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Tramadol, el potente analgésico que más adicciones causa (y se compra en España)
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LA AMENAZA SILENCIOSA DEL TRAMADOL

Tramadol, el potente analgésico que más adicciones causa (y se compra en España)

Muchos trabajadores lo toman para no parar durante días. Se le administra a los animales para que no se cansen. ¿Qué es el tramadol y por qué preocupa en el extranjero?

Foto: 26 millones de tabletas de tramadol incautadas de camino a Libia por la división de narcóticos griega. (Reuters)
26 millones de tabletas de tramadol incautadas de camino a Libia por la división de narcóticos griega. (Reuters)

Durante los últimos años los problemas de adicción que los opioides están causando en muchos países desarrollados se han convertido en un tema de debate habitual. A veces, la muerte de una figura célebre como Prince vuelve a fijar la atención en el abuso de medicamentos calmantes como el Fentanyl, que actúa rápidamente contra el dolor pero que tiene grandes riesgos asociados que pueden llegar a causar la muerte por depresión respiratoria.

Existe otro medicamento que, no obstante, está causando estragos en los países en vías de desarrollo. Aunque aquí también se comercialice con receta (como el resto de opioides), la facilidad de acceso, la poca regulación existente y los rápidos y potentes efectos que causa en el organismo son algunos de los factores que han provocado que el tramadol sea consumido por millones de personas en países africanos, asiáticos o del este de Europa.

China, Irlanda del Norte, Egipto o Ucrania son algunos de los países donde este medicamento ha provocado alarma social

Un reportaje publicado en 'The Wall Street Journal' ha proporcionado una de las primeras visiones globales sobre los peligros que representa este medicamento. Diferentes investigaciones científicas muestran los estragos causados por el Tramadol, un analgésico que alivia el dolor actuando sobre células nerviosas específicas de la médula espinal y del cerebro, afloran en todos los rincones del planeta. Por ejemplo, 'BioMed Research International' mostraba el aumento de casos de abuso en Cantón, y concluía que “el Tramadol en alguien sin ningún historial de abuso de sustancias tiene un claro riesgo de producirlo”. Otra investigación aparecida en 'Journal of Forensics and Legal Medicine' señalaba que entre 1996 y 2012, el número de muertes por sobredosis asociadas con el Tramadol en Irlanda del Norte habían aumentado desde un 9% hasta un 41%.

Algo que también ocurre en lugares tan dispares como Ucrania, donde los expertos han asegurado que la adicción al tramadol ha alcanzado “proporciones de epidemia”. Uno de los países más afectados es Egipto, como ya explicó un reportaje publicado en El Confidencial. En él, un taxista pluriempleado aseguraba que “sin tramadol no podría mantener mis dos empleos, estas pastillas me dan energía para trabajar sin dormir durante tres días”.

Foto: Colas para recibir pan subsidiado el pasado verano en una panadería de Alejandría, en Egipto (Reuters).

Esa es la gran baza de este medicamento: su gran poder energético a un precio muy bajo. Como aseguraba aquel reportaje, una tableta de diez comprimidos puede costar apenas 50 céntimos de euro. “Todo el mundo lo toma aquí”, explica un camerunés en el reportaje de 'WSJ'. Su madre, su hermano, también la gente mayor, y muchas veces, en dosis que doblan o triplican la recomendada. Incluso las bestias de carga, a las que administran esta droga para que aguanten bajo el abrasador sol del mediodía. No solo eso, sino que una investigación publicada por la Sociedad Química Alemana desveló que el tramadol expelido en la orina y las heces de humanos y animales era absorbido por el suelo y las aguas subterráneas donde posteriormente era absorbido por la vegetación.

Un problema difícil de atajar

Los testimonios de adicción y las estadísticas que confirman el abuso se suceden. Sin embargo, el principal problema es la falta de regulación que existe sobre este medicamento. En los países occidentales no supone un problema, puesto que se administra con receta, pero en las naciones en vías de desarrollo existe un potente mercado negro de esta droga, en muchos casos importada de la India, sin que las autoridades puedan o sepan qué hacer ante ello.

La mayor parte de países reciben su dosis (ilegal) de tramadol desde la India, donde existe una gran industria de medicamentos genéricos

Muchos señalan a la Organización Mundial de la Salud como la principal culpable, al haberse quedado de brazos cruzados durante años. A pesar de los sucesivos informes que ha publicado sobre el tema, en ninguno de ellos recomienda la regulación de este medicamento. En las conclusiones de su informe más reciente, la OMS recuerda que no hay ningún control internacional sobre el tramadol.

No solo eso, sino que una respuesta a este informe por parte de la farmacéutica Grunenthal discutía algunas de las aseveraciones de la OMS, como que su eficacia es cuestionable “a pesar de los datos disponibles”. Además, añadía que su “potencial poco adictivo” es bien conocido. En conclusión, señalaba este análisis, “el tramadol no debería ser sometido a un control internacional para permitir que las decisiones se tomasen a nivel nacional con el objetivo de conseguir un equilibrio apropiado entre la minimización de las adicciones y asegurar su disponibilidad para propósitos médicos”.

Ese es otro de los problemas con el tramadol: el acceso en los países en vías de desarrollo. Como señala el reportaje del 'WSJ', una mayor regulación por parte del INCB (International Narcotics Control Board) puede resultar muy dañino para los pacientes de cáncer o que tengan dolores después de haber sido sometidos a una cirugía, ya que es el único opioide disponible en algunos países africanos como Camerún. Un estudio publicado en 'Journal of Substance Use', por ejemplo, consideraba el tramadol una buena opción para tratar el síndrome de abstinencia en los pacientes de los países en vías de desarrollo.

Es probable, además, que la regulación al acceso a un medicamento ya instalado en las boticas de muchos países no hiciese otra cosa que fomentar aún más el mercado negro. La mayor parte de países reciben su dosis (ilegal) de tramadol desde la India, donde existe una gran industria de medicamentos genéricos que se aprovechó del final de la patente para producir sus propias variantes.

¿Qué pasa con España?

En España, el tramadol se suministra bajo receta. Se puede consultar la ficha técnica de las diferentes variantes del tramadol en la página de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, como es el caso del Tramadol Diasa 50 mg en cápsulas, el Tramadol STADA de 100 miligramos inyectable, el Tramadol Kern Pharma de 50 miligramos en cápsulas o el Tramadol NORMON, entre muchos otros. Es decir, se trata de un medicamento controlado por las autoridades, por más que la red esté llena de usuarios que pregunten cómo pueden conseguirlo de forma alegal. Su prescripción ha disminuido durante los últimos años por sus potentes efectos, y ahora suele recetarse en casos de dolor muy agudo o accidente.

No se debe tomar (ni dejar de tomar) sin recomendación del médico ni, por supuesto, sobrepasar la dosis prescrita

Como recuerda 'Medline Plus', “tomar más tramadol de lo que indica la receta de su médico o de una forma no recomendada puede causar efectos secundarios graves o la muerte”. Además, advierte que puede ser adictivo, por lo que recomienda no tomarlo (ni dejar de consumirlo) sin consultar con el médico de cabecera, ni en una única dosis ni más dosis por día que las que indican por la receta.

El tramadol fue sintetizado por primera vez por el químico alemán Kurt Flick de la farmacéutica Grünenthal, al buscar un supresor de la tos simplificando la codeína obtenida de la amapola. Uno de sus objetivos era crear un medicamento sintético que no tuviese asociados los efectos negativos de los opioides, pero la crisis de la talidomida (comercializada por Grünenthal), paralizó durante 15 años su investigación, hasta que fue retomada por Ernst-Günter Schenck, que finalmente comercializó y popularizó el medicamento en 1977. “Nunca habría pensado que se haría tan popular”, explica Flick ahora.

Durante los últimos años los problemas de adicción que los opioides están causando en muchos países desarrollados se han convertido en un tema de debate habitual. A veces, la muerte de una figura célebre como Prince vuelve a fijar la atención en el abuso de medicamentos calmantes como el Fentanyl, que actúa rápidamente contra el dolor pero que tiene grandes riesgos asociados que pueden llegar a causar la muerte por depresión respiratoria.

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