Lionel Shriver: "En Estados Unidos ya no se distingue entre la fama y lo infame"

La escritora norteamericana Lionel Shriver, autora de la novela Tenemos que hablar de Kevin, protagonizada por un adolescente que comete una masacre en un instituto poco antes de cumplir los 16 años, considera que en su país "ya no se distingue entre lo que es la fama y lo que es infame".

Éxito de ventas en el mundo anglosajón, premio Orange, y con 600.000 ejemplares vendidos sólo en Inglaterra, la narración de Shriver, una irreverente y políticamente incorrecta articulista de los periódicos en los que colabora, llega ahora a España editada por Anagrama, cuyo editor, Jorge Herralde, la ha calificado este lunes de "excepcional".

Con un ritmo trepidante y un lenguaje sin aditivos, la séptima novela de esta escritora residente en Londres relata un asesinato, reflexiona sobre la maternidad en las sociedades occidentales y también analiza las relaciones que se establecen en el seno de una familia tanto antes del terrible suceso como después, aliñado todo ello con un oscuro humor negro.

Shriver ha explicado este lunes en rueda de prensa que con esta historia, que empezó a armar en el año 1998, antes de la matanza de Columbine, "no quería explicar el fenómeno de estas masacres y, precisamente, por eso Kevin no mata con arma de fuego sino con una ballesta, porque no quería provocar polémica con el control o no de las armas de fuego".

Tras advertir que es escritora y no socióloga, mantiene que en su país de origen "una de las cosas que peor funciona es que no hacemos distinción entre lo que es la fama y lo que es infame. Queremos ser conocidos y ya no nos importa por qué", ha apostillado para explicar por qué estas matanzas ocurren más allí que en otros países. Con la obra quería, asimismo, entrar en las vidas de unos personajes y contar qué supone para una mujer de una determinada edad, en torno a los cuarenta años, apostar por tener un hijo.

Aunque algunas mujeres embarazadas le han reconocido que únicamente se han lanzado a entrar en su literatura una vez han sido madres, otras, según ha recalcado, "me han agradecido mi planteamiento realista de la maternidad, en unos momentos de sus vidas en los que la felicidad no las desbordaba por este hecho".

Preguntada sobre si Kevin nace ya siendo un niño malo o es el proceso educativo y familiar que vive el que lo convierte en un asesino, Shriver indica que "precisamente la novela deja este planteamiento deliberadamente abierto y será el lector quien tenga que sacar sus propias conclusiones".

Respecto al papel de los medios de comunicación ante este fenómeno -el pasado mes de abril hubo otro espectacular despliegue a raíz de un tiroteo en la Universidad de Virginia en el que fallecieron 33 personas-, Lionel Shriver cree que "hay mucho apetito de estas historias y ya no se sabe si son los medios los que crean el apetito o son ellos los que llenan el deseo del público respecto a estas historias".

Tenemos que hablar de Kevin, séptima novela de esta escritora de 50 años, que a la temprana edad de ocho decidió que nunca tendría hijos, fue rechazada por una treintena de editoriales en Inglaterra hasta que la aceptó una pequeñita, funcionando desde entonces el boca a oreja ante este "festival de la inteligencia", según Herralde.

A juicio de Shriver, el éxito de la obra demuestra, por otra parte, que "existe una demanda de los lectores de novelas más sofisticadas que los best-sellers al uso". Lionel Shriver acaba de publicar en inglés El mundo después del aniversario, en el que retrata cómo podría ser el futuro de la mujer protagonista, en función de si acaba escogiendo a un hombre u a otro, los dos muy diferentes entre sí.