Las carnes que se venden en Reino Unido no contienen los animales que se etiquetan
Los análisis de ADN sobre más de 600 muestras demuestran que una de cada cinco rótulos no contienen toda la información sobre el tipo de carne que contienen los envases
Un estudio sobre 500 establecimientos de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, entre los que se encuentran restaurantes y supermercados, arroja un resultado, cuanto menos, preocupante. Una de cada cinco muestras de carne que se vende en esos negocios tiene ADN de animales que no están en la etiqueta. O lo que es igual, lo que nos comemos no es lo mismo que lo que nos venden… y por lo que pagamos.
La agencia encargada de los alimentos en Reino Unido, la FSA, analizó un total de 645 muestras de carne, de las que más del 20%, un total de 145, ofrecieron resultados de animales que no estaban incluidos en las etiquetas. Creen que los resultados son producto de una ‘inclusión deliberada’ de otro tipo de carnes por parte de esos negocios.
El estudio revela datos espeluznantes, como muestras en las que no hay ninguna presencia de la carne que supuestamente se vendía
A petición de la BBC, la FSA revela que 73 de las muestras erróneas procedían de tiendas minoristas, incluyendo 3 supermercados, mientras 50 se consiguieron en restaurantes y 22 pertenecían a empresas de transformación alimentaria que preparan platos precocinados.
El cordero y la vaca, a la cabeza del fraude
De las 145 muestras fraudulentas, más de la mitad pertenecían a carne de cordero (77). A continuación se encontraban las muestras de carne de vaca (29), cabra (19), cerdo (18) y pato y avestruz con una cada una. Un portavoz de la FSA asegura que son las autoridades locales las que ahora se encargarán de proceder con las sanciones correspondientes a los defraudadores.
Por su parte, la carne picada (41 muestras) es donde se encontró la mayor parte mal etiquetada o que contenía restos de animales que no se correspondían con lo que se anunciaba. Otros productos son kebabs (31), recetas de curry (23), salchichas (20), carne de cabra (12) y hamburguesas (8).
Sustituir materia prima cara por otras más baratas y no anunciarlo en el etiquetado suele ser uno de los problemas más habituales en el fraude alimentario. La falta de transparencia en la industria ha hecho que los controles sean cada día más exhaustivos para que los consumidores no se vean engañados a la hora de hacer la compra.
Un estudio sobre 500 establecimientos de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, entre los que se encuentran restaurantes y supermercados, arroja un resultado, cuanto menos, preocupante. Una de cada cinco muestras de carne que se vende en esos negocios tiene ADN de animales que no están en la etiqueta. O lo que es igual, lo que nos comemos no es lo mismo que lo que nos venden… y por lo que pagamos.