El pediatra Carlos González explica la fórmula para que tu hijo no rompa nada: "Quien diga otra cosa, te está engañando"

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En un entorno cada vez más inundado de consejos contradictorios sobre crianza, el reconocido pediatra Carlos González aporta una visión refrescante y directa sobre cómo evitar incidentes domésticos con los más pequeños de la casa.

En su último vídeo viral, González desmitifica muchos de los consejos populares y se centra en lo básico: la prevención.

Según González, la única manera efectiva de asegurarse de que los niños no jueguen con objetos peligrosos como cerillas, cuchillos o incluso medicamentos, es mantener esos objetos completamente fuera de su alcance. “La única manera de que el niño no rompa un jarrón es mantener el jarrón fuera de su alcance”, afirma el pediatra en su charla. Esta idea, aunque simple, resuena en un contexto donde la responsabilidad a menudo se traslada incorrectamente a los niños.

González critica la idea de culpabilizar a los niños por acciones que son consecuencia natural de su curiosidad y falta de conciencia del peligro. “No puedes echarle la culpa a tu hijo de haber roto algo. Eres tú quien tiene que estar vigilando qué hace tu hijo, quien tiene que mantener las cosas que se puedan romper fuera de su alcance”, explica.

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El pediatra también toca un punto crucial sobre la responsabilidad parental en la prevención de accidentes. Citando ejemplos claros como el etiquetado de medicamentos, donde se indica mantenerlos fuera del alcance de los niños, González subraya que la seguridad del niño es primordialmente responsabilidad de los padres. “Si la responsabilidad no es del niño, es de los padres”, señala, desafiando así las normas que a veces buscan inculcar habilidades de autocontrol poco realistas en los niños.

La viralidad del vídeo de González no solo se debe a su enfoque práctico, sino también a su capacidad para confrontar mitos arraigados en la crianza moderna. A través de su mensaje, busca educar a los padres sobre la importancia de prever y prevenir antes de tener que intervenir, una lección valiosa en la era de la información donde los extremos y las verdades a medias a menudo dominan el discurso sobre la crianza.