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La musicalidad pictórica de Paul Klee
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La musicalidad pictórica de Paul Klee

La poesía, la música y el color definen la retrospectiva de casi dos centenares de acuarelas, pinturas y dibujos con los que la Galería de Artes

Foto: La musicalidad pictórica de Paul Klee
La musicalidad pictórica de Paul Klee

La poesía, la música y el color definen la retrospectiva de casi dos centenares de acuarelas, pinturas y dibujos con los que la Galería de Artes Gráficas Albertina, de Viena, invita a descubrir la obra de Paul Klee (1879-1940). La exposición, que se ha inaugurado con el título ‘Paul Klee-Juegos de Formas’ estará abierta hasta el 10 de agosto y da una muestra de la persistente inquietud y experimentación de uno de los artistas más influyentes de la primera mitad del siglo XX.

Paul Klee "es el gran maestro...de los colores, las formas y los ritmos", con una influencia musical decisiva en la sensibilidad poética de su pintura, aseguró a los periodistas el director de la Albertina, Klaus Albrecht Schröder. "Es un gran romántico, el gran creador de sentimientos de la primera mitad del siglo XX. El gran alegórico que plasmaba su obra, al final, con metáforas", explicó.

Klee era un gran violinista y su familia siempre estuvo vinculada con la música, algo que se dejó ver en su obra e incluso en sus trabajos teóricos, en los que trató de vincular luz, color, ritmo y forma. La muestra recorre toda la etapa creativa de Klee, desde los primeros años hasta sus últimas obras, mucho más poéticas y dotadas de una enorme capacidad visionaria.

De esa época se cuentan varios de los trabajos más interesantes, como Blau Mantel (1940) (abrigo azul), Ins Nachbarhaus (1940) (en casa del vecino) y Das Märchen von den beiden Fischen (1937) (el cuento de los dos peces). En el resto de la exposición se pueden rastraar los símbolos que le harían famoso, sus enigmáticos pájaros y peces, y una cierta mirada infantil, de ahí que el juego tenga un papel central y de ahí el título de la exposición.

Los primeros años muestran una obra dominada por el dibujo y por el anti-clasicismo, como lo definió Schröder, y donde se puede apreciar cierta influencia del modernismo vienés. La exposición destaca también los dos grandes momentos de cambio en la trayectoria del artista germano-suizo.

El primero de ellos es la influencia que ejerció en un viaje a París en 1912 el pintor Robert Delaunay, que trataba de relacionar el cubismo con elementos oníricos, y el segundo, un viaje de Klee a Túnez en 1914 que cambiaría su forma de pintar. "El color me posee. Ya no tengo que perseguirlo, él me posee para siempre. El color y yo somos uno", escribió el artista después de una estancia en el país árabe en el que la luz mediterránea cambió su forma de ver la pintura.

Otra sección de la muestra recoge su época de profesor en la Bauhaus, primero en Weimar y después en Dessau, de 1920 a 1931, cuando sus clases de "pintura libre", impartidas por invitación de Walter Gropius, alcanzarían gran resonancia. Regresó a Berna (Suiza), la ciudad de su infancia, ante el acoso vivido tras la ascensión del régimen nazi al poder en Alemania, cuando los nacionalsocialistas registraron su taller y confiscaron varios documentos. Los nazis requisaron además 17 de sus obras en 1937, que fueron mostradas en Múnich poco después dentro de una exposición sobre lo que consideraban como "arte degenerado". Pero antes, en 1936, se le diagnosticó una enfermedad incurable del sistema inmunológico, que tuvo como efecto disparar su producción artística: entre 1937 y hasta su muerte en 1940 creó más de mil obras.

El otro protagonista de la exposición vienesa es Carl Djerassi, uno de los principales coleccionistas de obra de Klee, aunque es más conocido como el químico inventor de la píldora anticonceptiva. Djerassi donó al museo 67 cuadros de los 170 de la muestra. El resto procede en su gran mayoría de los fondos de la galería austríaca. De origen austríaco, Djerassi nació en 1923 en Viena en una familia de médicos judíos y en 1938, fecha de la anexión de Austria a la Alemania nazi, se vio forzado a emigrar, primero a Reino Unido y después a Estados Unidos.

La poesía, la música y el color definen la retrospectiva de casi dos centenares de acuarelas, pinturas y dibujos con los que la Galería de Artes Gráficas Albertina, de Viena, invita a descubrir la obra de Paul Klee (1879-1940). La exposición, que se ha inaugurado con el título ‘Paul Klee-Juegos de Formas’ estará abierta hasta el 10 de agosto y da una muestra de la persistente inquietud y experimentación de uno de los artistas más influyentes de la primera mitad del siglo XX.