El Thyssen se vuelve a rendir a Ghirlandaio

Es probablemente uno de los cuadros más asociados a la institución y en torno a él pivota toda la idea de esta muestra comisariada por Gert Jan van der Sman que se podrá contemplar hasta el 10 de octubre. A partir de Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, el museo Thyssen de Madrid presenta una cita con el Quattrocento que ha titulado Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia, una exposición en la que se analizan tres temáticas importantísimas en la ciudad italiana a finales del siglo XV: el tema del amor y el matrimonio, el género del retrato y las imágenes religiosas.

 

La historia de este cuadro, “el único retrato que femenino del siglo XV que ha llegado hasta nuestros días del que se conoce su ubicación original”, se baña en la tragedia. Fue un encargo de Lorenzo Tornabuoni, emparentado con los Médici, a Doménico Ghirlandaio, que era amigo de la familia, a raíz de la muerte de su mujer, la retratada, cuando se encontraba embarazada de su segundo hijo. Giovanna será inmortalizada de perfil, una manera basada en ejemplos arcaicos y monedas, que respaldaba el ansia de dignificar su figura. Tanto es así, que el artista llegó a incluir una serie de detalles para respaldar esa idea, como un pequeño cartel que rezaba en latín: “Ojalá pudiera el arte reproducir el carácter y el espíritu! En toda la tierra no se encontraría un cuadro más hermoso”.

 

 El Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, se convirtió en el objeto clave de las estancias de su esposo en el Palacio de los Médici con un voluminoso marco dorado que redoblaba su poder de convocatoria. En la pintura se incluían una serie de elementos simbólicos que hacían referencia a su vida: joyas y su Libro de las horas.

 

La parte final de la exposición hace un estudio científico de la obra mediante un análisis físico mediante rayos x y un estudio técnico de la composición, que nos revela la aplicación de la medida aurea, la que de tanto equilibrio dota a toda obra plástica.