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El regreso de las peluquerías: "La gente viene horrible. Hemos visto algún estropicio"
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El regreso de las peluquerías: "La gente viene horrible. Hemos visto algún estropicio"

Consideradas por muchos como un servicio esencial, algunas han podido abrir tras más de un mes de confinamiento. Sus trabajadores nos cuentan cómo han sido las primeras horas

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Primero nos tomarán la temperatura al entrar, los zapatos debemos introducirlos en felpudos desinfectantes pues hay que descalzarse, lavarse las manos y ponerse una mascarilla, además de dejar todos los enseres en una bolsa. Al salir, el protocolo será muy similar, y no, no es una escena de alguna película distópica ni se trata de la entrada a un lugar prohibido o potencialmente peligroso, simplemente estamos en una peluquería.

Hace unos días, el Gobierno finalmente dio una buena noticia a muchos españoles: las peluquerías (para muchos, consideradas como servicio esencial) por fin abrirían. A pesar de llevar más de 40 días cerradas, son muchas las personas que seguían llamando sin descanso, y han poblado la red los memes bromeando sobre la situación. Aunque al principio del confinamiento se consideró que debían abrirse, las comunidades autónomas decidieron cerrarlas porque podían convertirse en focos de propagación del virus. Durante unos fatídicos días, los más valientes se han atrevido a ponerse las mechas en casa o incluso a cortarse el pelo, intentando no causar un estropicio durante el proceso.

Tenemos batas desechables y zapatillas para cada persona y una máquina de ozono para que desinfecte todo

"No os hagáis nada", advirtieron muchos peluqueros en redes sociales, aunque los más despreocupados pueden ampararse en el consuelo de que es pelo y volverá a crecer. Por suerte, esas pequeñas preocupaciones parecen haber quedado atrás, pues muchas peluquerías han reabierto con el principio de la desescalada. ¿Cómo ha sido? ¿Cómo se están adaptando a esta nueva normalidad que nos va a tocar vivir en los próximos meses?

"Hemos colocado unos felpudos con desinfectante a la entrada donde se deben introducir los pies, además del gel hidroalcohólico para ropa y manos y carteles indicando las medidas de seguridad", cuenta Héctor Sepúlveda, que trabaja en la peluquería Charo Conector en el madrileño barrio de Chamberí. "También hemos puesto un perímetro para que la gente no pueda entrar hasta que no se lo digamos. Hay batas desechables y zapatillas para cada persona y una máquina de ozono para que desinfecte todo. Una vez que todo está operativo procedemos a la apertura de la verja, el cliente entra y cuando termina hay que limpiar la zona. Además, solo puede trabajar una persona", añade.

Hay muchas peluquerías cerradas aún porque no han tenido previsión y no han hecho acopio de guantes o capas

Hace tan solo unas semanas, aunque parecen años, nos llegaron imágenes insólitas de peluqueros chinos que habían inventado medidas para poder seguir trabajando en tiempos del coronavirus. Utilizaban maquinillas y peines atados a palos y, por supuesto, se habían previsto de mascarillas y guantes para poder realizar su labor con seguridad. Nos pareció divertido, pero lo cierto es que cumplir las medidas de seguridad requeridas se ha convertido en una máxima, y en algunos empleos es particularmente difícil. Quizá por ello, muchas peluquerías no han abierto aún, y se plantean cómo podrán volver a sus negocios de una manera que sea mínimamente rentable.

"Hay muchas peluquerías cerradas aún, pero porque no han tenido previsión", cuenta Sepúlveda. "Nosotros decidimos cerrar una semana antes de la clausura oficial por parte del Gobierno, y gracias a eso hemos podido hacer acopio de materiales como guantes o capas. Siempre llevamos a cabo medidas de higiene elevada y no reutilizamos nada, por eso quizá nos ha sido más fácil abrir, de todas formas hemos tenido que hacernos a las circunstancias. Normalmente somos cuatro personas trabajando aquí, pero por seguridad hoy solo seremos dos, uno trabajando en la planta de arriba y otro abajo, para evitar aglomeraciones".

El fin del mundo y yo con estos pelos

Para que una persona pueda acudir a Charo Conector, primero debe pedir cita cita previa y pagar una cantidad estipulada que después se descontará cuando acuda a la peluquería. No solo ayuda para evitar posibles aglomeraciones, también le sirve al cliente para tener un justificante o salvoconducto, en caso de que le parasen por la calle. "La gente tiene miedo, pero no por venir a la peluquería sino a salir a la calle. Tenemos algunos clientes que viven lejos y que, por lo tanto, no han podido venir aún". Cuando se le pregunta si la gente llega con, literalmente, pelos de loco, asiente: "Llegan fatal, aunque nos hemos encargado de vender productos online para que pudieran arreglarse durante el confinamiento, pero aún así... yo hoy tengo ocho personas a las que atender".

placeholder  La nueva normalidad en las peluquerías.
La nueva normalidad en las peluquerías.

Las medidas están siendo similares en todas partes. Desde la peluquería aragonesa Bajo Precio, su administrador, José Manuel Casado, nos lo cuenta: "El 80% de la gente que está viniendo es por tinte y mechas porque venían con dos meses de raíz. También hemos visto algún estropicio, gente que se ha teñido y no le ha quedado como esperaba, otros que se han metido la tijera... lo bueno es que el pelo crece".

En las peluquerías no existe un aforo limitado. Nosotros nos hemos regido por nuestro plan de incendios

También en Bajo Precio tienen la agenda completamente llena y los clientes deben usar mascarillas y guantes. Cuando llegan, meten sus cosas en una bolsa que se ha habilitado para la ocasión excepcional. "No hemos notado miedo, aunque por supuesto hemos hablado continuamente del tema del virus... la suerte es que aquí tenemos dos plantas, por lo que mantenemos la distancia de seguridad, porque realmente en las peluquerías no existe un aforo limitado. Nosotros nos hemos regido por nuestro plan de incendios y vienen un 30% de clientes. La gente en general estaba muy contenta de poder venir".

Sin embargo, como decíamos antes, aún hay peluquerías que no se han atrevido a abrir. Es el ejemplo de los Salones Moncho Moreno, como explica su propietario, que responde al mismo nombre: "Hemos estado en contacto con nuestros clientes durante toda la cuarentena y percibiamos que sigue existiendo miedo a salir, por eso hemos querido reforzar las medidas de seguridad y no precipitarnos. Estuvimos esperando a que la apertura de los centros de belleza estuviera publicada en el BOE".

Además del gel desinfectante y de respetar el distanciamiento, hemos implementado un sistema purificador del aire

Como querían garantizar un espacio limpio, esperarán un día más para abrir. "Además del gel hidroalcohólico y del consabido distanciamiento social, hemos implementado un sistema purificador del aire que certifica la limpieza del mismo hasta en un 99%. Queremos que nuestros clientes vengan y se sientan como en casa". A pesar de no haber abierto aún, como sucede en muchos otros lugares, han tenido que redoblar los esfuerzos para atender la gran cantidad de llamadas pidiendo cita. "Mientras tanto, tendrán que esperar y hacerse las cosas en casa con los productos que ofrecemos online". Una buena noticia, pues con un corte de pelo nuevo la vida se ve diferente, y una muestra más de cómo la nueva normalidad se instaurará poco a poco en nuestra rutina.

Primero nos tomarán la temperatura al entrar, los zapatos debemos introducirlos en felpudos desinfectantes pues hay que descalzarse, lavarse las manos y ponerse una mascarilla, además de dejar todos los enseres en una bolsa. Al salir, el protocolo será muy similar, y no, no es una escena de alguna película distópica ni se trata de la entrada a un lugar prohibido o potencialmente peligroso, simplemente estamos en una peluquería.

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