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El chiste más verde del antiguo Egipto: ¿fue una prostituta quien construyó la pirámide de Giza?
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El chiste más verde del antiguo Egipto: ¿fue una prostituta quien construyó la pirámide de Giza?

Un historiador que ha analizado los textos de Heródoto relata una antigua chanza que corría entre la población del valle del Nilo y que interpela directamente al faraón Keops y su hija

Foto: Foto: iStock.
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Tendemos a imaginar el Antiguo Egipto como esa civilización impresionante que nos legó varios de los monumentos más conocidos y majestuosos del mundo, además de haber desarrollado de manera exponencial para su época disciplinas tan importantes como las matemáticas, la medicina o la ingeniería. Las recreaciones cinematográficas y documentales nos muestran cuán honrosos eran los rituales religiosos que la población hacía a sus dioses, junto con la enorme devoción a su más alta figura de autoridad, los faraones.

Sin embargo, pocos de ellos incluyen la trastienda cultural de la época, en este caso los chistes que los habitantes contaban a escondidas, los cuales dejaban en muy mal lugar a sus dirigentes. Aunque tampoco el humor fuera su fuerte, los residentes del valle del Nilo en tiempos de Keops eran unos auténticos granujas a la hora de imaginar chistes provocativos contra su señor. Así lo confirma Alex Tarbet, investigador de la Universidad de Michigan, quien ha realizado un jugoso estudio para su tesis sobre la cultura popular y los cuentos y bromas que corrían por todo Egipto en el boca a boca, en papiros y grabados.

"Los egipcios ridiculizaban las pirámides, despreciando estos gigantescos monumentos dirigidos a la arrogancia y el egoísmo de Keops"

Tarbet tiene de primera fuente las memorias del filósofo e historiador griego Heródoto, quien escribió ríos de tinta sobre la cultura egipcia, conociéndose la mayor parte de los detalles de la historia de esta civilización gracias a él. Según una de sus muchas narraciones, el faraón Keops ordenó a su propia hija a prostituirse para financiar la construcción de la Gran Pirámide de Giza debido a que no disponía de los fondos suficientes.

El chiste en cuestión

Herodoto se basa en el relato anónimo de un comediante que decía algo así, tal y como ha recopilado IFL Science, la revista que se ha hecho eco de la tesis doctoral de Tarbet: "La hija pidió a cada hombre con el que se acostaba que le diera una sola piedra. ¡Dicen que así se construyó la pirámide, con esas mismas piedras!". Teniendo en cuenta que hay alrededor de 2,3 millones de bloques de piedra apilados (y que cada una de ellas pesa cerca de 2 toneladas y media por bloque), podemos hacernos una idea de lo mucho que se reían de la pobre hija de su faraón, pero sobre todo de su padre.

"Algunos lugareños solían referirse a las pirámides usando el nombre de un pastor local", debido a que las asociaban con la forma que tomaban los excrementos de oveja apilados

La chanza no acababa en la familia real, sino que se dirigía contra su propia obra megalomaniaca. Según Tarbet, "los egipcios ridiculizaban con creces las famosas pirámides, despreciaba estos gigantescos monumentos dirigidos a la arrogancia y el egoísmo de Keops, construidos con los miembros doloridos de miles de campesinos empobrecidos". De hecho, el historiador apunta que "algunos lugareños solían referirse a las pirámides usando el nombre de un pastor local", debido a que las asociaban con la forma que tomaban los excrementos de oveja apilados en el campo.

Resulta cuando menos gracioso que las que quizás sean las superficies arquitectónicas más han conmocionado al resto de civilizaciones que luego vinieron detrás, en su día eran motivo de mofas de una ciudadanía matada a trabajar día y noche a costa de su señor. Por otro lado, ¿cuál era el papel de las prostitutas en la sociedad? ¿Tenían un estigma social similar al de hoy en día? Según la Guioteca, las meretrices eran conocidas por el nombre de "Kat Tahut" ("kat" significaba "vagina", y "tahut", "prostituta"). Lo cierto es que prestaban servicio en las llamadas "casas de la cerveza".

Foto: Napoleón Bonaparte en Egipto (Fuente: iStock)

Un dato curioso es que además de prestar servicios sexuales, las prostitutas estaban mayoritariamente educadas en las bellas artes. El Papiro Erótico de Turín sugiere que eran excelentes bailarinas e intérpretes musicales. Ello no es óbice para admitir que a pesar de estar más o menos instruidas en ciertas artes, su posición social era bastante mala por un estigma que venía emanado de la práctica religiosa de la época.

El estigma que rodeaba a estas mujeres se usaba para fabricar chistes verdes contra los reyes con el objetivo de criticar su exceso de arrogancia y altanería. No en vano, otra chanza conocida del Antiguo Egipto es la presente en el Papiro de Westcar, un texto escrito en tiempos de los hicsos, es decir, entre el 1650 a.C. y el 1540 a. C. localizado en el Museo Egipcio de Berlín. "¿Cómo entretienes a un faraón aburrido? Haces navegar por el Nilo una barca cargada de mujeres jóvenes, vestidas solo con redes de pesca, y le pides al faraón que vaya a atrapar a un pescado".

Tendemos a imaginar el Antiguo Egipto como esa civilización impresionante que nos legó varios de los monumentos más conocidos y majestuosos del mundo, además de haber desarrollado de manera exponencial para su época disciplinas tan importantes como las matemáticas, la medicina o la ingeniería. Las recreaciones cinematográficas y documentales nos muestran cuán honrosos eran los rituales religiosos que la población hacía a sus dioses, junto con la enorme devoción a su más alta figura de autoridad, los faraones.

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