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Steve Jobs predijo en 1995 por qué iba a fracasar Apple. Y acertó
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Steve Jobs predijo en 1995 por qué iba a fracasar Apple. Y acertó

Los CEO de los imperios tecnológicos como Google, Amazon, Facebook o Microsoft harían bien en escuchar estos consejos de una de las mentes más brillantes de nuestra época

Foto: Una foto de archivo de Steve Jobs, fundador de Apple. (EFE)
Una foto de archivo de Steve Jobs, fundador de Apple. (EFE)

El fracaso de los monopolios tecnológicos comienza en el momento en que los encargados de ventas y marketing llegan a los puestos directivos y se desdeña la función de los desarrolladores. Estas son las ideas 'a grosso modo' que ofrece Steve Jobs en una antigua e inspirada entrevista de 1995 sobre cómo tarde o temprano a las empresas de tecnología les llega su final. Las grandes compañías del sector de nuestra época como Facebook, Google o Microsoft, harían bien en escuchar el consejo del directivo más influyente de nuestra historia reciente.

“Si formas parte del grupo de ingenieros y creadores, no podrás cambiar demasiado el curso de la compañía”, razonaba Jobs. “Por eso, ¿a quién se debe el éxito? A los responsables de ventas y a la sección de marketing de la empresa. Por lo tanto, como es natural, acaban deseando ascender en la empresa y dirigirla. Eso hace que los diseñadores sean apartados de la toma de decisiones. Y la compañía olvida lo importante que es diseñar buenos productos”.

Lo que hace grande a un producto siempre es el contenido, nunca el marketing ni las ventas

A decir verdad, algo así pasó con Apple en 1983 cuando John Sculley, vicepresidente hasta entonces de la empresa PepsiCo, fue nombrado director ejecutivo de la compañía. Dos años más tarde Sculley lograría echar a Steve Jobs por sus desacuerdos internos, lo que supuso un grave error para la firma. Jobs quería bajar el precio del recién estrenado Macintosh y aumentar la inversión publicitaria en dicho producto, mientras que Sculley creyó que hacer esto implicaría importantes pérdidas económicas para Apple. Al final, la decisión se puso en manos del consejo de administración, quien terminó por dar la razón a Sculley, obligando a Jobs a dejar el proyecto en 1985.

“La caída de las empresas tecnológicas pasa por intentar repetir a toda costa el éxito del inicio de su actividad”, aseguraba Jobs en otro fragmento de la entrevista. “Por ejemplo, IBM tenía los mejores desarrolladores del mundo, pero acabó olvidándose del contenido. Esto es lo que pasó también en Apple. Teníamos a personas increíbles trabajando en el diseño, pero la empresa restó importancia a su función y en cambio se la dio a los administradores de las ventas. Ellos no tenían idea sobre cómo diseñar. Y lo que hace grande a un producto siempre es el contenido, nunca el marketing. Por experiencia, las personas más valiosas en una empresa son las que saben todo lo relativo al producto, y no a la propia organización ni a las ventas”.

Sculley entró precisamente en Apple a raíz del éxito cosechado en los anuncios publicitarios de PepsiCo. Su visión de negocio consistió en extender el uso del Mac y cambiar los pilares fundacionales de Apple, cimentados en una consolidada integración vertical. El exvicepresidente de la Pepsi selló acuerdos con empresas rivales como IBM que no lograron poner remedio a los problemas financieros de la marca. Así fue como el consejo de administración hizo lo mismo con Sculley que con Jobs, le despidió y en su lugar puso a Michael Spindler, quien solo duró tres años en el cargo.

Con él se inició la época más convulsa de Apple. Gilber Amelio sustituó a Spindler y duró lo mismo que este: tan solo tres años. Es por ello que en 1997, Jobs regresaría a la dirección para volver a situar a la compañía en la cima. Sus mayores logros fueron mantener los precios altos del Macintosh y el que sería su nuevo invento estrella: el iPod. En 2001, el reproductor ofrecía calidad en el uso y un diseño sugerente, pero el verdadero acierto y lo que haría distinguirle de sus adversarios fue ligarlo a iTunes, la tienda online de música más grande del mundo con millones de canciones disponibles a un simple click.

El otro gran hito de la empresa comandada por segunda vez por Jobs fue el lanzamiento del iPad en 2010, un fecundo invento que reunía las características de un ordenador portátil y un teléfono inteligente. Entre otras cosas, revolucionó la forma de leer la prensa diaria y escrita, al igual que extendió el uso y creación de las aplicaciones. Meses después de este nuevo éxito empresarial, Jobs renunciaría a su cargo debido a sus acuciantes problemas de salud. El CEO sería sustituido por Tim Cook, actual presidente de la Junta Directiva de Apple.

El 5 de octubre de 2011, Jobs falleció en su casa de California a los 56 años a consecuencia de un paro respiratorio derivado de la metástasis del cáncer de páncreas diagnosticado en 2004. A partir de ahí, se convertiría en uno de los grandes iconos de la cultura empresarial reciente y en un mito que va mucho más allá de sus logros directivos con Apple: también por su calidad humana, su visión de la vida y su intachable humildad. Una de sus grandes aportaciones fue el emotivo discurso de la Universidad de Stanford en el que animaba a las personas a perseguir en la vida todo aquello que les apasionaba.

El fracaso de los monopolios tecnológicos comienza en el momento en que los encargados de ventas y marketing llegan a los puestos directivos y se desdeña la función de los desarrolladores. Estas son las ideas 'a grosso modo' que ofrece Steve Jobs en una antigua e inspirada entrevista de 1995 sobre cómo tarde o temprano a las empresas de tecnología les llega su final. Las grandes compañías del sector de nuestra época como Facebook, Google o Microsoft, harían bien en escuchar el consejo del directivo más influyente de nuestra historia reciente.

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