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Finge su propia muerte para hacer una fiesta con sus amigos en un ataúd
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SE HA GASTADO 875 EUROS

Finge su propia muerte para hacer una fiesta con sus amigos en un ataúd

Se vistió de luto, alquiló un coche fúnebre para ser trasladada a su propia casa y sus amigos y familiares la velaron con lloros y todo tipo de rezos

Foto: Mayra fue maquillada como si de un cadáver real se tratara (Instagram)
Mayra fue maquillada como si de un cadáver real se tratara (Instagram)

La muerte de un ser querido siempre es un trago difícil para sus amigos y familiares. Cada uno lleva el duelo de una manera diferente y, aunque hemos visto despedidas alegres en las que se ha brindado, cantado y bailado por el finado, lo normal es que esa marcha suela ser un motivo de tristeza, lágrimas y desconsuelo por la persona que nos deja.

Una mujer dominicana ha querido hacer todo lo contrario. Se llama Mayra Alonzo, tiene 59 años y vive en la ciudad de Santiago. Siempre había querido cumplir una fantasía, la de vivir su propio entierro, así que decidió llevarla a cabo: alquiló un ataúd, citó a todos sus amigos y familiares y preparó una gran fiesta para disfrutar de su funeral.

Mayra no dejó nada al azar: el día elegido, se vistió de blanco, su color para el luto, se instaló en el ataúd y llegó a su casa en un coche fúnebre. Allí le esperaban amigos y familiares que velaron el "cadáver" con todo tipo de llantos y rezos como si de un verdadero funeral se tratara. Sin embargo, ella lo estaba escuchando todo desde su cómodo emplazamiento.

Empieza la fiesta

A Mayra no le faltó de nada: fue maquillada tal y como se hace con los cadáveres para que no pierdan color; también se colocó unos algodones en la nariz y hasta le pusieron una corona. Pero cuando el velatorio terminó, comenzó una gran fiesta en la que no faltó comida y bebida para todos los presentes.

La mujer se gastó 875 euros en preparar su propio funeral

La protagonista de esta historia reconoce a Listín Diario, el principal diario dominicano, que se ha gastado unos 60.000 pesos, el equivalente a 875 euros al cambio. Era un sueño que pudo convertir en realidad y quiso agradecer a sus amigos, familiares y vecinos que la acompañaron que lloraran por ella como si de verdad hubiera sido su último viaje.

Eso sí, la muerta que estaba viva mandó un mensaje a todos los que se interesaron por esta experiencia, instándoles a que tarden mucho en abandonar este mundo: "No se mueran todavía, en el ataúd hace mucho calor y es muy solitario". Y ella lo sabe de primera mano.

La muerte de un ser querido siempre es un trago difícil para sus amigos y familiares. Cada uno lleva el duelo de una manera diferente y, aunque hemos visto despedidas alegres en las que se ha brindado, cantado y bailado por el finado, lo normal es que esa marcha suela ser un motivo de tristeza, lágrimas y desconsuelo por la persona que nos deja.

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