Es noticia
Harvey Keitel, 70 años de un secundario de lujo
  1. Cultura

Harvey Keitel, 70 años de un secundario de lujo

Harvey Keitel, actor forjado con unos novatos Martin Scorsesse, Robert de Niro o Ridley Scott, cumplirá mañana 70 años, una vida de interpretación en la que

Foto: Harvey Keitel, 70 años de un secundario de lujo
Harvey Keitel, 70 años de un secundario de lujo

Harvey Keitel, actor forjado con unos novatos Martin Scorsesse, Robert de Niro o Ridley Scott, cumplirá mañana 70 años, una vida de interpretación en la que prosperó como secundario aunque la gloria de Hollywood le ha sido esquiva.

Candidato en una ocasión al Óscar por su papel de reparto en Bugsy (1991), Keitel consagró su nombre internacionalmente en la década de los noventa gracias en gran medida a su asociación con Quentin Tarantino, por aquel entonces un desconocido cineasta. Su Mr. White en Reservoir Dogs (1992) y el posterior The Wolf en Pulp Fiction (1994) se convirtieron en santo y seña de su carrera, plagada de papeles dispares que han ido desde el Satán de la comedia Little Nicky (2000) a un particular Elvis Presley en Finding Graceland (1998).

Neoyorquino de Brooklyn, hijo de padre polaco y madre rumana, los caprichos de Hollywood le llevaron a encarnar en más de una ocasión a un descendiente de inmigrantes italianos, un destino que compartió con su amigo Robert de Niro al que secundó en Taxi Driver (1976). El tándem Keitel - De Niro se repetiría en cuatro ocasiones más, si bien el futuro deparó mucho más reconocimiento al segundo que al primero.

Los inicios de Harvey Keitel en la gran pantalla fueron de la mano de otro director novato en los 70, Martin Scorsesse, con quien realizó Who's That Knocking at My Door (1967, ¿Quién llama a mi puerta?), Malas calles (1973), junto con De Niro, Alice Doesn't Live Here Anymore (1974, Alicia ya no vive aquí) y Taxi Driver (1976). Una relación cinematográfica que se enfriaría posteriormente a medida que se afianzaba el vínculo entre De Niro y Scorsesse en los 80, época de éxito para éstos y que sería prolífica en películas para Keitel, aunque sin la gloria de sus colegas.

En 1988 Keitel volvió con Scorsesse para ser su Judas en The Last Temptation of Christ (1988, La última tentación de Cristo), filme que le valió una candidatura al Óscar al director. Ya entonces ese veterano actor con pasado teatral y ex dependiente de una zapatería para señoras había hecho buenas migas con otro aspirante a director en Hollywood, Ridley Scott antes de Alien (1979) y Blade Runner (1982). Keitel protagonizó el primer largometraje del cineasta británico, Los duelistas (1977) y se volvió a reencontrar con él en 1991 en
Thelma y Louise.

 

Problemas con Ford Coppola

La historia cinematográfica de Keitel parece contar con cierto grado de infortunio ya que, a pesar de trabajar con importantes directores, faltó en sus grandes proyectos incluso aunque su estilo interpretativo parecía adecuado para el filme. Es conocido que unas diferencias con Francis Ford Coppola le alejaron del papel de Capitán Willard en la mítica cinta bélica Apocalypse Now (1979) para el que había sido previamente elegido, un trabajo que fue para Martin Sheen.

Tras una década de títulos con poca trascendencia, Keitel resurgió en los 90 como un gran secundario en Thelma y Louise y en Bugsy, pero fue resucitado definitivamente por Tarantino. Con ese cineasta sí tuvo el don de la oportunidad y apareció en dos de sus mejores películas, Reservoir Dogs y Pulp Fiction, así como en la posterior Abierto hasta el amanecer, dirigida por Robert Rodríguez con guión de Tarantino.

En 1993 protagonizó The Piano (1993, El piano), ganadora de tres Óscar, y sería integrante del llamativo reparto del drama Cop Land (1997), con Silvester Stallone, Robert de Niro y Ray Liotta. Fueron esos años cuando entró a formar parte de las listas de mejores actores de cine de Hollywood para las revistas Empire y Entertainment Weekly.

Con el cambio de siglo le llegaron películas españolas como Nowhere (2002) y El misterio Galíndez (2003), o la estadounidense El puente de San Luis Rey (2004) ambientada en Perú y donde se reencontraría con De Niro.

El dragón rojo y la saga de Nicolas Cage La búsqueda fueron algunos de sus últimos trabajos en los que Keitel comenzó a mostrar más interés por proyectos enfocados en conquistar taquillas de lo que lo había hecho hasta entonces.
 

 

 

Harvey Keitel, actor forjado con unos novatos Martin Scorsesse, Robert de Niro o Ridley Scott, cumplirá mañana 70 años, una vida de interpretación en la que prosperó como secundario aunque la gloria de Hollywood le ha sido esquiva.

Candidato en una ocasión al Óscar por su papel de reparto en Bugsy (1991), Keitel consagró su nombre internacionalmente en la década de los noventa gracias en gran medida a su asociación con Quentin Tarantino, por aquel entonces un desconocido cineasta. Su Mr. White en Reservoir Dogs (1992) y el posterior The Wolf en Pulp Fiction (1994) se convirtieron en santo y seña de su carrera, plagada de papeles dispares que han ido desde el Satán de la comedia Little Nicky (2000) a un particular Elvis Presley en Finding Graceland (1998).

Neoyorquino de Brooklyn, hijo de padre polaco y madre rumana, los caprichos de Hollywood le llevaron a encarnar en más de una ocasión a un descendiente de inmigrantes italianos, un destino que compartió con su amigo Robert de Niro al que secundó en Taxi Driver (1976). El tándem Keitel - De Niro se repetiría en cuatro ocasiones más, si bien el futuro deparó mucho más reconocimiento al segundo que al primero.

Los inicios de Harvey Keitel en la gran pantalla fueron de la mano de otro director novato en los 70, Martin Scorsesse, con quien realizó Who's That Knocking at My Door (1967, ¿Quién llama a mi puerta?), Malas calles (1973), junto con De Niro, Alice Doesn't Live Here Anymore (1974, Alicia ya no vive aquí) y Taxi Driver (1976). Una relación cinematográfica que se enfriaría posteriormente a medida que se afianzaba el vínculo entre De Niro y Scorsesse en los 80, época de éxito para éstos y que sería prolífica en películas para Keitel, aunque sin la gloria de sus colegas.

En 1988 Keitel volvió con Scorsesse para ser su Judas en The Last Temptation of Christ (1988, La última tentación de Cristo), filme que le valió una candidatura al Óscar al director. Ya entonces ese veterano actor con pasado teatral y ex dependiente de una zapatería para señoras había hecho buenas migas con otro aspirante a director en Hollywood, Ridley Scott antes de Alien (1979) y Blade Runner (1982). Keitel protagonizó el primer largometraje del cineasta británico, Los duelistas (1977) y se volvió a reencontrar con él en 1991 en
Thelma y Louise.