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Una novela titulada 15M
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LOS DOS ÚNICOS ESCRITORES QUE SE ACERCARON AL MOVIMIENTO DE LA PUERTA DE SOL CHARLAN SOBRE EL FENÓMENO NARRATIVO

Una novela titulada 15M

Advertencia: ninguno de estos dos libros es una novela de ideas, a pesar de que una trata el 15M y la otra relata los previos a

Foto: Una novela titulada 15M
Una novela titulada 15M

Advertencia: ninguno de estos dos libros es una novela de ideas, a pesar de que una trata el 15M y la otra relata los previos a la reunión de Sol. Abstenerse aquellos que esperen una retahíla ideológica con banda sonora sobre lo que se vivió entonces. Segunda advertencia: los dos protagonistas de ambas son, en realidad, el mismo -aunque eso no lo saben sus autores. El de Olmos es un personaje-pelele creado para que el lector descargue sobre él toda su ira; el de Pedregosa es amable y complaciente, el espejo al que le gustaría mirarse el movimiento.

Son escritores en las antípodas, desde sus lecturas (Ramiro Pinilla para Pedregosa; Henry Miller para Olmos) a sus modelos (a contracorriente Olmos, oportuno Pedregosa), con caminos paralelos que se cruzan en Francisco Umbral.   

Los dos han trabajado muy cerca de la realidad, ¿creen en la literatura como eco de la actualidad?

Alberto Olmos. Para nada. Creo que no es necesario hacer novelas porque Atocha estallara en mil pedazos. Me parece más honrado trabajar de manera autónoma. No creo en las modas, ni en los temas de actualidad que marcan los periódicos. La literatura no puede ir al compás de la actualidad de la prensa, porque también ella lo inventa. En mi caso fue una coincidencia [el libro se publicó en octubre de 2011], porque en realidad hablaba de lo que conocía, de mi barrio y de mi vida. Alejandro, seguro que habrás consultado bibliografía, ¿hay alguna novela sobre 15 M?

Alejandro Pedregosa. Si la hay no la conozco. Hay ensayos y crónicas, pero narrativa nada. Creo que se debe a la propia cualidad del movimiento, porque rápidamente Twitter y Facebook crearon su propia narración instantánea. De todas maneras, la actualidad hace su propia novela. Coincido en que la literatura se maneja por reglas autónomas y los hechos son simplemente contexto.

A.O. La honestidad es escribir sobre lo que se conoce. Y lo haces si aporta algo, pero escribir porque está de moda no tiene sentido. Por ejemplo, Isaac Rosa, es un escritor que me lo creo, que le preocupa mucho lo que escribe, la crisis, la economía. Pero hay otros autores que lo hacen por seguir la moda y porque no tienen nada que contar. Fuerzan al máximo, porque no es tan fácil escribir una novela tras otra.  

A.P. La honradez es el primer paso. El escritor busca el tema, se documenta y debe preguntarse qué magma literario quiere darle a su historia. La literatura es un reflejo y la ficción ayuda a la realidad a enseñarle cómo es por dentro, porque ésta es muy fugaz.

A.O. ¿Cómo sale parado el 15M en tu libro?

A.P. No me cabe ninguna duda de que es un homenaje, pero se vive desde el distanciamiento más que desde el seguidismo. Es una mirada nueva sobre el fenómeno.

A.O. ¿Y por qué no os decidisteis por una foto de aquellas para la portada?

A.P. Porque esta es la protagonista.

A.O. Ya pero yo no caía que “sol” era Sol. A lo mejor un contexto algo más arquitectónico que remitiera a la plaza quizás habría ayudado al lector.

A.P. En realidad es una novela ambientada en el 15M.

A.O. ¿Es una novela negra?

A.P. No tanto, porque en este caso no me interesaba hacer eso. Es un poco menos negra. Las cadencias del género son muy peligrosas: te pueden llevar a los personajes por un camino predeterminado. Un autor debe saber decir algo sobre las claves del género en el que trabaja.

A.O. La novela negra es permeable a la crítica social, ¿lo habías hecho antes o lo has hecho con esta?

A.P. La novela negra que yo he trabajado siempre tiene un toque costumbrista: la radiografía sobre la microsociedad que estás contando. Por ejemplo, la fiesta de san Fermín, Pamplona, un asesinato, el Opus Dei y el HB.

A.O. Yo no tengo ningún interés en el género negro, aunque en Ejército enemigo haya un asesinato. Utilizo una voz crítica. Quería manifestarme con claridad, para evitar la confusión. Hay una burguesía acuciante que afecta a la gente de izquierda, que consiste en hablar de lo que tú quieras, rebelarte contra lo que te apetezca, y llevar una vida de lujos. Una vida de autoexculpación. La salida del libro coincidió con el 15M, pero mi propuesta es un tipo de literatura violenta y agresiva. Muchas personas se lo toman como algo personal. Yo quería ser radical, como el columnista que está obligado a ser radical en lo que dice. Y el escritor a dudar. Radical sin buscar personajes compensatorios que eviten que te acusen ser una cosa u otra.

A.P. La voz en sí es un personaje. He ordenado las cosas para mostrar la realidad tal y como yo creía que era. El proceso de documentación del libro fue muy importante, porque preparé un cuestionario que pasé entre amigos que estaban en Sol y que lo entregaron a otras personas. Te quedas defraudado con algunas de las respuestas que dio ese 15M.  

A.O. Eso es un libro muy bonito, tal cual.

A.P. Sí, es verdad. No lo pude vivir en Madrid porque estaba en Granada, pero vi lo que había en aquella ciudad flotante y de qué cosas flaqueaba. Lo que más me interesaba era destacar en la novela es la pluralidad del movimiento. Habrá quien se acerque al libro y diga que no es una novela sobre el 15M y quien dirá que tiene un aroma a todo aquello.

A.O. ¿Cuál crees que era la media de edad del 15M?

A.P. Creo que entre los 18 y 32. Y como mucho becario, mucha gente que se buscaba la vida.

A.O. Volviendo al tema de la voz, a mí a veces me gusta ser lírico y otras veces ser bruto, sin aceites. Venía de cuidar la prosa y la corrección, estaba harto. Con Ejército enemigo quería volver a ese tono de mi primera novela, más brusco y fresco, aparentemente menos trabajado, perfecto para retratar a la falsa izquierda. En Twitter tiene éxito la gente que dice las cosas salvajes que no se pueden decir, como masaenfurecida. O escritores como Houellebecq, Celine, Bukowski, Henry Miller. Autores estomacales, pertenecientes a una tradición anti académica. A veces pienso que las corrientes literarias tienen que ver con lo que resulta más auténtico. Por eso creo que en estos momentos parece más apropiada una novela más fresca, más escrita a pie de la calle.

A.P. Sí. Lo primero que les explico a mis alumnos es la importancia la observación, la imaginación y la mirada particular. El escritor debe salir a la calle buscando historias. Sabes cuándo hay tema y cuándo no. En el momento en que ves un hilo de inspiración, lo trabajas con la observación.

A.O. Yo vengo de la escuela de Umbral: pupila y muñeca. El ojo y el adjetivo justo. Si escribiese una novela del 15M me gustaría quedarme con las cosas pequeñas, como tus encuestas. Los pequeños detalles son lo que más me interesan, como decía Nabokov. Cuando escribo una novela tengo sensaciones de grandes cauces por los que no he navegado. Por ejemplo, vivía en Usera y nunca había hablado de mi barrio y tiré por ahí. Trato de escribir de lo que conozco y  de buscar cosas que antes no había contado.

¿Creen que han hecho novelas existencialistas o novelas en las que se plantea la condición social?

A.O. La mía es más existencialista que social. Creo que todo se explica por el individuo: me interesan las novelas de un individuo enfrentado al sistema.

A.P. Te iba a decir que la mía no era existencialista en absoluto, pero a raíz de lo que dices es existencialista, aunque en un tono leve, propio de alguien de veinte años.

¿Y qué prefieren las novelas correctas o incorrectas?

A.O. A mí me gustan dos tipos de libros: los muy incorrectos y los muy líricos, que estén muy bien escrito. Lo peor que le puede pasar a una novela es que sea correcta. La corrección no suena bien, ni políticamente ni técnicamente.

A.P. Creo que cuando no tienes mucho que decir es muy fácil hacer una novela incorrecta. Si no tengo argumento para defender lo que quiero decir es más fácil recurrir a los insultos.

A.O. Bueno, en realidad me refería más que a los insultos, que es algo facilón, a las ideas contra lo aceptado. Me lo dijo el propio Andrés Barba: habría que hacer una novela en la que una mujer maltratada fuera una mala persona. Me gustan los libros que me choquen y que me coloquen en el conflicto. Conflictos morales, tipo Haneke.

¿La situación económica y laboral del escritor es similar a la que denunciaba el 15M?  

A.O. El entorno literario en el que me muevo apenas hay dinero. He asumido la precariedad de mi situación, a menos que no tengas “un Cercas” entre las manos. Esto es precariedad si no tienes lo que hace falta para el circuito de los premios.

A.P. Empecé escribiendo poesía así que a mí esto no me asusta. Estamos en crisis desde siempre.

A.O. ¿Tú crees que ahora los escritores de hoy ganarán menos dinero que los de antes?

A.P. Sí, sin ninguna duda. Te lo digo ya: los anticipos son menos de la mitad que antes. Los contratos son leoninos: bájate los pantalones, si quieres bien, sí; si no, no. Pero nos pasa a nosotros como le pasa al celador del hospital. Es similar al resto de la sociedad. Por este camino van a poder escribir los ricos, gente que por cuna puede hacerlo. Eso [y señala el libro] son ocho horas diarias.

A.O. O una pareja que te mantenga. 

Advertencia: ninguno de estos dos libros es una novela de ideas, a pesar de que una trata el 15M y la otra relata los previos a la reunión de Sol. Abstenerse aquellos que esperen una retahíla ideológica con banda sonora sobre lo que se vivió entonces. Segunda advertencia: los dos protagonistas de ambas son, en realidad, el mismo -aunque eso no lo saben sus autores. El de Olmos es un personaje-pelele creado para que el lector descargue sobre él toda su ira; el de Pedregosa es amable y complaciente, el espejo al que le gustaría mirarse el movimiento.