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Un millón de euros por las notas del Greco
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El prado inaugura una muestra sobre sus lectruas

Un millón de euros por las notas del Greco

Los márgenes están machacados por cientos de anotaciones. Letra fina, recta, ordenada, asfixiante. Es uno de los tres libros que componen la edición en poder del

Foto: Uno de los tres volúmenes que componen las 'Vidas' de Vasari en la muestra del Prado, a la venta. (EC)
Uno de los tres volúmenes que componen las 'Vidas' de Vasari en la muestra del Prado, a la venta. (EC)

Los márgenes están machacados por cientos de anotaciones. Letra fina, recta, ordenada, asfixiante. Es uno de los tres libros que componen la edición en poder del Greco del famoso tratado Giorgio Vasari (1511-1574), en Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (Florencia, 1568). El pintor griego no perdona la lectura y comenta, apunta y replica al biógrafo italiano. Quizá leyó en Creta la primera edición de las Vidas, que “supondría un acicate en su carrera”. Es la joya de la exposición de La biblioteca del Greco, en el Museo Nacional del Prado, y está a la venta: los dueños piden cerca del millón de euros, como ha podido saber este periódico.

A la presentación de la muestra -que estará abierta hasta el 29 de junio y que supone el fundamento del resto de muestras que van a florecer al hilo del griego en estos fastos políticos- acudieron algunos miembros de la familia De Salas, a quien pertenece la edición anotada, y el responsable de la casa de subastas Christie’s, que en estos momentos busca al comprador perfecto. “Es una venta abierta”, confirma a este periódico, no será subasta. Es un modelo de comercialización más lento y más coherente con la preservación del patrimonio: la intención de la familia es que pase a manos de una institución pública, si asume el alto precio en tiempos de escasez.

El Museo del Prado y la Biblioteca Nacional Española se interesan por los tres libros del volumen de Vasari, en propiedad de los herederos de Xavier de Salas

La negociación está abierta y los ejemplares tienen dos navíos culturales interesados en la adquisición: la Biblioteca Nacional Española, que parece el lugar natural en el que conservar una edición de este calibre, junto a una edición del tratado de arquitectura de Vitruvio, el otro libro anotado del Greco –también en la exposición. Y el Museo Nacional del Prado, con quien se puede vincular por la intención de los pensamientos que el Greco dejó estampados. Ambas necesitan de la intervención del Estado para la adquisición de los Vasari, que en ningún caso abandonarán España, gracias a la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985.

placeholder Exposición 'la biblioteca del greco'

En la presentación a la prensa coincidieron en la mesa la directora de la BNE, Ana Santos, y el director del Prado, Miguel Zugaza. Las palabras de Santos cobran un sentido revelador sobre la esperada compra de las Vidas del Greco: “En estos momentos de necesidad, las instituciones debemos trabajar juntas. Nos enriquece a todos y apuesta por el patrimonio español. Esto sólo es el principio de otros proyectos de colaboración”.

Una grafía elegante e "idiotismos"

Lo más curioso es que el título de tres volúmenes ni siquiera está inventariado entre sus libros en el testamento que deja a su hijo. Sin embargo, El Greco tuvo un ejemplar de la segunda edición de la obra de Vasari y lo encontró Xavier de Salas (1907-1982) en 1966. Lo había comprado el historiador y director del Prado (entre 1970 y 1978) en el mercado londinense, con una encuadernación que no era la original. En algún momento ésta volvió a cambiarse y el encuadernador no tuvo cuidado al guillotinar los bordes de los tres volúmenes, acabando con parte de las anotaciones que contiene.

En las notas aparece un Greco partidario de Tiziano y contrario a Miguel Ángel

“Por la grafía elegante y el rebuscamiento de la forma de sus letras, con trazos que vincularían su grafía a la griega”, y por la lengua “cuajada de un gran número de idiotismos y errores lingüísticos” que “revelan la obra de un extranjero, de lengua distinta al castellano”. Son los motivos con los que el historiador justifica la atribución. Además, se cree que este ejemplar es un regalo del pintor Federico Zuccaro en 1586, porque también tiene anotaciones de Zuccaro.

Como apuntan los comisarios José Riello y Javier Docampo en el extraordinario catálogo de la muestra, “el pintor corrigió, completó con sombras o tachó algunas de las entalladuras con retratos de artistas; subrayó múltiples paisajes y, sobre todo, incluyó numerosas anotaciones en los márgenes, que suman unas 7.000 palabras, cantidad que podría dar síntoma de que no eran meros comentarios a vuela pluma de un lector animado, sino algo más”.

En las notas aparece un Greco partidario de Tiziano y contrario a Miguel Ángel. Tal y como señala Riello, al final de su vida el pintor griego consideraba que él había sido el único en unir pintura bizantina con veneciana y toscana. Esto le enfrentaba a las tesis de Vasari y a los pintores que están triunfando en El Escorial, mientras él traga con el rechazo de Felipe II. Los favoritos del monarca son fieles defensores de las fórmulas de Miguel Ángel y a Tiziano le altera.

La familia ha sido mimada para ceder el libro en la exposición. Al parecer, problemas con el anterior director del Prado, Fernando Checa Cremades, dejaron mal sabor de boca a los actuales dueños de los ejemplares. Incluso una de las conferencias vinculadas a la exposición estará dedicada al libro. Todo apunta a la compra.

Los márgenes están machacados por cientos de anotaciones. Letra fina, recta, ordenada, asfixiante. Es uno de los tres libros que componen la edición en poder del Greco del famoso tratado Giorgio Vasari (1511-1574), en Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (Florencia, 1568). El pintor griego no perdona la lectura y comenta, apunta y replica al biógrafo italiano. Quizá leyó en Creta la primera edición de las Vidas, que “supondría un acicate en su carrera”. Es la joya de la exposición de La biblioteca del Greco, en el Museo Nacional del Prado, y está a la venta: los dueños piden cerca del millón de euros, como ha podido saber este periódico.

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