Rolling Stone.

Contra el rock argentino

La relación de Cerati con la escena rock de su país fue ambivalente. Era una estrella, sin duda, pero no acababa de encajar por su alma popera y sus colaboraciones con superventas como Shakira. "De chico, sentí una pertenencia con el rock como contracultura y ahora me impresiona lo hipócrita que puede llegar a ser este mundillo. He conocido músicos que me dijeron: 'No puedo reconocer que me gusta lo que vos hacés, porque si no me odia mi público'. Todos están cuidando su quintita y relacionándose de una forma que le resulte conveniente", explicaba en 2006.

En la misma entrevista, arremetía contra el reblandecimiento del underground de su país. "Lo que pasa es que el rock argentino se parece a la mala televisión. El rock dice que no tiene nada que ver con el refrito eterno de la televisión, y trata de sostener una bandera de contracultura, pero si la televisión vive comiendo mierda de sí misma, al rock le pasa igual. Eso me parece patético. Hoy en día, te encajan en la radio, te pasan mil veces y ya está. Tenés que durar un tiempo y hay fórmulas para ello. (...) El rock quedó más del lado de la mercancía que de la contracultura", denunciaba.

Víctima del "corralito"

Los discos de Cerati eran reflejo de cada uno de sus momentos personales. No se consideraba vanguardia, pero si un gourmet del pop. "Creo que la canción es artificio. No sólo lo creo, sino que defiendo a muerte esa idea estética", afirmaba. Podía sentir un intenso desprecio por las músicas populares latinas: "Despiértenme cuando pase el reggaetón", soltó en 2006 ante miles de personas, durante la gira de regreso de Soda Stéreo. Unos años después apareció un grupo de fans en Facebook, cargados de humor negro, que pidieron el final del "perreo" para ayudar a que Cerati saliese del coma. Como muchos oyentes de clase alta argentina, disfrutaba del rock cool de grupos neoyorquinos l como The Strokes. El álbum Bocanada, publicado en 1999, contenía una extraña mezcla de canción sentimental introspectiva y arreglos experimentales tipo My Bloody Valentine, legendario grupo indie británico.

Sin ninguna duda, Cerati fue un triunfador, pero también le tocó hacer frente a unos cuantos reveses. "Antes de Soda Stereo, tuve que tocar hasta en cabarés, pensando que era un escalón hacia otro lado. Ahora ya no existe ni siquiera esa posibilidad. Este es un país muy ingrato para los proyectos personales, de entusiasmo. En estos momentos de bajón uno tiene que redoblar la apuesta, pero es a costa de un sufrimiento tremendo. No te podés quedar en el bajón de este país, lo que no significa necesariamente irte. Personalmente, me engancharon con un montón de guita en el corralito y la verdad es que te dan ganas de irte a la mierda. Pero ni siquiera a mí, que tengo la posibilidad de trabajar en otros lugares, me resulta fácil marcharme. Hay una especie de esperanza a ultranza que nadie sabe de dónde viene ni qué fundamentos tiene, pero existe”, explicaba en 2001 al suplemento Página 12.

Shakira. Juanes. Andrés Calamaro. Ricky Martin. Calle 13. Todos se han volcado en las redes sociales para despedir a Gustavo Cerati, líder de Soda Stéreo, que además mantuvo una prestigiosa carrera en solitario. Estamos ante un referente del pop en castellano, que contribuyó a demostrar que los artistas de América Latina podían convertir sus canciones en éxitos internacionales (aunque fuera en el ámbito del público de habla hispana). Cerati pasó los cuatro últimos años en un coma, pero sus millones de fans le siguieron escuchando y admirando. Intentamos resumir sus principales conflictos artísticos, políticos y tóxicos.

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