Es noticia
Martín Alhaja, el artífice y ganador de la batalla más famosa de la historia de España
  1. Alma, Corazón, Vida
Un héroe providencial

Martín Alhaja, el artífice y ganador de la batalla más famosa de la historia de España

Los ciudadanos de este continente con tantas cicatrices no somos conscientes de que en las Navas de Tolosa se desarrolló un monumental combate de enorme trascendencia

Foto: La batalla de Las Navas, lienzo de Francisco de Paula van Halen
La batalla de Las Navas, lienzo de Francisco de Paula van Halen

"Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente"

Arthur Schopenhauer.

Era un mes de julio; un lunes 16 del año 1212. En plena canícula de un tórrido verano andaluz, un pastor y su mastín buscaban musgo entre los roquedales de Sierra Morena para así mitigar la sed. Cuando el cabrero hubo hecho acopio suficiente y se sentó sobre un peñasco para recuperar el resuello, se quedó estupefacto. Miles de pequeñas y grandes jaimas, poblaban la vasta extensión al sur de Despeñaperros hasta donde alcanzaba la vista, en las cercanías de lo que hoy es el poblado de Santa Elena.

Como por arte de ensalmo, su tez morena y surcada de arrugas, se había convertido en un rostro pálido mutado por el susto morrocotudo del escenario. Una vez recuperado del soponcio, tomó la decisión de ir raudo hacia el norte, pues sabia de la presencia de un gran ejército cristiano proveniente de Toledo, que podría ser emboscado en cualquier punto de la abrupta zona. En el acceso al Valle del Guadalquivir existía un angosto pasaje en lo que se conoce como el puerto del Muradal y en él, el ejército Almohade (corriente islámica rigorista) había destacado patrullas de caballería para el control de un punto crítico llamado la Losa. La Losa era un estrechamiento tan comprimido, que con un centenar de arqueros con la puntería justa podían detener a cualquier ejército que intentara salvar el lugar.

Foto: Marco Aurelio (Fuente: iStock)

Como el heroico Filípides en la batalla de Maratón (490 a.C), aquel hombre misterioso, sosegado hombre de la naturaleza, llegó exhausto hasta las filas cristianas revelando la situación del ejército Almohade al tiempo que conducía a la coalición de cruzados por la antigua calzada romana, llevando al entero ejército hasta el altiplano llamado Mesa del Rey.

En la crónica de Gonzalo Fernández de Oviedo se menciona a Martín Alhaja al tiempo que se describe el método que usó para orientar a las tropas de la coalición cristiana. En el lugar clave del angosto paso que se iba a utilizar para superar el control Almohade; un calcificado cráneo de vaca y diferentes configuraciones de huesos a modo de códigos, indicarían el sendero por el cual discurría la intermitente calzada romana, en algunos casos, cubierta por desprendimientos de movimientos sísmicos propios del lugar.

Tras la batalla más famosa de la historia de España, el monarca castellano Alfonso VIII, tras la laboriosa victoria, nombraría como caballero a Martín Alhaja con todos los honores. Se cree que el linaje de los Cabeza de Vaca (explorador temprano de Florida, Misisipi y Luisiana) nace en ese momento.

placeholder Grabado de la batalla (José Amador de los Ríos)
Grabado de la batalla (José Amador de los Ríos)

Se hace necesario destacar que, tras la batalla de Alarcos (1195) en las que el conjunto de las tropas cristianas sufriría una derrota sin paliativos; quedaría una sensación de lucha eterna, de vuelta a empezar, de Síndrome de Sísifo; de desasosiego implacable. Años más tarde, con los Almorávides de capa caída, una horda Almohade se había infiltrado hasta lo que hoy es la actual provincia de Jaén en socorro de los decadentes y hedónicos correligionarios apoltronados en su particular paraíso terrenal. Aproximándose al área que define las estribaciones al sur de Sierra Morena; los ejércitos cristianos temían que, si los Almohades superaban el paso de Despeñaperros, la antiquísima ciudad de Toledo corriera riesgo extremo de perderse; la cristiandad reaccionó con lentitud, pero consciente de la que se avecinaba.

Miles de refugiados huían hacia el norte mientras los ejércitos cristianos hacían el recorrido inverso… Muchos asentamientos ganados durante el siglo anterior, se habían evaporado tras la acción sostenida de nuestros resistentes vecinos del turbante con su dinámico empuje militar. Al-Ándalus y sus compinches del Magreb estaba asolando todas las fronteras del norte y la suerte les sonreía. Ya explicamos en otro texto con más detalle el proceso del combate acaecido en aquel tiempo, en el que se solaparon conceptos religiosos con ambiciones territoriales, al tiempo que se destaca la propia épica de un enfrentamiento crucial en el que nos iba la existencia. Los reyes Alfonso VIII de Castilla, el providencial Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón, Diego López de Haro, señor de Vizcaya, un pequeño destacamento de nuestros hermanos portugueses, más miles de cruzados traspirenaicos dirigidos por el obispo de Narbona, escribieron una de las páginas más señaladas y determinantes de la historia de Europa.

"Con la bendición del Papa de Roma, Inocencio III, y el apoyo adicional de más de 8.000 cruzados, se conformó el brutal choque de civilizaciones"

Aún hoy, los ciudadanos de este continente con tantas cicatrices no somos conscientes de que en las Navas de Tolosa se desarrolló una monumental batalla de trascendencia histórica que, con la bendición del Papa de Roma, Inocencio III, y el apoyo adicional de más de 8.000 cruzados foráneos a los reinos cristianos de la península (Aragón, Castilla y Navarra), conformó el brutal choque de civilizaciones. Se dio en este día tan señalado, en el que durante veinticuatro horas de incesante lucha en los que la locura humana se desató sin concesiones, cerca de 120.000 combatientes (entre ellos miles de esclavos por parte musulmana), fue firmada la sentencia del islam en la península. Un verdadero imperio que integraba desde el sur de Portugal, Al Ándalus, todo el Magreb, las actuales Túnez y Libia, en un encaje geográfico de 1.700.000 km2 ; acababa de recibir el golpe de gracia.

Martín Alhaja configura solo una parte del enorme panteón de héroes que esta tierra ha parido y enterrado en el olvido. Hoy nos ha mostrado la sombra de su enorme huella.

In memoriam.

"Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente"

Historia de España