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Daft Punk: música disco para puretas
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EL NUEVO DISCO DEL DÚO, 'RANDOM ACCESS MEMORIES', TAN AMBICIOSO COMO POLÍTICAMENTE INCORRECTO

Daft Punk: música disco para puretas

El dúo entrega un disco tan ambicioso como políticamente incorrecto en su intención de reivindicar la vieja escuela de la disco music, el AOR, el rock

Foto: Daft Punk: música disco para puretas
Daft Punk: música disco para puretas

El dúo entrega un disco tan ambicioso como políticamente incorrecto en su intención de reivindicar la vieja escuela de la disco music, el AOR, el rock progresivo y el soft rock

1. Burn, baby, burn! Disco inferno!

El día en que la música disco murió se jugaba un partido de béisbol en Chicago. Fue el 12 de julio de 1979 y simbolizó una muerte anunciada que terminó por confirmarse unos meses después con el cierre del histórico club Studio 54. Aquella jornada ha pasado a la historia como la Disco Demolition Night y en YouTube se puede ver vídeos de lo que pasó en el Comsikey Park en medio de un partido entre los Chicago White Sox y los Detroit Tigers. Carteles con el lema “disco sucks!” (la música disco apesta) colgaban del estadio y una montaña de vinilos fue quemada en una pira alrededor de la cual cientos de personas parecían celebrar su propia incapacidad para empatizar con el otro, como en una versión Fahrenheit 451 en la que el enemigo era la bola de espejos. La multitud fue jaleada por el locutor de radio Steve Dhal, que invitó a los asistentes a llevar al partido sus vinilos de música disco para su posterior quema, algunos de los cuales también fueron lanzados en plan frisbee al campo.

Desde su programa de radio, Dahl se mofaba habitualmente de la cultura disco y llegó a grabar un tema, titulado ‘Do you think I’m disco?’, parodiando lo que percibía como un estilo claramente afeminado y superficial, vinculando su experiencia a actividades frívolas como beber piñas coladas, el cuidado excesivo del pelo o ponerse un calcetín para marcar paquete. 

La música disco, frecuentada desde su origen por minorías como la comunidad gay, la negra y la latina, cuando no directamente por negros homosexuales o latinos homosexuales, empujó al horror y al miedo al otro al americano blanco medio, para quien aquella música, popularizada por los DJ en discotecas con un sistema de sonido muy característico que potenciaba los bajos y las baterías, el consumo de drogas y el sexo sin prejuicios, era un código que ni entendían ni querían entender. Era más bien una amenaza hacia elrock’n’roll, la única música pura para aquel grupo de hienas disfrazado de puristas.  

Lejos de morir, la música disco ha permanecido bien alimentada, ya sea en sus propios bastardos o en los bastardos de sus propios bastardos, en periódicos revivals o mutando, vía house, vía eurodance o vía un millón de etiquetas más, si bien se sigue recurriendo a términos como “hortera”, “kitsch”, “camp” o directamente “gay” para referirse a ella y su deriva posterior durante los años ochenta y noventa. Que Daft Punk hayan acelerado la velocidad de su nave para llegar antes de lo previsto (según lo esperado por el público y la crítica mayoritaria) a los años setenta no debería ser una sorpresa: la disco music está en su listado oficial de influencias junto a otras aparentemente irreconciliables como el electro o el rock para puretas (AOR, adult oriented rock) de Supertramp y la Electric Light Orchestra de la época de ‘Discovery’ y ‘Time’, tan presentes en su nuevo álbum.

Tampoco debería sorprendernos que la aparición de un nuevo trabajo de los franceses haya monopolizado la atención mediática de la primera mitad de 2013, convirtiéndose en uno de los lanzamientos más importantes no solo del año, sino del último lustro e incluso década: hacia ocho años que el dúo no sacaba material nuevo, sin contar la banda sonora para Tron: Legacy. Daft Punk llegan así al año 2013 respetados por el público y crítica, que están hambrientos de Daft Punk, y citados por todos extremos del pop, desde Kanye West a LCD Soundsystem pasando por el caníbal de Will.i.am, lo que también les conecta con esa nueva música electrónica de baile (EDM) contra la que el dúo ha arremetido en más de una ocasión en estos días. No en vano, David Guetta, Deadmau5, Skrillex o Swedish House Mafia también citan al dúo como referencia ineludible.

Como decía, usando Google Trends se puede apreciar la evolución en la búsqueda en la web de información sobre el grupo desde 2008 y cómo en este 2013 el gráfico se dispara hasta convertirse en casi una línea completamente vertical.

2. Música disco artística, música disco de autor

Lo dicho: hoy sale hoy al mercado Random Access Memories (Columbia), cuarto disco de Guy Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter, más conocidos como Daft Punk, precedido por una de las campañas más intensas que se recuerdan en el marketing musical y por la filtración del disco hace una semana. Se puede decir que entre unos y otros hemos creado un monstruo que no parece haber terminado de complacer a nadie. Y a pesar de todo, la prensa inglesa apunta a que el álbum podría desbancar al Be Here Now de Oasis como el disco más rápidamente vendido en la historia de las islas. Get Lucky, el single de adelanto, lleva cuatro semanas como líder de ventas en el Reino Unido y en su día de estreno colapsó Spotify y Deezer. Curiosamente, solo ha podido plantarles cara Rod Stewart con su primer número 1 en cuarenta años, algo que seguro que a Steve Dahl le daría para soltar algunas coñas y componer otra canción-parodia.


El hecho de que el Random Access Memories pudiera también escucharse en streaming en iTunes desde la semana pasada (en una jugada que parece improvisada para minimizar los daños de su filtración, o al menos para mantener cierto control en la era de las descargas), encierra una duda interesante que algunos ya han señalado: ¿Es el streaming la manera más adecuada de “desvelar” un disco tan esperado al mundo entero? ¿Ha sido una decisión correcta? Como oyentes, ¿condiciona el streaming la aproximación y la valoración que le damos a un disco que, precisamente, quiere huir de ciertos valores y comportamientos de la música actual? ¿Es necesaria tanta prisa, tanta urgencia?   

¿A qué suena Random Access Memories? Estamos, en primer lugar, ante un homenaje a la música disco según manda el canon, es decir, producción estratosférica, estrellas invitadas, músicos de sesión, letras que celebran el amor y gozo de la música sin más (Give Life Back to Music, Lose Yourself to Dance, Get Lucky). El homenaje en realidad va mucho más allá de lo estrictamente musical: lo que el dúo pretende es volver al tipo de grabación de finales de los setenta y principios de los ochenta, que según han declarado en entrevistas, fue la época en que la calidad de los discos tocó techo. Daft Punk han acudido a una trinidad de maestros pioneros cada uno en lo suyo: Giorgio Moroder y el space disco, Nile Rodgers para aportar elegancia, luminosidad y brilli-brilli y Paul Williams para unos arreglos orquestales a la altura de una banda sonora imaginaria. El nuevo disco de Daft Punk, 'Random Access Memories' es un homenaje a la música disco

Es cuanto menos curioso no encontrar ni una sola voz femenina invitada, siendo la música disco tan dada a las divas, y siendo este un álbum al que no le importa caer en los clichés porque los entiende óptimos para transmitir su ideal de una música que transmite emociones. En esta ocasión, Daft Punk han llamado a Pharrell Williams (The Neptunes, NERD), Julian Casablancas de The Strokes y a Panda Bear de Animal Collective, que es quizá el que más desentona del lote pero que dice mucho del interés de Daft Punk por bandas experimentales. No todo iba a ser nostalgia. 

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Dentro de su corrección y su pulcritud conceptual, en la que todo suena fenomenalmente bien, Random Access Memories es un disco políticamente incorrecto que rellena los huecos de la música disco con otros géneros y estilos que no gozan precisamente de buena prensa, como el AOR (Fragments of Time), el rock progresivo o el soft rock (The Game of Love, Within). Para ser un disco compuesto por un par de robots antaño orgullosos de serlo, Random Access Memories suena muy poco sintético, y su conexión con la música de baile es anterior al techno. Aquí hay baterías reales, guitarras, punteos y arreglos orquestales. El propio título del disco, que hace referencia a la memoria RAM de los ordenadores, también quiere reflejar la tensión que vive el dúo entre la creatividad humana y su interacción con las máquinas. 

En cualquier caso, por momentos, no parece haber sido concebido para la pista de baile tanto como para ser exhibido en un museo, una obra nacida para ser contemplada o estudiada y no tanto para ser disfrutada o sudada. Un objeto de valor en una vitrina con el cartel de “no apoyarse”. O para un musical, con el público sentado silenciosamente en sus butacas y siguiendo la música con suaves movimientos de cabeza (ahí está la muy afectada Touch). O como una banda sonora de algún proyecto conceptual y ambicioso aún por desvelar (la fantástica Motherboard).Este disco no parece haber sido concebido para la pista de baile tanto como para ser exhibido en un museo

Cualquier cosa menos con tal de no quedarse “solamente” en un trabajo producido por dos DJ: este es un álbum que quiere sonar perfecto, y es víctima de su deseo, aunque para ello tenga que ponerse serio y solemne, muy consciente de sí mismo y de su idea de ir a contracorriente del siglo XXI, donde priman las grabaciones digitales. Es más, parece que una gira adecuada sería en teatros o centros de arte contemporáneo, con el dúo acompañado por una banda tradicional, una gran orquesta y un juego de luces propio de una nave espacial. Como un concierto de Pink Floyd en clave disco. Adult Oriented Disco. Música disco de autor, art-disco, esa que en Francia cultivaron a finales de los setenta grupos como Space

Hay también espacio, en cualquier caso, para los Daft Punk más o menos reconocibles por todos, presentes en Contact y Giorgio by Moroder, que incluyen los únicos “subidones” reseñables de Random Access Memories. Quizá el problema es que sigamos identificando la música de Daft Punk con Homework o con el monstruoso Alive 2007, y se nos olvide que Discovery y Human After All son tan Daft Punk como aquellos.

3. Humanos, a pesar de todo

Las reacciones al nuevo álbum han sido diversas. Desde el New York Times, el influyente y respetadísimo Simon Reynolds titula: “Daft Punk se vuelven humanos con su nuevo disco”. Y escribe que “desdeñando el software de audio digital que potencia la música electrónica de baile, el disco es un flashback analógico a la era de la técnica musical en directo” y que está “lleno de canciones que aluden […] a la idea del futuro que se tenía en el pasado”. Es curioso cómo, en la entrevista con Reynolds, el dúo que se hizo famoso por hacerse pasar por robots despotrique con vehemencia contra la tecnología y los ordenadores como instrumento musical. 

En The Guardian, Alexis Petridis escribe que en Random Access Memories, Daft Punk “arrojan arrogantemente el guante a sus legiones de imitadores: habéis copiado todo lo que hemos hecho, ahora intentad copiar esto”. Y para Will Hermes en Rolling Stone, el disco está lleno de momentos WTF (what the fuck!) y que todo en él tiene el envoltorio ideal (más de 70 minutos, concepto del álbum según los excesos del prog-rock, papel fundamental del estudio de sonido como instrumento) para colocarse en algún lugar entre el Dark Side of the Moon de Pink Floyd y el That's the Way of the World de Earth, Wind and Fire.

Desde la prensa especializada, el NME le ha dado a Random Access Memories una puntuación de 10 sobre 10 y lo resume así: “El dúo francés hurga en su abultada lista de contactos para crear una obra maestra que es ambiciosa, indulgente y, por encima de todo, divertida”. Pitchfork, por su parte, que les otorga un 8.8, asegura que Daft Punk “han querido crear un disco-disco, una serie de canciones que pueden llevar al oyente de viaje, en la manera en que los LP eran disfrutados en otra época”. 

La crítica de Pitchfork apunta algo que explica mucho mejor Javier Blánzquez en su crítica en PlayGround: que “hay que tener en consideración que todo disco de Daft Punk deja la puerta abierta a una recontextualización futura, cuando por fin sepamos a qué lleva exactamente este álbum”. Es decir, es posible que dentro de unos años entendamos mucho mejor este disco, no solo dentro de la producción del dúo, como pasó con Discovery, sino en función de su huella en la cultura popular.Aunque su disco mire a los setenta, el público del siglo XXI tiene otra manera de recibir y enfrentarse a la música

También hay quien se está tirando de los pelos, como es el caso de Julián Ruíz, que en su blog califica el álbum de “pretencioso, ‘chic’ y aburrido”, y que dedica a sus canciones calificativos como “porquería”, “que raya la vulgaridad” e incluso que “te puedes hacer pis”.

Por último, en la edición española de Rolling Stone se puede leer un artículo que pone el acento en cómo un disco que parece evitar esta época marcada por las redes sociales y la viralidad de internet, ya ha sido víctima, claro, de memes y versiones espontáneas, algunas más profesionales que otras. Es una manera de recordar a Daft Punk que aunque su disco mire a los setenta, en el siglo XXI el público tiene otra manera de recibir y enfrentarse a la música, más allá de sentarse pasivamente a admirar cómo una canción deja paso a otra.

El dúo entrega un disco tan ambicioso como políticamente incorrecto en su intención de reivindicar la vieja escuela de la disco music, el AOR, el rock progresivo y el soft rock