Es noticia
La pintura española del Siglo de Oro conquista Boston
  1. Cultura

La pintura española del Siglo de Oro conquista Boston

Hasta el próximo 27 de julio en la exposición De El Greco a Velázquez. Arte durante el reinado de Felipe III, el Museo de Bellas Artes

Foto: La pintura española del Siglo de Oro conquista Boston
La pintura española del Siglo de Oro conquista Boston

Hasta el próximo 27 de julio en la exposición De El Greco a Velázquez. Arte durante el reinado de Felipe III, el Museo de Bellas Artes de Boston refleja una síntesis de la España del Siglo de Oro mediante la pintura española del primer cuarto del siglo XVII, coincidiendo con la estancia en el trono de Felipe III (quien reinó desde 1598 hasta 1621). Los 22 años y medio de su breve mandato –en comparación con los 40 años de promedio que reinaron del resto de los Austrias- es un límite cronológico suficiente para vincular a los dos maestros de la pintura española de esa época: el periodo tardío de El Greco y los inicios de Velázquez. Bajo la sombra de estos dos genios, la muestra también cobija los retratos reales de Juan Pantoja de la Cruz, los bodegones de Juan Sánchez Cotan, así como alegorías religiosas de Eugenio Cajés, Bartolomé González y Luís Tristán.

En concordancia con la sociedad de aquellos tiempos, la muestra está estructurada en tres bloques temáticos donde la religión abarca casi la mitad de las más de 60 obras expuestas, cuya procedencia comprende tanto a los museos de más prestigio como a hospitales e iglesias españolas, además de a colecciones privadas como la de Plácido Arango. Del Museo del Prado vienen siete lienzos, donde destacan Anunciación (1596-1600) de El Greco, y Retrato ecuestre del Duque de Lerma (1603) de Peter Paul Rubens, único pintor no activo en España que aparece en la muestra; El Metropolitan de Nueva York ha cedido cinco obras, entre ellas Vistas de Toledo (1604-1614) de El Greco; Otros museos de renombre que aportan pinturas son el Louvre de París o el Art Institute de Chicago, además de los National Gallery de Londres -representado con La Inmaculada Concepción (1618-1619) de Velázquez- y el de Washington –presente gracias a Laooconte (1610-14) de El Greco.

Precisamente, el referente del Manierismo da la bienvenida a la exposición con un apartado propio llamado ‘El Greco tardío’, compuesto por seis obras suyas -de las 11 que en total se exhiben- donde asuntos opuestos como el fervor religioso, paisajes, y retratos convergen debido al peculiar estilo del pintor residente en Toledo, apreciable en la verticalidad y delgadez de las formas, y en el misticismo del color mediante el uso de contrastes entre oscuridad y brillo. La variedad temática de esta sección exclusiva de El Greco pretende mostrarle como a un artista integrador, admirado por Vicente Carducho y por su ex alumno Luís Tristán, más que como a un genio aislado en Castilla.

Frente a frente a la realeza

A continuación, un espacio dedicado a los retratos pone frente a frente a la realeza, cuyas efigies escenifican la riqueza monárquica con ostentosos vestuarios para salvar las distancias ante los plebeyos, con el pueblo llano, encarnado por curas y poetas rodeados de una austeridad capaz de compungir ante la disparidad entre ambos contextos. Las pinturas de ‘sangre azul’ engloban tres lienzos de Juan Pantoja de la Cruz, cuyos protagonistas son Felipe III, su mujer Margarita de Austria, y sus hijos, Felipe IV y Ana. En la pared contraria, donde no abundan elementos aristocráticos, despuntan los cuadros de Luís de Góngora y Argote (1622), de Velázquez y Fray Hortensio Félix Paravicino (1609), ambos propiedad del museo que hospeda la muestra. Estos dos retratos, así como los de Juan Bautista Maino y Juan Van der Hamer, se distinguen por transmitir profundidad psicológica mediante expresivos rasgos repletos de vigor.

La siguiente parada agrupa obras de índole religiosa, que incluye subdivisiones para los Apóstoles y para Inmaculada Concepción. En esta última sección cohabitan las estampas de esta virgen según maestro y aprendiz, según Francisco Pacheco y Velázquez, al poco de que se convirtieran en suegro y yerno. El nexo familiar surge asimismo en La sagrada famila (1613) de Luís Tristán, que anticipa una ciclo de lienzos alargados en una sala cuya poca luminosidad fomenta la espiritualidad y ensalza la perspectiva, preludio del naturalismo perceptible en Abrazo de Joaquín y María en la puerta dorada (1605) de Eugenio Cajés. Más singularidades de la liturgia española se descubren en las zonas dedicadas a los santos españoles, como en la Veneración de San Francisco al Crucifijo (1695) de El Greco, y en las estatuas de Gregorio Fernández de San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Ávila, además de en el lugar reservado para los Apóstoles, con los retratos de Santiago el Mayor (1610-1614) y Santo Tomás (1618-1620), de El Greco y Velázquez respectivamente.

El epílogo de la muestra está asignado a los bodegones, cuyos representantes son Sánchez Cotán, Van der Hamer y Velázquez, quien luce en la última sala dos de las siete obras que acoge la exposición. La pintura más notable de la sección es Vieja friendo huevos (1618) del artista sevillano, donde el uso de la perspectiva y la harmónica naturalidad del color aparentan transferir los límites pintorescos e invitan al observador a fundirse con el acaecer reproducido.

Su era de mayor esplendor cultural y colonial

El conjunto de la muestra indaga en la cotidianidad de la sociedad española en su era de mayor esplendor cultural y colonial. Con una amplia temática, condensando la visión religiosa, cultural, social y política del país, el itinerario de la exposición evoluciona gradualmente en el escueto pero intenso lapso de tiempo donde confluyeron el Manierismo y el Barroco, con aportaciones del claro-oscuro italiano y elementos naturalistas; El trayecto del Siglo de Oro cuando se pasó de la desproporción y la tenebrosidad del enigmático Manierismo a la tendencia más realista del equilibrado Barroco, con mayor fidelidad a la perspectiva.

La exposición abrirá al espectador el próximo domingo 20 de abril, aunque fue inaugurada por S.A.R. la Infanta Doña Cristina y Don Iñaki Urdangarín el pasado 12 de abril en presencia del embajador de España en Estados Unidos, Carlos Westendorp y del Senador de Massachussets, Edward Kennedy. Tras su clausura, prevista para el 27 de julio, la muestra viajará hasta la Universidad de Duke en Durham, en Carolina del Sur. Por su parte, el Museo de Bellas Artes de Boston ha aprovechado la coincidencia con la retrospectiva que dicha institución ofrece del pintor manchego Antonio López García para programar actos relacionados con la cultura española, incluyendo eventos musicales, proyecciones de películas y degustaciones gastronómicas, en lo que han llamado la “primavera española”.

Del Greco a Velázquez. Arte durante el reinado de Felipe III supone la primera gran compilación de pintura española en Estados Unidos desde que el 28 de marzo de 2007 concluyera de El Greco a Picasso en el Museo Guggenheim de Nueva York, ciudad donde en 2005 se expuso De Goya a Sorolla, que albergó la Sociedad Hispánica de América.

Hasta el próximo 27 de julio en la exposición De El Greco a Velázquez. Arte durante el reinado de Felipe III, el Museo de Bellas Artes de Boston refleja una síntesis de la España del Siglo de Oro mediante la pintura española del primer cuarto del siglo XVII, coincidiendo con la estancia en el trono de Felipe III (quien reinó desde 1598 hasta 1621). Los 22 años y medio de su breve mandato –en comparación con los 40 años de promedio que reinaron del resto de los Austrias- es un límite cronológico suficiente para vincular a los dos maestros de la pintura española de esa época: el periodo tardío de El Greco y los inicios de Velázquez. Bajo la sombra de estos dos genios, la muestra también cobija los retratos reales de Juan Pantoja de la Cruz, los bodegones de Juan Sánchez Cotan, así como alegorías religiosas de Eugenio Cajés, Bartolomé González y Luís Tristán.