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Josep Pons y Calixto Bieito debutan juntos con la ópera 'Wozzeck' en el Teatro Real
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Josep Pons y Calixto Bieito debutan juntos con la ópera 'Wozzeck' en el Teatro Real

Josep Pons, director titular de la Orquesta Nacional de España desde 2003, dirige por primera vez una ópera en el Teatro Real y lo hace

Foto: Josep Pons y Calixto Bieito debutan juntos con la ópera 'Wozzeck' en el Teatro Real
Josep Pons y Calixto Bieito debutan juntos con la ópera 'Wozzeck' en el Teatro Real

Josep Pons, director titular de la Orquesta Nacional de España desde 2003, dirige por primera vez una ópera en el Teatro Real y lo hace junto al provocador Calixto Bieito, que el viernes debuta en el coliseo madrileño con su adaptación del Wozzeck, de Georg Büchner.

Trabajaron juntos por primera vez hace doce años con el Pierrot Lunaire, de Shönberg, y ahora se han vuelto a reunir para representar en el Real, con el Coro y la Orquesta titular del mismo, esta coproducción con el Gran Teatre del Liceu, estrenada el año pasado en Barcelona.

Estrenada en la Ópera Estatal de Berlín el 14 de diciembre de 1925, bajo la dirección de Erich Kleiber, y fielmente basada en el drama de Georg Büchner, Woyzeck, la primera ópera de Alban Berg constituye una de las cumbres del teatro musical del siglo XX y una de las "cinco grandes óperas modernas", además de una de las "más difíciles, musicalmente hablando", según Pons, quien asegura que es una obra "para la que se hacen imprescindibles los ensayos".

Con un reparto formado por Angela Denoke y Katarina Dalayman, que dan vida a Marie, junto a nombres tan sólidos en este repertorio como Jochen Schmeckenbecher, Jon Villars, David Kuebler, Gerhard Siegel o Johann Tilli, Wozzeck es una "ópera que provoca desasosiego, angustia existencial y deja convulso a quien la escucha", comentó hoy Bieito durante la presentación de la misma.

"Esto no quiere decir que sea una ópera difícil de escuchar, aunque tenga fama de ser complicada para el oído. Ahí está la experiencia de Barcelona, en donde fue mucha gente a verla, sin ser habituales de la ópera y salieron satisfechos", comentó el director de escena, quien asegura que esta pieza tiene "dos dimensiones, una poética y otra social".

Bieito dice haberse mostrado muy cercano a la dramaturgia original de Berg sobre la de Buchner, aunque ha sustituido toda la parte en la que salen los militares alienados y los transforma en obreros alienados, muy al estilo de los del filme de Fritz Lang, Metrópolis.

"Hacer una belleza de la destrucción"

Pero también asegura que refleja su "obsesión por la contaminación del hombre", ya que cuando empezó a trabajar con el texto le vinieron a la cabeza los "desastres de Chernobil y el chapapote" de "Prestige", por eso da mucho protagonismo a la emisión de gases, en una "escenografía que puede parecer realista, pero que obedece a una idea orgánica que representa a un gran estómago", gracias a la colaboración de Alfons Flores, con quien ha trabajado en el proyecto a lo largo de dos años.

Para Pons, como para Bieito, llegar al Real "ofrece seguridad y da gusto". "El escenario está muy cercano al público, lo que facilita mucho las cosas", comentaba Bieito, a lo que el director de orquesta añadía que "es una maravilla como te envuelve la sala".

Wozzeck es la obra creada por "dos visionarios, pero nunca ha sido provocadora", explicó el director de escena, que mantiene la teoría de que ante una obra así, "hay que dejar fluir a la imaginación". "Yo quería hacer algo bello, hacer una belleza de la destrucción y de ese hombre que aparece en la obra de Salgado", matizó Bieito, que confesó no temer a la reacción del público del Real.

Josep Pons, director titular de la Orquesta Nacional de España desde 2003, dirige por primera vez una ópera en el Teatro Real y lo hace junto al provocador Calixto Bieito, que el viernes debuta en el coliseo madrileño con su adaptación del Wozzeck, de Georg Büchner.