Un exportero de discoteca cuenta su experiencia más truculenta: "Estaba temblando"

En una noche que parecía rutinaria en la puerta de una conocida discoteca, Antonio Gutiérrez, exportero de discoteca, vivió una experiencia que desborda cualquier expectativa. Relata cómo un encuentro aparentemente amistoso con un cliente se convirtió en un momento tenso al descubrir un objeto oculto.

"Y llegó el tipo y dijo 'hombre, yo te conozco a ti qué tal ¿cómo estás?'. Y yo 'muy bien tío, pero si me conoces, pues me está faltando el respeto, Tienes un porro hermano'. 'Cómo que dices. Yo qué he hecho', narró Gutiérrez, desvelando el inicio de una conversación que presagiaba un giro inesperado. La situación se complicó cuando, al mirar al Dj de la discoteca, que le dio indicaciones con la mirada, Antonio notó algo mucho más alarmante.

Detrás del cliente, en un reservado, Gutiérrez observó entonces un bolso bandolera abierto. Desde su posición privilegiada, el entonces portero pudo ver la culata de una pistola. Este hallazgo cambió completamente el curso de la conversación. "Y mientras me hablaba no sé ni qué me estaba diciendo, no me acuerdo de nada porque entre la música y lo que me decía...". Finalmente, se giró temblando y le digo "tío, mira para atrás, en la mochila, hermano, ¿llevas un arma o qué'?", relató, evidenciando la tensión del momento.

La respuesta del cliente ante la acusación fue evasiva, optando por retirarse del lugar. "No, no, ya me voy", dejando tras de sí desconcierto y bastante alivio. Gutiérrez, aún en estado de shock, compartió cómo el temor y la adrenalina dominaron su reacción. "Estaba temblando", confesó, describiendo su estado emocional tras el incidente.

Este episodio resalta los impredecibles desafíos a los que se enfrentan los encargados de seguridad nocturna. La historia de Antonio Gutiérrez no solo es un testimonio de los riesgos del oficio, sino también un recordatorio de la importancia de la vigilancia y la prudencia en entornos que, a primera vista, podrían parecer meramente festivos.